47-.

11 0 0
                                    

Estábamos muy cerca, solo un movimiento bastaba y nuestros labios estarían pegados. Ambos queríamos eso, lo noté en el cuando hizo un movimiento con su mano, poniéndola sobre mi cachete y me besó. Pasé mis brazos por su cuello y de un movimiento a otro, adiós techo, hola lluvia.

Era un beso tan lindo, de esos que no queres que se acaben, que te dejan ganas de nunca soltarlo. Sonreí en medio del beso por mis pensamientos y nos separamos por falta de aire. Me miró a los ojos, me abrazó y me dijo al oído:

-Entra, te vas a resfriar -susurró y sonriendo corrió hasta su camioneta mientras yo corría hasta la puerta y entraba, viendo como se iba.

Abrí con mis llaves la puerta apurada, ya que me estaba mojando mas de lo que estaba y antes de que pudiera decir algo, mi papá y mi hermano me estaban mirando con mala cara. Esto no es buena señal.

-Me decís ya quien era ese chico si no queres que te castigue hasta que termines los estudios -dijo poniéndose de pie con los brazos cruzados mientras mi hermano imitaba su acción.

-Un amigo -dije con una sonrisa media deforme.

-¿Así que ahora los amigos se besan? -preguntó mi papá con un tono que realmente daba miedo.

-Perdón pa, fue así, de la nada -me defendí.

-¿Así de la nada? ¿ASÍ DE LA NADA? -gritó de repente, haciendo que me sobresaltara.

-Perdón -dije apenada, bajando la vista.

-Anda a tu pieza. -dijo cortante. Pasé por su lado y me paró poniéndome una mano en mi hombro- dame el celular.

-¿Me vas a sacar el celular por darme un beso con un chico? ¡Papá! -grité. Del enojo, saqué su mano de mi hombro con fuerza y estrellé mi celular contra el piso antes de salir corriendo escaleras arriba.

-¡VENI PARA ACÁ YA! -me gritó, pero ya era tarde. Ya había cerrado la puerta.

Empecé a caminar en círculos por mi habitación, nerviosa. No sabía que me pasaba, ni sabía que había pasado. No era yo, yo no habría tirado mi teléfono al suelo con tanta rabia. Me acosté boca arriba a pensar en lo que había pasado cuando siento que tocan la puerta.

-Que -dije desganada.

-Hija, ¿me abrís? -preguntó mi papá. Por un lado quería abrirle, para saber porqué había reaccionado así y por oro lado quería dejarlo afuera. Opté por la primera y sin ganas fui a abrir.

-¿Que queres? -dije cuando lo vi del otro lado de la puerta.

-Te quería pedir perdón por reaccionar así. Lo que pasa es que no estoy acostumbrado a que mi bebé se ande dando besos con otros chicos -dijo riendo, lo cual me hizo reír a mi.

-Está bien pa, no te preocupes. Una cosa -dije y asintió- ¿mi celular? -pregunté con curiosidad.

-Ah, tu celular... Creo que ya no tenes celular -dijo con una sonrisa inocente y sacando de su bolsillo lo que serían los restos de mi teléfono. Tapé mi boca con mis dos manos y miré a mi papá.

-¿Qué voy a hacer ahora? -pegunté.

-Mañana te acompaño a ver cual te puedo comprar -dijo. Lo entendía. Estábamos económicamente estable, pero no para andar comprándome un iPhone 6 cada semana.

-Está bien pa, gracias -dije y lo abracé antes de que se vaya. Cerré la puerta y me preocupé. ¿Y si Louis llamaba o mandaba mensajes? Lo iba a preocupar mucho. ¿Que iba a hacer ahora?

Una noche en Velez (l.t) -EDITANDO- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora