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CUANDO CYRA DESPERTÓ CON la piel caliente y el sudor rodando por su cuello, supo que necesitaba urgentemente una ducha fría. O tal vez sumergir la cabeza en la pileta de agua para que pudiera pensar con claridad. Se sentía tan necesitaba que ni siquiera el agua helada de la regadera estaba calmando su temperatura. Y la realidad era que no sólo se trataba de su calor corporal, sino de un calor conocido en su interior.
Una de las cosas más difíciles en Pandora como la única humana de su edad era tener que lidiar con la falta de actividad. Cada vez que su cuerpo pedía por un mínimo roce, debía arreglárselas para satisfacerse. Con Liam fuera del mapa, era peor.
Ya habían pasado semanas desde que ese traidor se fue, pero más de tres meses sin haber tenido sexo. No tener contacto físico estaba jugando con su mente.
Salió del baño y se echó a la cama aun envuelta en una toalla. Debatió un poco; faltaban varios minutos para que Susan fuera a buscarla para invitarla –obligarla– a que tomara el desayuno.
Bufó exasperada.
No tenía que darle explicaciones a nadie, era una adulta. Entonces bajó la mano por su figura hasta llegar a donde verdaderamente necesitaba atención. Estaba tratando de abrirse camino entre la tela cuando un golpeteo en la puerta la hizo dar un respingo.
ー¡Despierta bella durmiente! ーSpider parecía arremeter contra el metal.
Tenía que tener buenos pulmones para gritar y que se escuchara algo a través del material.
ーMierda ーapretó los dientes. Como pudo, se colocó ropa decente antes de abrirle la puerta o él no se callaríaー. ¡¿Qué quieres?!
Ya frente al chico, tuvo el impulso de borrarle la sonrisa de su cara con un manotazo. ¡Había interrumpido su momento feliz!
ー¿Dormiste en el suelo? Tienes un humor horrible.
ーYa dime qué es tan importante para despertarme a esta hora.
Spider pensó que se veía muy cuerda para apenas haber despertado, mas no dijo nada.
ー¿Has olvidado qué fecha es?
ーAh, es que mi calendario mental se ha roto hoy precisamente.
El hijo de Quaritch rodó los ojos.
ーHay una celebración en la reserva para los guerreros de la tribu.
Enarcó una ceja. ¿Y eso qué más daba?
ーEntonces... ーdejó las palabras al aire tratando de buscar algo que la uniera a ella y a esa dichosa fiesta.
