Después de saber donde se encontraba Louis, corrí al ascensor que por obra de Dios estaba con las puertas abiertas y vacío. Entré y apreté el botón con el número 6 y esperé hasta que llegara al piso. Sonó la campanita avisando que ya estaba en el piso número 6 y cuando las puertas se habrieron, salí disparada a buscar la habitación de Louis hasta que después de unos minutos la encontré. Miré hacia ambos lados y, asegurandome de que nadie me vea, entre despacio.
Cerré la puerta de tras de mi y paré en seco cuando lo vi durmiendo en esa cama de hospital. No tenía muchos cables que digamos y tenía lastimaduras en la cara que, desde mi punto de vista, lo hacían ver mas rudo. Ay Estefanía deja de pensar esas cosas. Verlo así, indefenso y lastimado me daba ganas de llorar. Fuí a sentarme a la silla típica que estaba al lado de la cama y con una mano agarré la suya mientras que con la otra le acariciaba con cuidado el pelo.
-Ay Lou, vos no tendrías que estar acá -dije con los ojos llenos de lágrimas a punto de salir- tendrías que estar bien, alegre y feliz como siempre. Tendrías que estar ahora durmiendo pero en tu casa, después de la salida que tendríamos que haber tenido, pero te prometo que vamos a tener muchísimas mas -dije sonriendo con lágrimas en mi cara mientras le acariciaba el cachete con ternura- quedate tranquilo que vas a salir mejor, antes y mejor de lo que pensas, ¿sabes? No sé si me estarás escuchando o no, pero por las dudas te hablo. Dicen que hablar hace bien y mas a la otra persona, por eso mas que nada. -dije mirándolo a ver si despertaba o balbuceaba algo, pero no.
Sin soltar su mano, suspiré pesadamente y apoyé el codo sosteniendo mi cabeza para hablar mas cómoda. Cuando encontré una pose medianamente buena, empecé.
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Una noche en Velez (l.t) -EDITANDO-
Fanfic¿Quien dijo que tu ídolo no podía enamorarse de vos? ¿Ella? Una chica argentina de 17 años, queriendo cumplir su sueño. ¿El? Uno de sus cinco ídolos.