Veía un punto fijo en el suelo, una hormiga que iba cargando una hoja pequeña para su gente. Trabajaba duro, pero iba sola.
Su cerebro seguía sin procesar lo que vivió, de lo que se enteró. Su mente no daba abasto, se sentía agobiado, agotado, cansado. Quería que Spreen entrase por esa puerta y lo matará, ya nada tenía sentido, ni su existencia ni su vida, ni nada.
¿Qué era él? Un experimento, eso era. Nada más, sin su dueño, sin su creador... ¿no era nada? ¿En serio? ¿Ahí llegaba todo? Saber la verdad, procesarla, verse y ya no sentirse él, ¿ahí llegaba todo?
Hide
¿Esconderse? ¿Dónde? No tenía ganas ya de vivir, no tenía deseos de nada.
Inside
¿Dentro? ¿De dónde? ¿Para qué se preocupaba? ¿No era mejor no hacer nada y aceptar morir de una vez?
Deseaba que Spreen entrase por esa puerta frente a él y lo matase, no importaba la manera, tortuosa o de una, sólo quería morir, sólo deseaba que todo acabará.
—. Despertaste – se escuchó.
Quackity alzó su rostro, sin importarle que vieran sus lágrimas.
—. ¿Estás triste? – preguntó.
¿Triste? No, desesperado.
Quería morir, ya no lo soportaba, se sentía terrible.
—. Mátame – rogo, la persona frente a él no dijo nada, sólo lo miro.
Quackity estaba sentado en una silla, sus manos aseguradas con broches de metal en cada posador. No soportaba más, ni el lugar, ni las personas, ni sus pensamientos. Sus pensamientos, quizá de eso estaba cansado realmente. ¿Por eso quería morir? Para no pensar, morir es dormir, nada más que es eterno. Sí, él quería dormir, no pensar, descansar ya de toda esa vida terrible que ha manejado siempre por ordenes de otros.
—. Spreen no quiere que te matemos todavía – respondió.
Quackity soltó un leve hipido, su llanto se elevaba cada mes más.
—. Ya no aguanto, por favor, mátame, mátenme, por favor... no soporto ni un día más vivo – se lamentó.
El contrario no supo cómo reaccionar ante las suplicas y lamentos de Quackity.
—. Escucha – llamó su atención, haciendo que el llanto se hiciera leve, pero aún así, las lágrimas no se detenían —. Spreen nos ha dado la orden de interrogarte de manera pacífica, así que te pedimos que nos colabores rápidamente para que toda la situación acabe rápido, ¿bien?
Quackity asintió, quería limpiarse las lágrimas, pero no podía. Lo que no se esperó, fue que aquel subordinado se acercará con un trapo pequeño para limpiárselas.
—. Bien, para que tengas más confianza. Mi nombre es Roier Gámez, tengo veintidós. Es un placer – se presentó.
Quackity no lo miró, desvío la mirada y tembló un poco antes de hablar —. Quackity Maldonado, dime Alexis – respondió.
—. ¿Alexis? – preguntó, confundido, Spreen no había dicho nada con respecto a eso. Quackity sólo asintió —. Bien, Alexis. ¿Cómo te sientes?
Quackity estaba extrañado, ¿qué clase de interrogatorio era ese? ¿Terapia psicológica?
—. Me quiero morir – respondió.
Roier se quedó sin palabras, era psicólogo, y en su experiencia, las personas que deseaban matarse eran personas que sentía que ya no daban abasto, y solucionar una mentalidad así es imposible. Todo depende de Quackity, su voluntad y un golpe de suerte.

ESTÁS LEYENDO
Noche de Juegos - Spreeckity
FanfictionWelcome to the grand opening of soldi! The opening to the best casino in Las Vegas. My name is Quackity, but you can call me Mister Q. I'm the owner of this casino and I will be happy to receive you. •°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°• ...