16. Mirando hacia el futuro

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No quiero ni recordar el domingo, debería existir algún remedio mágico que te haga desaparecer inmediatamente la resaca, así no tienes que andar como zombie todo un puto día.

Ni hablar de recordar algo del día de la fiesta, sé que hubo alcohol, peleas con La Realeza y una charla con Ramón de la cual lo único que recuerdo fue que lo semi-perdoné. Sigo enojada con él, pero ahora iba a ser paciente y darle su espacio para que me contara su verdad.

Iba camino a la asamblea de todos los lunes, ahí me iba a encontrar con las chicas, ellas me habían dicho que me esperaban cuando me estaba arreglando en la pieza, pero antes tenía que hablar rápido con mis tíos y no quería atrasarlas, así que  ese era el motivo de por qué ahora iba casi que corriendo al gran salón.

Llegué un par de segundos antes de que cerraran las puertas y no pudiese entrar. Busqué a las chicas con la vista y las encontré sentadas junto a la puerta, tenían un asiento guardado para mí.

Apenas Marina me vio me hizo señas para que me acercara a ellas, no dudé en hacerle caso y me dirigí a ellas para sentarme donde me habían guardado el puesto.

—Pensé que no ibas a llegar —me susurró Kerani ya que la asamblea había iniciado.

—Yo tampoco pensé que lo lograría, mis tíos alargaron mucho la conversación.

—¿Qué querían? —Marina se cruzó por enfrente de Kerani mientras susurraba al igual que nosotras.

—Solo querían ponerse al día, pero no entendían que es lunes y que tengo clases por las mañanas.

—Al menos lograste llegar.

—Shh —uno de los chicos que estaba adelante se dio vuelta con mala cara para callarnos.

***

El día se pasó rapidísimo, no me di ni cuenta cuando ya se habían acabado mis clases del día y tenía que ir a reunirme con Murcia, ya tenía que enviar mis cartas de postulaciones a las universidades si no me quería quedar afuera.

Toqué la puerta de su oficina y esta se abrió inmediatamente, por lo visto Murcia estaba esperándome.

—Me alegro mucho de verte Dorian, ¿por qué no tomas asiento? —se hizo a un lado y me dejó pasar.

Cerró la puerta y luego se dirigió a su escritorio, se acomodó en su silla y luego cerró su laptop para apoyar sus manos en ella.

—¿Cómo has estado?

—Bien, creo que cada día me siento mejor —y no mentía, todavía me afectaba el video, pero cada vez lo iba enfrentando un poco, quizás a fin de año ya lo podría dejar en el pasado.

—Me alegro mucho. Cuéntame, ¿ya decidiste a qué universidades vas a postular?

—La verdad es que sigo un poco indecisa, tengo mis tres primeras opciones, así que voy a mandar cartas a ellas, además he decidido universidades de respaldo, pero si todas me llegasen a aceptar no sabría cual de las tres primeras elegiría.

—Pero ya vas por buen camino, todavía tienes tiempo para decidir mientras esperas las cartas de respuestas —abrió su computador y por cómo se movían sus ojos supuse que estaba buscando algo en él—. Por qué no me cuentas cuáles son tus primeras opciones.

—Oxford, Cambridge y Berkley, conozco a alguien que estudia en Oxford y que me ofreció darme información al respecto, pero aún no la he llamado.

—Me parece genial que tengas con quien contactarme para adquirir información, ahora lo que te sugiero que hagas tu carta de admisión, deberías mandarla a más tardar el 22 de febrero, así que, porqué no haces algunas, y me las entregas para que te las pueda revisar y después las mandas.

Besos de una TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora