Luna Roja- Fabiana Jalil Muñoz

[Capítulo VII]

Eran los dos y cuarenta de la tarde, me encontraba en uno de los centros más codiciados de Rumania junto a Will, habíamos partido temprano del palacio para estar aquí, debía de comprar un traje adecuado para la fiesta de Alana Carmilla Lahmia Bloom, quería algo elegante, lóbrego y a la vez brillante para una noche, especialmente para la temática de llevar antifaces, debía de lucir bien, el traje estaría hecho a la medida, por lo que un sastre las estaba tomando, Will solo observaba en silencio, sus ojos hablaban por él, estaba algo incómodo de estar rodeado por tantas cosas de valor, al principio se había negado a venir, pero insistí en que me acompañase, no quería dejarlo en el palacio solo, lidiando con el malestar de mi padre, así que, inventé que teníamos trabajo por hacer y que requería de urgencia su ayuda.

—Señor Lecter, sus medidas ya están tomadas y anotadas, ahora, me gustaría saber, ¿Cómo le gustaría que fuese diseñado su traje? — preguntó.

—Hemos trabajado antes, conoces los estilos de traje que tiendo a usar, pero como te comenté, tengo una fiesta de gala con antifaz, necesito que me diseñes algo único, diferente y luminoso, manteniendo la estética lóbrega que siempre uso en mis atuendos. —dije.

—Capto completamente su idea, ¿Qué colores le gustaría que contenga su traje junto al antifaz? —preguntó mientras anotaba algo en su libreta.

—Quiero que uses el blanco en mi camisa, junto al chaleco que sea rojo oscuro de seda brillante, en cada esquina necesito que le coloques ocho botones dorados, el pantalón negro en conjunto con tiras doradas en las esquinas y finalmente la capa que sea larga, negra en la parte de afuera y por dentro vino, el antifaz negro con detalles dorados y plateados, espero me hayas captado la idea. —dije.

—Entendido señor Lecter, ¿Desea algo más? —preguntó.

—Si, ¿Cuándo podría venir a retirar el traje?, te dejaré cancelado desde ahora, ya que necesito viajar a Roma mañana por la mañana. —dije.

—El traje estará listo esta noche, enviaré a uno de mis empleados hasta su estancia para que se lo deje ahí. —dijo.

—Listo, ¿Cuánto es en total? —pregunto.

—Son 13023,65 Leus en total señor Lecter. —dijo.

—Tenga, estaré esperando el traje, gracias por su servicio, hasta pronto. —dije.

—De nada Señor Lecter, gracias a usted, tenga un buen viaje. —dijo.

Will caminaba silencioso a mi lado, no había dicho ni una sola palabra al salir de aquel lugar, hoy sería mi último día aquí, no lo vería por una semana, lo echaría mucho de menos, por lo que se me ocurre llevarlo a un lugar que sea de su agrado.

—No haz dicho ni una sola palabra desde que salimos de aquel lugar, ¿Pasa algo? —pregunto.

—No, no pasa nada, es solo que, no estoy acostumbrado a estar rodeado de tantos lujos, este mundo es completamente nuevo para mí y fue algo incomodo estar ahí, pagó una cantidad enorme de dinero señor Lecter, algo que yo nunca podría llegar a tener. —dijo mientras miraba hacia aquel gran árbol que se asomaba entre nosotros para su contemplación.

—Lamento si te hice sentir de ese modo, no quería dejarte en el palacio con mi padre y que tuvieras que lidiar con sus rabietas, no te veré por una semana, quiero aprovechar el ahora, dime, ¿A qué lugar te gustaría ir? —pregunto.

—Quiero ir al teatro, ver la obra que darán en una hora, sino es mucha molestia. —dijo.

—No es ninguna molestia, permíteme obsequiarte este día, hacerte feliz y llevarte a todos los sitios que te gustan, sería un placer, solo debes pedírmelo. —dije.