SEGUNDA PARTE DE NO TIME TO BURN.
"He pasado un tiempo pensando que el amor lo único que hace es romperse, arder y terminar...
Pero un miércoles en un café... lo ví comenzar de nuevo"
NOTA: No es necesario leer la primera parte.
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Taylor había insistido por días asistir a las mismas clases de pintura que su amiga Min, quería que tanto Jisoo como Roseanne asistieran con ella, pero lamentablemente la rubia tenía encima una de las colecciones más importantes del año de YSL, así que tuvo que negarse, incluso contra las constantes insistencias de la niña. A lo que por supuesto, Jisoo no pudo decirle que no.
Y ahora estaba ahí, con Taylor a su lado registrando sus nombres para tomar dichos cursos.
—Dibujaré flores, quiero intentar hacer girasoles... —Taylor mencionó totalmente emocionada, dando pequeños saltitos mientras caminaba con Jisoo hasta el salón de pintura —¿Tú que harás?
—Mhm, no estoy segura...—Jisoo hizo una mueca —¿Qué me recomiendas?
—¡Flores! O puedes dibujar alguna caricatura, o hacer algún nuevo diseño de ropa, aunque suena un tanto aburrido considerando que es lo que haces siempre —Taylor se encogió de hombros, haciendo reír casi a carcajadas a Jisoo.
—Haré girasoles, más bonitos que los tuyos, enana —Jisoo bromeó.
Y Taylor la miró con indignación.
—¡No es justo! Eres más grande y dibujar es tu trabajo. ¡No podría ganarte! —La niña se la pasó haciendo pucheros, hasta que entraron al salón de arte.—¡Min! —Taylor soltó la mano de Jisoo para ir corriendo hasta su amiga, y se quedó un par de minutos hablando con ella de lo emocionada que estaba por el arte.
Jisoo se encargó de encontrar una mesa para ella y Taylor, que estuviera lo suficientemente cerca de Min, ya que estaba cien por ciento segura de que se lo agradecería.
Pero ni siquiera tardó demasiado, porque su mirada dio con cierta castaña que no había visto en semanas. ¿Tan mala suerte tenía para encontrarla siempre? ¿O simplemente Jennie estaba en todos lados?
Probablemente parecía una jodida acosadora mirando a Jennie sin que ella se diera cuenta, pero en realidad, se sentía congelada, ¿A dónde se tenía que mover?
—¿Ruby Jane? —La voz de Taylor casi hizo ruido en todo el salón, llamando la atención de la castaña.
—¿Taylor?—Jennie arqueó sus cejas con sorpresa, y esa mirada suave a la que Jisoo comenzaba a acostumbrarse a ver en ella. —Oye... ¿Cómo estás? Han pasado muchos días sin verte...
—Lo sé... estaba preocupada por ti, te vi muy enferma en la heladería. —Taylor hizo un pequeño puchero que derritió el corazón de Jennie.
—Mi cabeza dolía mucho, pero ya estoy bien, no te preocupes...—Revolvió el cabello de Taylor. —Pero, por cierto... ¿Qué haces aquí? ¿Estás sola?
Jennie no pudo evitar sentir un poco de pánico ante la posibilidad de que Roseanne estuviera cerca, por razones extrañas no le agrada demasiado a esa mujer, y claramente no le gustaría verla cerca de su hija.
