- ¡Mamá, mamá! ¡Hay una niña en el suelo!
Esas fueron las primeras palabras que escuché provenientes del chico pelinegro de ojos color menta.
--
- Spoilers del manga¡!
- Partes sad :'>
- ¡FEM!Reader
TW: mención a autolesiones y agresiones sexuale...
Sanguchitooooo me pediste q te etiquetara, pos ahí tas miamor ·3·
Ya saben q este cap es +18, aunq no esperen mucho de mi eh q los lemons no se me dan nada bien JAJASHAJS
(habrá sobreestimulación y un poquillo de sumisión por parte de la t/n q está bien insana🙄)
comencemos banda
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al cerrar la puerta de mi casa mi espalda es rápidamente estampada contra esta. Las manos de Muichiro viajan por todo mi cuerpo, y la temperatura es cada vez más elevada.
Sus manos se dirigen al borde de mi camisa, y lentamente la va subiendo, dejando a la vista el negro sujetador que traigo puesto.
Tras arrojar la prenda a saber dónde una de sus manos va a mis glúteos, esos que tanto le gusta amasar y acariciar. La otra se dirige a mi cuello, y sin ejercer mucha fuerza es aprisionado entre sus dedos.
- Mírame.
Le hago caso y mis ojos conectan con los suyos. Esos penetrantes ojos azules me hierven la sangre, me calientan.
- Cómo echaba de menos esto.
Retira con lentitud su mano de mi cuello, y, mientras la otra empieza a amasar una de mis nalgas, su lengua acaricia con mimo la piel de mi cuello.
- Mui~
Suelto un leve gemido al notar como una de sus rodillas roza con insistencia mi entrepierna, la cual cada vez está más y más mojada.
- Mui por favor~
- Ya me rogarás más tarde, ahora sólo quiero oírte gemir.
Noto cómo sus manos dejan de atender mi cuerpo y se dirigen a mi pantalón. Al empezar a sacármelo se detiene en seco.
- ¿Q-qué pasa?
Digo con la respiración entrecortada.
- Mejor seguimos arriba, en tu habitación.
Sin previo aviso me cogió de los muslos y me cargó hasta mi habitación, dónde me dejó caer con delicadeza sobre la cama.
- Enserio, no entiendo cómo puedes decir que no te gusta tu cuerpo, ante mis ojos eres una jodida diosa.
Antes de que pudiera decir nada me calló con un beso. Su mano derecha apresó mis muñecas arriba de mi cabeza.
- O-oye...
- Tranquila, sé que nunca hemos probado esto, pero seguro que te va a encantar.
- Solo n-no seas brusco...
- No, nunca te haría daño.
Me regaló una sonrisa y sus besos continuaron, noté cómo mis manos eran atadas con una tela. Esto me empezaba a excitar.
