Relatos +18 de las Hijas Dimitrescu x lectora/OC.
[☆] Todos los oneshots son TRADUCCIONES. Doy créditos a sus respectivos autores.
~~~Imagen de portada: AcousticMalta (Twitter)
Summary: Después de cometer un error fatal, Lady Dimitrescu te envía a la bodega para que te conviertan en vino, y le indica a uno de sus hijos que lo haga "lento y doloroso" por tu error. Pero siempre habías visto el deseo lujurioso en sus ojos, y fuera del alcance del oído de tu señora, podrían tomar lo que quisieran de la doncella vulnerable. Después de todo, no sirves como vino si no eres virgen.
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Tus oídos funcionaron perfectamente, estabas segura, pero lo que ladró Lady Dimitrescu aún era ininteligible para ti. Incluso cuando la botella de vino se hizo añicos en el suelo de piedra del comedor y la Dama golpeó con sus grandes manos tu rostro atónito, no se oyó ningún sonido. Porque sabías que la botella de vino que se había derramado sobre el vestido de la Señora de tu mano temblorosa sería lo último que verías en esta vida. Tus pensamientos congelados en su lugar, los terrores de lo que acabas de hacer por accidente apenas puedes registrarlos antes de entrar en estado de shock.
Movimiento de nuevo. No por ti, sino porque el primer hijo y heredero, Belon Dimitrescu, te agarró del brazo con dureza. Su cabello dorado era ilusorio, ligero y bailaba en el aire con sus rápidos pasos mientras corría desde el otro extremo de la mesa hacia ti. Con qué frecuencia te maravillaste de sus mechones desde tu primer día: el único otro cabello que habías visto tan dorado como este estaba en la cabeza de la Madre Miranda. Su cabello se rizaba ligeramente y corría justo debajo de su barbilla. Cómo siempre has querido pasar las manos por debajo de ese cabello dorado para asombrarte ante su ingravidez y su gruesa apariencia cada vez que caminaba orgulloso por el castillo de su madre.
En tu primera noche con las otras sirvientas te sentaste con ellas en las habitaciones compartidas; todas habían llegado al mismo tiempo y no tenían la menor idea de qué esperar trabajando dentro del castillo. Las otras mujeres y tú estuvieron de acuerdo en que Belon era un hombre de ensueño: alto, en forma pero no demasiado, de mandíbula cuadrada y con sus grandes ojos dorados en una forma soñolienta. Se presentó al grupo anteriormente con la voz y vocabulario más inteligentes que jamás hayas escuchado, unos que solo escuchaste de hombres en tu novela romántica que habías escondido en tu habitación mientras crecías. Cada movimiento que hizo fue tan elegante y realizado con tal nivel de calma, sin siquiera compararlo con los movimientos erráticos de Daniel o la presencia espeluznante de Cassandros.
El sonido volvió a tus oídos cuando Lady Dimitrescu desapareció de tu vista, todavía histérica de ira con sus otros dos hijos tratando de consolar a su madre y su vestido blanco y rojo ahora. Belon te arrastró fuera del comedor a las cocinas, y de las cocinas a la parte superior de las escaleras que descendían a un sótano oscuro. Cuando recuperaste la audición, pudiste registrar la puerta cerrándose, el arrastrar de tus pobres zapatos de tela sobre el piso de piedra y los gritos distantes más adelante en el camino que seguramente tomaría el primogénito.
