CAPÍTULO XII: LIAR

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Lisa apenas procesó por un par de segundos lo que acababa de ocurrir y se levantó lo más rápido que su cuerpo le permitió

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Lisa apenas procesó por un par de segundos lo que acababa de ocurrir y se levantó lo más rápido que su cuerpo le permitió. Su mente nublada de ira y de tantos malos sentimientos que había guardado muy profundo por mucho tiempo comenzarón a atacar. 

Fue directamente hasta Jisoo y la sujetó con fuerza de la camisa que usaba, no le importó que Rosé estuviera tomando del brazo de la diseñadora, mientras decía cosas que Lisa no entendía para que se alejaran.

Por un momento vio un poco de pánico en los ojos de Jisoo, pero posiblemente fue solo un pequeño destello, porque un segundo después estaba esa mirada dura y desafiante que tanto la molestaba.

—¿Qué harás? ¿Me vas a golpear? —Jisoo pronunció entre dientes, sin permitirse una posibilidad de temer a la tailandesa.—¡Vamos! ¡Pégame!

Lisa mantenía con fuerza su agarre sobre la prenda de la mayor, pero no había hecho un solo movimiento más.

—Lisa, por favor... sueltala. —La rubia básicamente estaba en medio de las dos, intentando alejar a Lisa, pero manteniendo un fuerte agarre en el brazo de Jisoo para que no se le ocurriera hacer una tontería.—Lisa...

—¿Por qué te quedas ahí parada? Ya no me importa... no hay mucho que puedas hacer para lastimarme... me quitaste lo que más quería. —Jisoo llegó a un punto en el que nada le importaba, ni la sorpresa en los ojos de Lisa, ni la pérdida del agarre de Rosé en su brazo, ni mucho menos ese horrible sabor amargo en su boca.

Lisa no le vio mucho sentido a seguir con esto, terminaría en más palabras hirientes que no estaba dispuesta a escuchar, incluso en una pelea. Además, quería seguir ignorando el dolor en los ojos de Rosé en cuanto Jisoo dijo eso, porque si permanecía ahí, sabía que podía descubrir cosas para las que no estaba lista.

—Creo que estamos a mano, hiciste exactamente lo mismo...—Miró por un momento a la rubia, antes de regresar su mirada a Jisoo, y realmente ya no pensaba decir más, pero una idea le vino a la cabeza, era cruel o lo que sea, pero algo dentro de ella quería que Jisoo sintiera su propio dolor —Aunque la diferencia... yo si lo aproveché. Y no me arrepiento de nada.

Por fin soltó la camisa de Jisoo, dándole un pequeño empujón, mucho más suave a comparación del que ella recibió. Pero le era suficiente la expresión cada vez más oscura y herida de la diseñadora, o al menos eso quería hacerse creer, porque en el fondo, estaba igual de herida y rota.

¿En qué momento lastimar a Jisoo se volvió su propósito?

Sin molestarse a mirar a Jisoo y Roseanne un poco más, se dio la vuelta y se alejó de ahí tan rápido como sus pies se lo permitían.

Jisoo y la rubia se quedaron estáticas por un par de minutos en el mismo lugar, todo silencio e incomodidad. Roseanne no tenía idea de qué decir, su cabeza daba vueltas y una especie de sensación de rechazo se instaló en su cabeza.

NO TIME TO DIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora