Capítulo 18: Reprimenda

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El santuario para el Olimpo era fácil de atacar, un lugar con confusión, con organización confusa y desobediencia en muchos de sus allegados.

Mando a atacar a Iona, el escorpión y ángel muy leal al Olimpo, ella era una estratega entre su ejército, siendo la que en su mayoría tramaba las estrategias militares. 

 Se adentró hasta uno de los jardines del santuario, como la orden de su superior fue solo diezmar a la mayor cantidad de santos posible, no necesitaba muchos planes. 

 —Iona: —Un poco maravillada por el paisaje decidió que iría a uno de sus coliseos, ya que sintió varias cosmoenergias proviniendo de esa inmensa estructura—Acabemos con esto antes de desatar la ira del dios.  

Dio un potente salto para aterrizar sobre los escombros, dejando a los santos que ahí entrenaban boquiabiertos, algunos de ellos jamás habían visto a un ángel. 

 —Iona: ¿A un muerto cómo tú esa información le es útil?—Trazó con sus dedos las estrellas que a su constelación formaban, parecía
como si las estrellas verdaderamente se hicieran presentes. Ella golpeó la constelación, que a modo de misil se dirigió hacía el trío de santos y los tumbó.

—Gakupo: ¡Disparo celestial!—Sus amigos aprovecharon ese ataque para ponerse en guardia, el golpe tan potente hizo que Iona atravesara varias capas del suelo.

—Setsuna: Debe estar más que muerta—Murmuro al asomarse por el agujero.

—Kiki: Eso no lo podemos confirmar hasta ver su cadáver—Usando su psikoquinesis saco del agujero a Iona, Setsuna y Gakupo se rieron un poco al ver cuanto tardo en sacar a la de hebras moradas.

—Gakupo: Lo lógico es exterminarla ¿No creen?

—Setsuna: Hay que hacerle preguntas antes de eliminarla.

—Kiki: Vayamos a un punto medio entre ambas cosas—La alzó frente a él, con cierto asco en su expresión—¿Quién eres tú?

—Iona: El ángel de escorpión—Forcejeo, pero Kiki no la iba a soltar así como así.

—Kiki: Muy bien, Iona—Con la psikoquinesis empezó a comprimir a Iona, como si de un juguete anti-estrés se tratara. Podían oírse los huesos crujir—¿Qué es lo que viniste a hacer en este santuario?

— Setsuna: si te abstienes a responder te haran algo peor que estrujar tus huesos—Por si las moscas Setsuna se mantuvo alerta, con la mano cerca de su sien. 

—Iona: ¿Qué creen que vine a hacer?!—Esa respuesta sarcástica se ganó una mirada de reproche y que el magullamiento sea más y más agresivo—¡Los ángeles debemos matar a gente como ustedes!—Su argumentación fue interrumpida por un grito de dolor.  

—Gakupo: ¿Gente como nosotros? ¿Acaso todos los dioses nos ven de la misma forma?—Cuestiono, todos sus enemigos le decían eso, ¡Busquen una nueva excusa para luchar contra los santos de Atena por el amor a Zeus!

—Setsuna: Tú eres una humana glorificada ¿Te piensas tan especial como para juzgarnos a nosotros? ¿Que has hecho tú que nosotros debimos haber hecho?—Iona la miro ofendida—¡No tienes una respuesta porque sabes que es cierto! Eres una triste humana, nada más.



Al coliseo entro Mu de aries, había sentido desde casa de Aries el cosmos de Iona, al parecer su alumno tenía el problema controlado. Desde hace un rato estaba observando, le interesaba mucho saber como eran las nuevas generaciones, desde que había vuelto no había tenido tiempo para ver a Kiki en acción.


—Mu: Supongo que no tengo nada de que preocuparme—Pensó en voz alta, aunque no gustaba tanto de la actitud violenta que Gakupo y Setsuna parecían emanar. Planeaba retirarse, pero el grito de dolor de Iona le heló la sangre, no estaba preparado para oír un ruido de esa magnitud; Solo pudo voltearse y ver como el ángel caía al suelo.

—Setsuna: ¡Devil's Roses Ballet!—Hizo un pirouette mientras de detrás de su espalda enmanaban pétalos de todo tipo de colores, la armadura pese a ser tan imponente le dejo hacer con facilidad el movimiento de poner el pie en el muslo contrario y dar una vuelta, se notaba en su forma un amplio conocimiento de esa disciplina.

—Gakupo: —Cubrió su boca con el brazo, buscando no aspirar ni un poco del aroma de esas rosas—A decir verdad el aroma de tus rosas es nauseabundo—Admitió.

—Kiki: ¿Cuál es el efecto de estas rosas? Sé exacta—Junto al de cabello morado tomo su distancia.

—Setsuna: ¿Nunca habían visto rosas diabólicas?—Pregunto sin prestarle atención a la agonizante.

—Gakupo: No entrenamos contigo, como vamos a saber—Iona sentia que poco a poco perdia los sentidos, como si su cosmos se desvaneciera—Este ha de ser tu fin, angel ¡Freezeing Coffin!

Mu presenció a lo lejos como Iona era atrapada en el ataúd de hielo, Mu sintió una pena profunda al ver la cara de temor y desesperación cuando el hielo llego a su rostro. Quedo petrificada en hielo con una expresión de horror.


—Setsuna: ¿Qué haremos con esta cosa?—Golpeo con sus nudillos una parte del ataúd.

—Kiki: Lo lógico es llevarla al calabozo del santuario—Gakupo bostezo y se quitó la armadura—Tiene un cosmos inmenso, si no hubiéramos estado los tres hubiera dado buena pelea—Elevo el bloque de hielo con la psikoquinesis—Los veré luego—Con un gesto se despidió, pero en su andar fue detenido por Mu—¿Eh? ¿Qué quiere, señor Mu?

—Mu: Ven conmigo, ¡Y deja esa cosa de manera inmediata!—Kiki despreocupado hizo caer contra el suelo el ataud, provocando un ruido estruendoso.

—Kiki: Pensé que había ido a la biblioteca del santuario para actualizarse—El mayor comenzó a andar, Kiki lo seguía tomando cierta distancia.

—Mu: Decidí tomarme un descanso para poder ir a verte—Aclaro—¿Por qué has cambiado tanto? 

 —Kiki: ¿"Tanto" en que sentido, señor Mu?—Cuestiono con tono enojado, no gustaba nada de esa maldita costumbre de su maestro de soltar tanta palabrería.

 —Mu: ¿No acabas de ver lo que hiciste?!—Reto plantándole cara a Kiki—Un caballero debe ser muchas cosas, pero sobre todo tienen que tener corazón ¡Tú no puedes tratar así al enemigo a menos que te dé una razón! 

 —Kiki: ¡La razón es que nos vino a atacar!—Soltó en forma de alarido—¡Este NO es el momento para ser indulgentes, Señor Mu! ¡No nos podemos dar el lujo de ser piadosos en un momento en el que cada hombre que tenga el santuario tenga es la diferencia entre el desastre y la paz! 

—Mu: Por más que tú tengas un punto, ¡Esa no es la manera de llevarlo a cabo!—Jalo del brazo a Kiki—Me gustaría hablar contigo y con Eibon para saber la razón de tu comportamiento tan salvaje—Kiki hizo una expresión de desaprobación, pero se dejó llevar por Mu.


Continuara...

Saint Seiya: La Guerra Santa de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora