En el Olimpo se había creado una prisión, para una diosa muy poderosa, era necesario retenerle, debían hacerle entender cual era su papel en este dilema político.
—Artemisa: ¿Ya te haz calmado?—Se arrodilló frente a los barrotes, con actitud calma—¿Quieres algo para comer?—La Diosa encerrada la miró con mueca de enojo—Yo no lo hago, pero como tu eres humana pensé que tu sí—Pasó a través de los barrotes un pedazo grande de pan.
—???: ¿Por qué me retienes aquí?! ¿Por que finges que te importó? ¡Solo buscas mi poder para un tonto complot por capricho!—Golpeó uno de los barrotes, solo para sentir una descarga de energía en forma de electricidad, cosa que la diosa no entendió del todo.
—Artemisa: Eres mi hermana, además que no me has dejado explicarte—Se sentó en el suelo, dejando el báculo en manos de un caballero que había ido con ella—¿Me permites?
—???: De acuerdo—Respondió apretando los dientes del enojo, pero ella que no era agresiva, por lo que al oírla tal vez le entendería—Habla ya—Se cruzó de brazos.
—Artemisa: Sé que es difícil adaptarse a como los humanos han avanzado con eso de la tecnología, por lo que te explicaré cualquier cosa que quieras preguntarme, hermana.
—???: ¿Tecnología?—Arqueó la ceja ¿De qué clase de tecnología hablaba?
—Artemisa: Tu vienes del siglo dieciocho, creo que no entenderías muy bien los últimos avances que los humanos han realizado—Sacó del bolsillo de su túnica unas flores, que empezó a trenzar por la parte del tallo—Son muy enigmáticos en algunos aspectos, es tan gratificante verles avanzar en cosas que a nosotros no nos hacen falta. Han logrado alcanzarnos en cierto sentido ¿No crees?
—???: ¿Para que necesitas a Atena?—Preguntó para ir al grano.
—Artemisa: Necesito a mi hermana, y mi hermana son todas las versiones de Atenea—Agregaba nuevas flores y las seguía trenzando—Te he extrañado tanto, Sasha, aquí se esta muy solitariamente.
—Sasha: Sé que no me has traído solo por eso, pero lo agradezco.
—Artemisa: A la orden—Terminó de trenzar, y arregló las flores de manera que hicieran una pulsera—¿Te gusta? Le hice unas iguales a los otros dos—Tomó cuidadosamente la mano derecha Sasha y le colocó la pulsera—Ahora los tres tienen la misma Cadena de flores.
—Sasha: ¿Quienes?
—Artemisa: Es una sorpresa, pero tengo que explicarte la situación antes de poder ir a verlos.
La explicación duro lo que parecían horas, con cada nuevo suceso la cara de Sasha demostraba una expresión de horror, confusión, asco y enojo. Pero al terminar Artemisa se alejo para dejarle descansar, cuando Sasha lo procesará la liberaría e iría con ella a la sala principal del templo.
Continuará...
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Saint Seiya: La Guerra Santa de la luna
FanficDespués de la Guerra Santa contra Hades Seiya cayó en un profundo coma, quedando al cuidado de su maestra hasta que pudiera recobrar su consciencia. Cuando este por fin despertó se dio cuenta de lo diferente que se volvió el santuario en su ausenc...