Relatos +18 de las Hijas Dimitrescu x lectora/OC.
[☆] Todos los oneshots son TRADUCCIONES. Doy créditos a sus respectivos autores.
~~~Imagen de portada: AcousticMalta (Twitter)
Summary: El campo de batalla es un lugar impredecible. Como guerrera, nunca sabías qué batalla sería la última. Siempre pensaste que la derrota significaba la muerte, pero te equivocaste.
Palabras: 7518
(Switch!Cassandra)
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Nacida de tiempos de guerra y conflicto, no eras ajena a la angustia y el dolor. Toda tu vida giraba en torno a la lucha, tu entorno estaba constantemente pintado de carmesí. Nuevas heridas aparecieron antes de que las viejas pudieran sanar por completo, tu vida solo conoció penurias y sufrimiento.
Los fuertes devoran a los débiles. Has jurado no ser nunca débil.
Así fue como te volviste tan versada en las artes de la lucha, quitarle la vida a otro fue fácil. Sentir la vida dejar su cuerpo por tu mano fue satisfactorio. Qué apropiado que hayas nacido durante una guerra, donde podías mezclarte y ser visto como un héroe mientras luchabas por el bien de tus Señores. Nadie cuestionó la sonrisa en tu rostro y cómo preferías mantener la sangre seca en tu rostro. Los fuertes devoran a los débiles.
Tu arrogancia y sed de sangre nunca te hicieron reflexionar, ¿y si algún día fueras la más débil? Tales pensamientos eran inconcebibles. Nunca se te pasó por la cabeza. Eras poderosa y habilidosa, nunca perderías contra nadie.
Pero el hecho de que pensaras que era imposible no significa que sea imposible.
Aquí, en un pueblo sin nombre en Rumania, dentro de los muros de un castillo sin nombre, tu pequeño pero élite escuadrón fue superado sin mucha lucha. Fue... una masacre. La palabra era tan familiar. Masacre, tu compañero y tú lo usaron a menudo para presumir de su victoria más reciente. Nunca pensaste que usarías esa palabra para describir tu derrota, pero ¿de qué otra manera podrías llamar a este baño de sangre? En un abrir y cerrar de ojos, la mitad de tu equipo fue eliminado.
Esos desafortunados no eran más que cadáveres, pedazos de restos, que nunca serían identificados. Tú, junto con unos pocos, sufriste algunos cortes y una cuchilla se alojó en tu hombro mientras alguien te arrastraba por el pie a través del lujoso salón.
Mujeres, basadas en sus risitas suaves y la voz muy femenina que se burló de tus compañeros restantes. Cuando te arrojaron a las mazmorras, se confirmó tu suposición. La tenue luz reveló a tres mujeres sonriéndote. A primera vista, se notaba que no eran humanas. Los ojos humanos no brillaban dorados en la oscuridad. Lo que sea que te capturó era una liga diferente de criaturas.
—¡Déjennos ir! —Uno de tus compañeros gritaba mientras sacudía los barrotes de su celda, Rendel era su nombre. Las mujeres lo ignoraron pero sus siguientes palabras —¡Sáquennos de aquí! ¡Malditos monstruos! —pagó con su lengua. Todo lo que se escuchó, fue su grito ahogado de angustia, mientras se tapaba la boca ensangrentada con las manos. Ni siquiera las viste moverse. Todos vieron a una de ellas desvanecerse frente a ustedes y fue seguido por el grito de Rendel.
