Evan Peters +18

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Padre Evan

Era domingo de misa y mí familia era una de las primeras en estar allí, podía ver desde lejos como el padre sonreía ante las palabras de una de las monjas.

Nunca un hombre se había visto tan bien con ese uniforme.

En cuanto la misa termino, se habilitó el paso a la oficina del padre ya que las confesiones las hacía allí, frente a frente.

- Que el señor este contigo hijo, buen día. - pronunció al despedirse del último hombre en salir

- Disculpe padre, me gustaría confesarme. - dije acercándome a él

- Por supuesto, pasa y ponte cómoda. - dijo señalando hacía la puerta

Me senté frente al escritorio y espere hasta escucharlo cerrar detrás de mí, luego se dirigió al mueble ocupando mí vista.

- Dime hija. - paseo un dedo por el cuello de su camisa y acomodo la cruz que colgaba de su cuello

- He marcado mí piel padre, sin el consentimiento de mis padres. - dije poniendo cara de perrito mojado

- No parece ser algo grave, tus padres pueden entenderlo, ya eres mayor de edad. - aconsejó - ¿Que fue lo que te hiciste?

- Su nombre, padre. - comencé a desabotonar mí camisa

- ¿Que? - preguntó confundido

Quiso detenerme al ver qué mí sostén se veía, pero me levanté de la silla colocándome frente a él, mostrando su nombre escrito entre mis pechos.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y su ceño se frunció.

- ¿Porqué has hecho eso? - preguntó aún sosteniendo mis brazos

- Por qué no puedo dejar de pensar en usted padre, cada vez que está en mí mente mis piernas tiemblan. - dije y su cejas se alzaron volviendo la vista a mis ojos

- Eso está mal, allí afuera hay un hombre que espera conocerte y formar una familia contigo...

- Yo lo quiero a usted. - dije dando un paso hacia el

Sus manos buscaron alejarme pero me solté de su agarre y puse las mías en sus hombros.

- Solamente un beso padre, calme está sed de sus labios que tengo. - rogué buscando su cercanía

- Eso es pecado hija, yo no puedo hacer aquello que tú me pides. - se negó pero su respiración cada vez se aceleraba más

Al notar la poca resistencia de su parte, me avalance sobre él y junte nuestras bocas en un casto beso.
El sostuvo mí cintura y trato de alejarme.

- No puedo Tn, está mal. - susurro guiandome hacía la puerta

- Todos se han ido, nadie nos escuchará. - murmuré cuando sentí la madera en mí espalda

- Nos iremos al infierno por esto. - balbuceo con sus ojos cerrados

Tiré de él con mis manos en su cuello y lo besé desesperadamente, me contestó de la misma manera e hizo algo de presión sobre mí cuerpo con el suyo.

Mí respiración se hacía ruidosa al sentir el calor de su cercanía y sus labios pasear por mí cuello.
Desabroché su camisa y busque hacer lo mismo con su pantalón.

- Me acabas de meter en un gran problema. - susurró mirando como mis dedos acariciaban sobre su pantalón

- No pienses en eso Evan, solo déjate llevar. - contesté besándolo nuevamente

Me tomó en brazos y me dirigió al escritorio, allí se deshizo de la ropa que estorbaba y acarició mí cuerpo con el suyo, frotandolo contra mí.

- Hazme tuya Evan. - mordí el lóbulo de su oreja

Soltó un quejido de placer a la vez que acercaba su miembro a mí entrada, lo hizo despacio asegurándose de que no me doliera, el corto vello púbico que tenía cosquilleo en mí al tenerlo tan cerca.

Me apoye en mis brazos mientras veía como me tomaba por la cintura haciendo un suave vaivén de caderas, sus ojos completamente fijos en nuestra unión.
A veces los cerraba y tiraba su cabeza hacia atrás y balbuceaba entre gemidos.

Levantó la vista y con una mano en mí espalda me acercó para poder besarme, intensificando sus movimientos.
Mordió mí labio inferior y sus dedos juguetearon con mí centro haciéndome temblar.

- Estoy por acabar. - susurró sobre mis labios, su nariz rozó la mía.

- Hazlo dentro de mí. - pedí rodeando su cintura con mis piernas.

- No Tn. - se negó empujando mí cuerpo hacia atrás con el peso del suyo

- Por favor, quiero que terminemos juntos. - supliqué haciendo presión en su trasero con mis talones, mis paredes comenzaban a contraerse

- Joder. - balbuceó antes de besarme nuevamente, de forma desesperada

Una de sus manos se dirigió a mí cuello, dejándola allí casi en mí pecho y la otra me sostenía de aquellos últimos bruscos movimientos.
Gemi en sus labios al sentir como el nudo en mí estómago colapsaba y el apretó su agarre en mí cuello cuando llego al clímax.

Su frente descanso en mí hombro en busca de aire y mis piernas dieron sus últimos espasmos.

- El tatuaje es falso, ¿No? - preguntó sobre mí piel

- Sí. - reí haciéndolo negar

No era la primera vez que le jugaba una broma.

Evan Peters One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora