Capitulo #16: Madre

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—Koga: ¿Es necesario, madre?—Preguntó mientras ella le limpiaba la mejilla con un trapo, se había ido a los jardínes de Abel como acostumbraba y se había ensuciado.

—Artemisa: Claro que sí, Koga—Volteó un poco la cabeza del menor, para poder quitar mejor la tierra—¿Por qué te sigues escapando para visitar ese lugar? ¿No sabes lo peligroso que es?

—Koga: Son jardines muy hermosos, madre, además que hasta tu misma dices que la tierra no es peligrosa ¿Por qué me prohibes ir?

—Artemisa: Y no he cambiado de opinión, la tierra y parte de los humanos no son peligrosos, pero mi problema es que vas a un terreno cercano al santuario.

—Koga: ¿Y qué tiene eso? Tu no estás en guerra con el santuario—Replicó, algo que le hizo tener mala cara a Artemisa—Sabes que yo me sé defender.

—Artemisa: Sabes que hay constantes ataques en ese territorio, ese e lugar que está fuera de tus límites porque es zona de guerra.

—Koga: Si estoy bajo tu protección no veo problemas en ir, ya deben estar todos muy claros en que yo no soy su enemigo por más de ser humanos.

—Artemisa: ¿Cómo piensas tal barbaridad? Soy tu madre, por lo que los dioses quieran o no tienen que aceptarte como lo hacen con los demás dioses y semidioses. Koga.

—Koga: Se que hay uno que otro que no me acepta del todo.

Interrumpió uno de los soldados de Artemisa, hizo la debida reverencia.

—Shaun: Mi señora, han vuelto Yukari y Beauty, de están atendiendo sus heridas de manera inmediata, pero dudo que hayan cumplido lo que sea que les hayan mandado.

—Artemisa: Uhm, iré a verlas de inmediato—Dejó el pañuelo sobre su trono—Por favor cuida a Koga mientras voy a hablar con ellas, ángel.

—Shaun: Por supuesto—La diosa asintió y salió de la habitación—Parece que la señorita te ha regañado—Bromeó soltando una leve risa.

—Koga: No me afecta, mamá lo hace porque se preocupa.

Shaun era un ángel desde hace un tiempo, había cumplido recientemente los 17 años y Koga realmente no sabía mucho sobre ella.

—Shaun: Se preocupa por todos nosotros, y más por ti, potro—Se burló mientras le pellizcaba la mejilla a Koga—Te sacaste la lotería con eso.

—Koga: Supongo que sí—Se sobó la mejilla—¿Y tú también te la haz sacado con eso del ejército?

—Shaun: ¿A qué te refieres?—Ladeó la cabeza.

—Koga: Pues además de ser poderosa tienes un alto rango—Señaló el anillo que llevaba en el brazo derecho.

—Shaun: Pues tengo suerte de que me haya tocado ser un guerrero para una diosa que tiene ideales parecidos a los míos.

—Koga: ¿Y cuál dios elegirás para servir sí no fueras una ángel?

—Shaun: Si tuviera que elegir, no sería un guerrero en lo absoluto—Dijo un tanto sonriente.

—Koga: ¿Y eso por qué?

—Shaun: No sé, es un poco incómodo ese temita de la guerra.

—Koga: Me recuerdas a un humano que conocí—Pensó—Aunque tal humano no tenía esa cicatriz en el rostro—Señaló buscando no ofenderte.

—Shaun: Ya me imagino, me gustaría pedirle a la señorita Artemisa si puede quitarme esto.

—Koga: ¿Y por qué la tienes?

—Shaun: Unos problemas con unos chicos del santuario ateniense cuando tenía once—Dijo con una sonrisa nerviosa—No me dolió tanto como parecería.

—Koga: ¿Está segura?—Se sentó despreocupadamente en el trono de la entidad lunar—He visto muchas personas con historias cero amigables sobre ese santuario.

—Shaun: Creo que nunca he ido, pero dudo que una simple tierra sea mal de forma inherentemente.

—Koga: Por lo que se el último patriarca no ha hecho mal trabajo, aunque tengo ciertas críticas que me gustaría hacerle.

Artemisa se quedó recostada en la pared, le gustaba la idea de que una de sus guerreras más confiables tuviera tan buena actitud que mostrarle a Koga, puesto que otros rechazaban en cierto grado al chico por su origen, o por los "privilegios" que tenía al ser directamente cuidado, y un poco mimado, por la diosa.

—Artemisa: Veo que ustedes dos se llevan bien—Caminó hacía ellos y abrazo al chico—Shaun, ¿Te puedo pedir algo?

—Shaun: Por supuesto, mi señorita ¿Qué requiere?

—Artemisa: En cuanto yo no esté por favor cuida y vigila a mi hijo—Pidió mientras veía la expresión de desaprobación de Koga al oír eso—Quita esa cara jovencito.

—Shaun: ¿Vigilarlo?

—Artemisa: A diferencia de deidades de otras mitologías nosotros no somos omnipresentes, si está en la tierra es mucho más difícil que yo lo proteja. Además sé que este travieso se la pasa escapando a los jardínes de Abel, por lo que me sentiría muchísimo más segura de que si escapa tu podrás vigilar que no lo ataquen.

—Shaun: Por supuesto, lo haré gustosa—No le era problema, podría mandar a su escuadra de santelites y Precure mientras cumplía esa tarea.

Continuará...

Saint Seiya: La Guerra Santa de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora