Capítulo XIV: Proceso

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La vida es un proceso, los sueños son procesos, las series son procesos, todo en la vida esta compuesto por procesos.

¿Su situación era una?

¿Por qué te aman más?

No lo sé.

¿Por qué mamá y papá no fueron sinceros conmigo?

No lo sé

¿Soy tan mala persona? ¿Por qué soy así? ¿Por qué nadie me quiere? Doy asco, soy malo, soy la puta peor persona del mundo ¡Me odio! ¡Quiero morir! ¡Es lo que todos querían! ¡Que muera!

No dijo nada.

Aquella voz que lleva hablándole siempre en sus sueños se escuchaba cada día más frustrada, más dolida, más herida.

¿Por qué a ti? ¿Por qué yo no? ¿Por qué así? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿No fui suficiente? ¡Hice todo lo que querían! ¡Fui todo lo que querían! Buenas notas, buenos amigos, buen trabajo, buen negocio. ¡Lo fui todo! ¿No basto? ¿Qué me falto para ser como tú?

No dijo nada.

Quería llorar, se sentía triste, se sentía frustrado, se sentía lastimado, traicionado, herido, no quería más nada. Se sentía terrible.

Su corazón comenzaba a latir rápido, los ojos no tardaron en llenarse de lágrimas, su cuerpo temblaba.

¿Por qué yo no? ¡Díganme qué me falto! Si yo lo di todo... ¿acaso no basto?

Spreen llegó rápidamente a la habitación de Quackity, viendo como esté se retorcía en la cama mientras lloraba y se quejaba.

—. ¿Alexis? ¿Estás bien? ¡Hey! – trato de llamar su atención, acercándose un poco.

Se acercó más sólo para sacudirlo levemente, siendo sujetado repentinamente de su brazo con mucha fuerza.

—. ¿Alexis? – preguntó, confundido.

Habían pasado cinco semanas desde que Quackity se comporto así, no sabía qué estaba pasando, nunca cuestiono esos malestares nocturnos.

Quackity se dejo de retorcer en la cama.

Abrió su ojos poco a poco, para luego girarse lentamente a ver a Spreen, encontrándose con un rostro preocupado.

—. Tú no te preocupas por mí – habló, confundiendo a Spreen.

—. ¿Qué? Alexis, claro que me preocupo por ti. Dios, ¿cómo vas a decir eso? – cuestiono.

Quackity negó con la cabeza, soltó poco a poco el agarre en la mano de Spreen, para seguido sentarse en la cama y quedarse viendo la puerta abierta de la habitación.

—. A mí... me intentaste matar – habló, confundiendo más a Spreen. De repente, las lágrimas en los ojos de Quackity se hicieron más intensas —. Y a él... a él lo adoraste con todo tu ser. Te preocupaste por él, tuviste tu atención en él, siempre fue él. Todo lo malo en ese experimento, siempre fui yo.

Spreen cayó justo en ese momento, separándose un poco por impulso.

—. Dream nunca quiso una nueva consciencia, Dream nunca quiso revivirme para tenerme, él... sólo quería tenerlo a él. Alexis, siempre fue él lo que querían. Alexis, sólo él, único hijo de Dream. Por eso a mí nunca me confesó ser mi padre, por eso a mí nunca me confesó ese proyecto. No por miedo a lastimarme, sino, por miedo a lastimar a esa pequeña consciencia que se encontraba dormida en mí. ¡Siempre fue él, maldita sea! ¿Cuándo seré yo? ¿Por qué me duele tanto no ser amado por nadie?

Spreen no sabía cómo reaccionar, simplemente escuchaba con atención cada palabra de él.

—. Trate, trate tantas veces de ser como él. Ser bueno, ser amable, ser gracioso o ser creativo, pero tratar era igual a una reprimenda; porque yo no debía ser igual a él. Yo no era él, yo no tenía permitido ser yo porque, él era similar a mí. Entonces, me perdí intentando ser lo que se supone que debía ser. Manipule, asesine y estafe a tantas personas, solo por escuchar de sus bocas algún día un "te amo, hijo". ¿Por qué yo?

Las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas eran incontenibles, y sin querer, Spreen comenzó a llorar con él. Sintiéndose atrapado por el sentimentalismo de Quackity.

—. Hice tanto por tan poco, y cada día de mi adolescencia me perdía más, anhelaba menos su amor; hasta que finalmente paso lo que debía de pasar cuando te cansas de esperar algo que sabes nunca pasará. Me rendí, me rendí y me perdí. Comencé a asesinar a personas sólo por coraje, coraje conmigo mismo por no ser suficiente.

El llanto de Quackity era incontrolable, cada quejido era soltado desde lo más profundo de su ser. Todo ese dolor, todo ese sentimiento, lo estaba soltando por primera vez.

—. Y aunque me haya rendido, ese niño, ese niño anhelante de cariño, aún seguía en mí. Y cuando hablo sobre ti y que te quería tener para unos negocios, no dude en aceptar para enorgullecerlo. A ese niño se le olvidaba que él no era el niño que Dream amaba. Ese niño no era su niño.

Quackity comenzó a ahogarse con su propia saliva de tanto llanto, Spreen se acercó a él y lo jalo hacia su cuerpo, abrazándolo, acogiéndolo en sus brazos, dándole palmadas en su espalda y llorando a su lado.

—. Yo sólo quería que él me amara, yo sólo quería que me amarán, yo sólo quería un pequeño detalle en mi cumpleaños, en el día del niño. Quería unas felicitaciones por mis notas, por mis logros, por mí. Yo sólo quería su atención, yo sólo quería que alguien me amara como Dream amo a Alexis, tanto que creo su peor error sólo para tenerlo con él. De verdad, ¿es tan malo querer que alguien te acepte? Trate todo, y nada fue suficiente.

Spreen siguió consolando a Quackity, sintiendo como esté se escondía en su pecho y apretaba su camisa, aferrándose a él.

—. Yo sólo... - las palabras ya no podías salir, había perdido la voz de tanto llanto, el dolor en su garganta era un suplicio, no lo soportaba —. Quería que me quisieran como a él, quería ser él. Me sentía tan celoso de él, que fui yo quién lo sepulto en el subconsciente, para que no me hiciera sentir diariamente esa diferencia entre ambos. Una persona amada, y una persona desesperada por amor.

Quackity no volvió a decir más, dejándose consolar por Spreen que estaba abrazándolo a su lado.

Los minutos pasaron y el llanto ceso, dejando un Quackity acurrucado en su pecho que seguía hipeando por todo aquel llanto.

"La única víctima aquí es él" – las palabras de Roier se le vinieron a la cabeza, esta vez, dándole otra perspectiva de Quackity.

«No hay ser en este mundo que no quiera ser amado»

De niños es eso lo que todos queremos: amor, atención, tiempo, comprensión.

Papá y mamá.

Amigos, comer y jugar.

No es malo querer amor, querer atención, querer que te dediquen una pequeña parte de su tiempo, o un trozo de sus corazones para que te comprendan; no es malo, somos niños.

Entonces, ¿tuvimos suficiente amor?

¿O nuestra adolescencia refleja la carencia?

Independientemente de la respuesta, estamos en un proceso de superación. Tratando de no ahogarnos en las consecuencias de toda esa penuria.


















Llore posta escribiendo esto con música triste de fondo, la revivi

Noche de Juegos - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora