Seiya se encontraba con Nagisa entrenado en la casa de Sagitario, las viejas pruebas servían bastante bien como campo de entrenamiento.
—Nagisa: ¡Debes estar más alerta!—Perseguía al castaño con arco y flecha en manos, le servía a ella para practicar puntería y a él para un poco de supervivencia y agilidad—¡Si no eres rápido, terminarás con una flecha en el rostro!—Una de las flechas de madera casi le da en la cara, por poco Seiya no la contó.
—Seiya: ¡¿Acaso tú no te cansas nunca?!—Preguntó echando a correr, saltaba las rocas—¡Ya no sé si prefiero esto a entrenar junto a Shaina!—Una flecha se clavó en el suelo tras su pie.
—Nagisa: ¡Un caballero no puede cansarse!—Destrozó con una patada una gran roca que impedía su paso—¡Si no quieres entrenar otra vez conmigo, primero piensa en salvarte de esta!—Guardó su flecha y extendió la mano—¡Rayo de Mármol!—Varios rayos en color negro golpearon el techo de esa cueva, las rocas no tardaron en caer.
—Seiya: ¡Ya vi de dónde Marín saco su agresividad!—Rompió con su puño una de las rocas.
—Nagisa: ¡Serán dos horas más de entrenamiento!—Asestó una flecha que clavo la camisa de pegaso a la pared de roca.
—Seiya: ¡¿Y eso como por qué?!—Preguntó indignado.
—Nagisa: ¡Por compararme con ella!—Lanzó otra flecha.
—Seiya: ¡Eso no es justo! ¡¿Acaso no son alumna y maestra?!
—Nagisa: ¡Nada de eso!—Guardó ofendida su arco—¡Yo con esa niña no tengo nada que ver!
—Seiya: Supuse que como las dos tenían ese ataque de color negro, y las dos son unas agresivas, debían ser cercanas.
—Nagisa: Para que sepas tu maestra no me agrada ni un poco, ¡No sería su instructora ni aunque me paguen!—Retiró la flecha que mantenía a Seiya unido a la pared—Otro caballero fue su instructor, él también tiene ese rayo de Mármol como ataque—Guardó las flechas en su carcaj.
—Seiya: ¿Cuál era ese?—Preguntó con pena.
—Nagisa: De tal palo, tal astilla—Comentó en voz baja—El de cabello verde olivo.
—Seiya: ¡Claro! ¡El pálido que parece muerto! ¿Y por qué tienen el mismo ataque ustedes dos?
—Nagisa: Pues cuando llegamos a Grecia a entrenar lo hicimos juntos—Recordó esa época con nostalgia—Aioros en ese momento nos tomó como sus alumnos, a pesar de que tuviéramos la misma edad que él.
—Seiya: ¿Y qué paso después?
—Nagisa: Aioros murió, yo tomé su lugar como santo de Sagitario y terminé de entrenar a Aioria—Hacía años que había pasado, le sorprendía lo mucho que había crecido el león dorado—Kiriya reclamo su cloth, pero fue un santo por poco tiempo, se fue a otro país para entrenar a Máscara de muerte, y decidió cederle la cloth de cáncer—tocó la pared, está se movió para indicar la salida—¡Descansaremos una hora y luego volveremos a entrenar!
—Seiya: Dices que no te pareces a Marín, pero estás tan mandona como ella—Murmuró siguiéndole el paso.
—Nagisa: ¡Vas a ver!—Dejó tirado sobre una mesa el carcaj y el arco de madera—El próximo entrenamiento será cuerpo a cuerpo, a ver qué tan fuerte te han vuelto las peleas de las 12 casas, Asgard, Abel, Eris, Lucifer y Hades.
—Seiya: Okey, pero termina de contar la historia—Se sentó en la mesa—No me dejes con el chisme incompleto.
—Nagisa: ¿Qué más puedo decir? El entrenamiento con Aioros era difícil, varios no pudieron seguir con el entrenamiento.
