Capítulo #29: Compañeros, más no amigos

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Ikki no quería hablar con nadie, miró las rejas y pilares hechos añicos por la pelea.

—June: Definitivamente, Shun fue él peleó aquí—Se acercó a uno de los pocos pilares que aún quedaban en pie.

—Ikki: ¿Mmh?—Se acercó a June, el pilar tenía marcas de la cadena de Andrómeda—Por eso Shunrei sintió su cosmos–energía—Asumió—Debieron mandar a los caballeros rasos en vez de a nosotros—Se quejó mientras miro los escombros, toda esa parte del colegio estaba vuelta nada, peor que cédula.

—June: De seguro el Patriarca pensó que nos importaría—Recogió del suelo un trozo de metal, como una especie de cloth—Oye, ¿Tu hermano no tenía una amiga que era arqueóloga?

—Ikki: Ah… C-creo que sí—No tenía muy claro el tema de las amistades de su hermano, le tocó hacer memoria—La novia de Julián Solo, ¿Para qué me preguntas?

—June: Estoy segura de que esto es un pedazo de armadura—Lo guardó en su bolsillo —y en el santuario no hay nadie tan viejo ni tan experimentado en el santuario, ni siquiera el patriarca.

—Ikki: ¿Qué esperabas?—Arqueó la ceja, June se escuchó como una estúpida en ese momento para el fénix—El único experimentado era Shion, y Saga probablemente lo asfixió con una almohada—Exclamó, era un poco de humor y un poco de teoría.

—June: No espero nada, con el problema de Ker el ejército se diezmó de forma tan impresionante que da lástima——Y Abel, y Eris, ¡Y Luficer! ¡Y los Blue Warriors! ¡Y todo puto mundo!—Exclamó—A veces odio este trabajo.

—Ikki: Te puedo dejar sola para que te calmes si gustas—Se sentó en el suelo, mirando con cara de culo el cielo—Te dejo con tu berrinche a solas.

—June: ¡Ash!—Rodó los ojos—Ya veo por qué no hacen equipo contigo los caballeros que no son tus hermanos—Comentó algo ofendida.

—Ikki: Sinceramente, no creo necesitar formar un equipo para las misiones—Ni le afecto el comentario de June, le valió como tres hectáreas de comino su, intento, insulto—En la mayoría de tareas mi cosmos y mi fuerza me basta, una persona más podría representar un peso muerto.

—June: Se ve que no tienes muchos amigos.

—Ikki: No es mi costumbre ser parte de grupos, y en cuanto a mis hermanos, sigue sin ser tu asunto—Señaló—Te haré una pregunta, camaleón, ¿Si viste a Shun en el pueblo antes de irse por qué no lo reportaste con alguno de los santos de oro? A alguien como tú, que sigue al pie de la letra las leyes, le sería muy fácil soplárselo a alguien.

—June: Supongo que es porque soy su amiga—Guardó otros escombros que parecían ser de armadura—Se veía tan afectado que me dio lástima, pensé que volvería al santuario, pero el tiempo me demostró que yo estaba en lo incorrecto.

—Ikki: Estoy seguro de que él volverá al santuario—Afirmó con seguridad en sus palabras, apretó su puño ligeramente—Sí, solo necesita tiempo para relajarse.

—June: La señora dijo que también estuviste en este colegio, ¿Cómo es eso? ¿Y quién es Nero?

—Ikki: Hace seis años Saori nos inscribió en el colegio, en un pobre y triste intento de que tuviéramos una vida normal. No funcionó—Resumió jugando con las plumas de su armadura—Estuvimos como un año y medio viendo clases, luego Seiya entró en coma, Mei se murió, Jabu también, y Shiryu y Hyoga se fueron a entrenar.

—June: ¿Y tú también te fuiste a entrenar?

—Ikki: Yo tuve ese año un problema con una chica, y después de eso volví a Reina muerte, no le dije a nadie—Suspiró—Y Shun se quedó un poco más en Japón, pero después de la última guerra paso unos meses conmigo.

—June: No respondiste mi pregunta, ¿Quién es Nero?—Interrumpió a Ikki.

—Ikki: Un chico que iba en el mismo año que Shiryu—Se tensó al sentir una energía maligna, con un chasquido de su dedo incendio una pila de escombros.

—June: ¡¿Qué demonios intentas?!—Ikki la jalo del brazo, y la arrojó tras de él—¡U-un ángel!—Del fuego salió una mujer, tenía un cosmos amenazante, las llamas del fénix no hicieron daño alguno.

—Me presentó, mi nombre de civil era Ayumi ¡Pero pueden llamarme Cure Echo!—Hizo una reverencia—Es un honor ver al poderoso ave fénix en persona, espero que esté combate superes mis expectativas—Sonrió hacia un lado.

—Ikki: “Cure”—Repitió en un murmullo, había oído de Yukari esa misma frase—¡No me importa de qué ejército seas!

—Ayumi: Pues debería, ¡Porque estás luchando por una causa equivocada!—No dudo ni un segundo en lo que estaba diciendo—Solo escúchame—Antes de siquiera empezar su discurso, el fénix lanzó varias de las plumas de su cloth.

—June: ¡No tenemos por qué confiar en un ángel!—Sujetó uno de los brazos de Ayumi con su látigo.

—Ayumi: Eres igual a cómo te describió Beauty—Aun con el látigo envuelto en su brazo, lo tomo y lanzó a la santa de camaleón contra Ikki—No sé porque me esperaba algo más—Dio un salto con el objetivo de pisar la cabeza de fénix, él lo evito, pero Ayumi logro herir a June.

—Ikki: ¿Que cosa exactamente te dijo esa tal “Beauty”?—Ayumi soltó de un solo movimiento el látigo, y uso el arma en contra de fénix—¡Solo un cobarde usa armas en un combate!

—Ayumi: ¡Entonces la cobarde es tu compañera!—Cargó su cosmos en el arma, le dio tal choque de energía a Fénix que este sintió que moriría—¡Si no vas a oír! ¡Desaparece!—Tiro el arma al suelo, empezó a golpear al fénix sin descanso, cuando esté trataba de cubrirse ella ya estaba golpeando otra parte, no le dio tiempo alguno de reaccionar.

—Ikki: La o-opinión de un ángel me importa una mierda—Logró pronunciar antes de escupir sangre, ella lo golpeó en el esófago, cayó al suelo desorientado.

—Ayumi: La vida de un santo vale lo mismo para mí—Piso con tal fuerza la cabeza de Ikki que se desmayó por la contusión—Ahora será tu fin—Cargó en su pie su cosmos, su plan era hacer añicos la cabeza del fénix, que solo se vieran los huesos y carne desechos.

—June: ¡Aléjate de él!—Tackleó al ángel antes de que tocará a su compañero.

—Ayumi: Como tú eres tan ignorante como él, ¡Los enviaré juntos al infierno!—se quitó a June de encima con un empujón.

—June: ¡La que se irá al infierno serás tú!—Levanto del suelo su arma—¡Latigazo Arcoiris!—Le dio un latigazo al ángel que la hizo volar por los cielos, cuando estaba en el punto más alto, envolvió sus brazos y la estrelló al suelo violentamente.

—Ayumi: ¡Estás colmando mi paciencia!—Azotó su puño contra el piso—¡Trágate esto! ¡Eco Sincero Pretty Cure!—Una fuerte ráfaga de aire hizo caer al camaleón de bronce.

Continuará...

Saint Seiya: La Guerra Santa de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora