Parte II
—Oh, vaya, creo que te gusta esto, te lo permito, ah, pero no muerdas tan fuerte. —dijo abriendo paso al miedo que estaba gritando en la punta de su lengua.
—Tienes un cuello con un sabor delicioso. —dije.
—Gracias, es bueno saberlo, es usted alguien muy encantador. —dijo.
Seguí con lo mío, las lamidas habían dejado de caminar contra su cuello, ahora solo estaban presentes las mordidas, mordí fuerte, lo cual provocó un llanto de desesperación y aguado saliente de su garganta, se estaba empezando a preocupar, la diversión ya estaba por comenzar, poco a poco.
—Creo que es tiempo de que me marche, mañana tengo trabajo y no quiero llegar con unas espantosas ojeras que colgarán debajo de mis ojos, fue un gusto haberte conocido. —dijo mientras trataba de dar distancia entre nuestros cuerpos, pero no lo permití, la apegué más a mí.
—Hablo en serio, debo irme. —dijo clavando profundamente la punta de sus afiladas uñas sobre mis hombros, buscaba una manera de huir.
Dejo lo que estoy haciendo para mirarla fijamente a los ojos y proceder a decir las siguientes palabras.
—En esta resplandeciente noche, habrá una lluvia de crisantemos, caerán y caerán sin parar sobre la tierra y lo que está a nuestro alrededor, especialmente en ti y tu novio, fueron elegidos para ser parte de un banquete especial que organizamos mi hermana y yo cada cuatro años, hoy es nuestra noche de cacería, no intentes hacer nada, no escaparas de mí, jamás, a menos que yo lo decida y lo que decido es que no te irás, morirás en mis brazos esta noche. —dije mientras caminaba a paso lento llegando hacia ella.
— ¿Quién eres?, ¿Por qué me estas diciendo esto?, quiero irme, ¡Auxilio, que alguien me ayude!, aléjate de mí. —dijo envuelta en desesperación.
—Batalla y grita todo lo que quieras, nadie te oirá, este lugar es muy alejado, prácticamente no hay nadie que habite aquí. —dije.
—¿Por qué haces esto?, ¿Qué te hice? —dijo llorando desconsoladamente.
—He escuchado la misma pregunta a lo largo de mi vida, no hay razón alguna, solo elijo al azar, soy un cazador, un vampiro y tengo que alimentarme para sobrevivir, es parte de mi naturaleza. —dije.
—¿Vampiro?, entonces, claro, tú eres el responsable de todas las muertes que están asechando el pueblo últimamente, nadie hace nada, solo lo dejan de lado, como si nada, alimentando al olvido sin hacer justicia alguna. —dijo.
Trató de correr, pero fui más rápido que agarré su cuerpo y me prendí en su cuello, despacio clavando mis colmillos que ya estaban a la vista, sus ojos batallaban por no dormirse, su voz que cargaba con su insistencia se estaba apagando de a poco, hasta que su corazón dejó de latir, había partido, coloqué su cuerpo al estilo princesa y la llevé entre mis brazos hasta donde se encontraba Mischa, el cuerpo sin vida del hombre estaba a su lado, flotando en el luminosos charco del rojizo que salía de su cuello, chorreante como las aguas de una cascada yendo directo al vacío.
—Ya es hora hermana, tenemos que empezar con nuestro cuadro. —dije mientras ponía al lado del cuerpo del hombre a su novia.
Empecé quitando cada prenda de aquella mujer, Mischa hacía lo mismo con el hombre, peiné su cabello, acaricié con la punta de mis dedos el honor que me estaba dando la admiración, planteé un devaneo sobre mi dedo índice y lo llevé junto a sus labios, dando el adiós, abrí su boca, donde llené con una cantidad considerada de violetas, saqué sus ojos, los fluidos se abrieron paso por mis manos, rociando el sabor del canto de aquella vida arrebatada, puse dos rosas allí, Mischa me ofrece una copa grande de sangre, obsequiada por el hombre, ambos la dispersamos por su cuerpo, siendo la base para formar unas grandes alas de mariposa, que serían llenadas con crisantemos, a sus muñecas vacías les llevo una pulsera hecha de lirios que se trenzan entre sí, levantamos su cuerpo, trabajamos en dejar Tsubaki, simulando una cama de descanso eterno, la volvimos a acostar, pusimos ambos brazos unidos sobre su torso y su pierna derecha doblada hacia arriba sin tocar su pierna izquierda.
ESTÁS LEYENDO
Luna Roja- Fabiana Jalil Muñoz
VampireA principios de la época victoriana en Rumania, en el año de 1838, el conde Lecter se va a retirar de su cargo, para ello, tiene que ceder al puesto Hannibal Lecter Sforza, el único inconveniente, es que, deberá comprometerse con la bella doncella A...