—Seiya: ¿Cuántos alumnos tuvo Aioros?—Dudó con gesto confuso.
—Nagisa: Déjame recordar—Contó con los dedos—Creo que fuimos seis como máximo, contando a Aioria.
—Seiya: ¿Y todos tienen esa cosa en blanco y negro? ¿O solo tu y el de cabello como hoja?
—Nagisa: Solo tres de nosotros logramos desarrollar ese ataque.
—Seiya: ¿Y haz perdido a algún amigo? Se nota que con Aioros y el otro caballero hay mucha estima.
—Nagisa: Perdí gente en las guerras santas como todos los demás, pero después de acostumbrarte ya no causa tanto dolor—Encendió su cosmos—Algo no está bien—Tomó el arco y una de las flechas.
—Seiya: ¿De que hablas? No siento nada—Encendió su cosmo-energía fr igual forma.
—Nagisa: No te fies de los sentidos humanos, no son confiables—Con las manos tensas movía el arco, como siguiendo una presa—¡Ahí!—A la velocidad de la luz soltó la flecha, viajo lo más rápido que pudo y se clavó en el suelo—No estaba equivocada.
Tras la flecha de madera se hizo presente un guerrero, una guerrera, de apagado cabello azul y una armadura similar a Virgo. Mantenía una posición de calma, sus ojos y boca estaban sellados, no emitía sonido alguno.
—Nagisa: ¿Quién es la que oza entrar a casa de Sagitario?—No tardó ni un poco en vestir su cloth, empuñando su arco de oro—¡Responde!
—Seiya: <<Esa mujer, me recuerda a Shaka>>—Desprendía la misma escencia, tenía una expresión que transmitía paz y determinación. Abrió los ojos levemente para observar a sus enemigos.
—???: ¿Ustedes son santos del zodiaco? ¿O me equivoco?—La voz tan pacífica no tenía nada que ver con su ardiente cosmo energía, eran cosas demasiado distantes, ella volvió a cerrar sus ojos ¿Por qué necesitaría verlos?
—Seiya: ¿Quién lo pregunta?—Por alguna razón estúpida no se colocó su cloth, se puso en posición defensiva directamente.
—???: El ángel que encarna a la constelación de la virgen—Juntó las manos, dejando un espacio entre las mismas en forma circular—Ōm~—Relució el cosmos entre sus manos—¡Tenma Kōfuku!—La devastadora energía mandó a volar a Nagisa y Seiya.
—Seiya: Se ve que no está muy feliz—
Sintió como si le hubieran encajado una daga en el cuello por la forma en la que cayó.—Nagisa: Está desgraciada—Se levanto—Que raro, me recuerda la alumna del santo de virgo, ¡Pero es imposible!
—???: ¡Tenma Kōfuku!—No tenía piedad alguna—¿Alumna del caballero Virgo?—Cuestionó, separando sus manos con lentitud.
—Seiya: ¿Shaka tuvo una alumna? Pensé que Shiva de pavo real y Agora de loto eran sus pupilos.
—Nagisa: Tuvo antes a otra alumna, en el tiempo en que Aioros estaba vivo—Vio que Seiya había sido detenido en seco—¿Qué diablos te pasa?
—Seiya: ¡No puedo moverme!—Con todas sus fuerzas luchaba por moverse, pero parecía un trabajo imposible.
—???: Porque lo he paralizado—Se acercó a Nagisa—Que curioso que aún me recuerdas, Nagisa.
—Nagisa: ¿Qué? ¿De verdad eres tú?—Retrocedió un par de pasos, se sentía intimidado por ese cosmos tan grande.
Continuará...
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Saint Seiya: La Guerra Santa de la luna
FanfictionDespués de la Guerra Santa contra Hades Seiya cayó en un profundo coma, quedando al cuidado de su maestra hasta que pudiera recobrar su consciencia. Cuando este por fin despertó se dio cuenta de lo diferente que se volvió el santuario en su ausenc...