[Capítulo VIII]

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—Justo llegan a tiempo, en unos minutos la cena estará servida, tomen asiento por favor. —dijo la reina Helena Bloom mientras tomaba la mano de su esposo.

Nos dirigimos hacia el extenso comedor, había alrededor de doscientas personas, cabe aclarar que a esta fiesta solo asistían amigos y familiares de Alana y de su familia, tengo que ser cortés, así que me dirijo hacia Alana para darle mi obsequio de cumpleaños, el cual se basa en un perfecto y refinado collar de plata de ley y oro de dieciocho quilates, está compuesto de siete cuerpos articulados que le confieren una elegante flexibilidad, este conjunto contiene diecisiete piezas de cuarzo, cristal de roca tallados artesanalmente, zafiros azules, esmeraldas y turmalinas.

Apenas lo vi, supe que sería de su agrado, voy hasta ella, me paro a su lado y digo las siguientes palabras.

—Feliz cumpleaños Alana Carmilla Lahmia Bloom, es un placer estar aquí esta noche, vine personalmente a hacerte la entrega de mi obsequio por este día, espero sea de tu agrado. —dije mientras llevaba sus manos hacia mis labios para que sean besadas e hice la entrega del collar.

Lo abre y su expresión es todo lo que quería ver, no me agrada Alana, sin embargo, es su cumpleaños y tengo que aparentar que me cae bien por mi reputación y la de mis padres, siempre termino consiguiendo lo que quiero, dejarla sin palabras, me causa satisfacción ver las caras de las personas cuando los dejo sin habla, por alguna acción que hice o simplemente por haberles dicho lo que quieren escuchar.

—Dios, esto es precioso Hannibal, es lo más espléndido que he recibido hasta ahora, muchas gracias. —dijo mientras sus manos llegaban hasta sus labios para cubrirlos y evitar que la emoción se regara a la vista de los demás.

—Quiero portar este hermoso collar esta noche, ¿Me harías el honor de ponérmelo?, por favor. —preguntó mientras lo sacaba de su estuche y lo acogía entre sus manos para proceder a dármelo.

—Sería un honor Alana. —dije mientras cogía el collar.

Me puse detrás de ella, rodeé el collar alrededor de su cuello y abroché, me pongo otra vez de su lado y admiro su cuello, tengo que aceptar que se le mira bien.

Me retiro de su lado y me pongo al lado de Mischa, los camareros traen los platos de comida, se trata de un Boeuf bourguignon, un plato típico originario de la región de Borgoña, al este de Francia, es un guiso hecho de carne de res estofada en vino tinto, a la que posteriormente se le agregan verduras sazonadas, como cebollas perla y champiñones, lo acompañan con una copa de vino blanco.

Todos miran con hambre aquel plato, antes de comer, los padres de Alana dicen unas palabras.

—Hoy es un día muy importante, nuestra querida hija Alana, está cumpliendo veinte y siete años, estamos agradecidos con la vida, por darnos la inmortalidad de verla crecer, esta noche disfrutaremos con ella, te amamos mucho querida hija y recuerda, siempre estaremos muy orgullosos de ti. —dijeron mientras los dos le daban un beso en cada mejilla.

—Por Alana. —dijo la reina alzando su copa.

Todos brindamos y luego procedimos a comer en silencio, luego de la cena, iríamos al salón de baile.

Ya había probado este plato anteriormente en unos de mis viajes a Francia, no a todo el mundo le salía la técnica, pero debo de admitir que estaba muy bien preparado, me deleité comiéndolo.

La gente ya había terminado su plato, algunos rondaban por ahí, hablando con la familia de Alana y otros de sus amigos estaban junto a ella, por mi parte solo estaba observando, fingiendo interés en estar aquí esta noche.

—Son las once en punto, ya pueden ir pasando a la pista de baile, tengo un anuncio que dar. —dijo el Conde Lahmia.

Hicieron caso a la orden que se pidió y empezaron a salir de a poco, la pista de baile era grande, su baldosa era de mármol, las paredes pintadas en oro, junto a las molduras rodeadas por rosa oro metálico, que decoraban las esquinas, cuadros de la familia Lahmia, en el tejado se podían apreciar cuatro lámparas colgantes en forma de flores que caían y daban una gran iluminación en el centro.

Luna Roja- Fabiana Jalil MuñozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora