Kai Anderson +18

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Detrás de ti

Me desperté incomoda al igual que el resto de los días, mis muñecas dolían al contacto de las cadenas que me amarraban a aquella pared.

Lo vi entrar con la bandeja entre sus manos, su cabello azul mojado, al parecer recién salía de la ducha.

- Te he traído manzana verde, tu favorita. - dijo acomodando la mesa frente a la vieja cama

- No tengo mucha hambre. - murmuré

- Comerás igual. - dijo decidido

Camino hacia mí y me llevo hacía la silla, acarició mis muñecas aliviando el dolor de las cadenas y se paró a mí lado. Lo ví a los ojos dedicándole una simple sonrisa tonta, lo cual lo hizo acariciar mis labios.

- Hueles bien. - susurré

Me besó cortamente los labios - Sabes bien.

Apoyé mí cabeza en su vientre y acarició mí cabello, solía decir lo mucho que le gustaba su color y suavidad, incluso me ayudaba a mantenerlo así.

Pronto sus caricias bajaron a mis pechos, pellizcaba mis pezones por encima del fino vestido pijama y me hacía respirar pesado.

- ¿Quieres jugar? - susurró y asentí

Desabrochó sus pantalones frente a mí y los bajo junto a su ropa interior dejándolos sobre sus rodillas. Su hinchado y rosado pene apunto a mí boca, lo tomo delineando mis labios y suspiro cuando pasé mí lengua por el.

Lo chupe de arriba hacia abajo mientras él me tomaba del cabello y meneaba sus caderas.

- Lo haces muy bien pequeña. - balbuceó - Quiero sentir tu garganta en la punta de mí pene.

A pesar de algunas arcadas, lo hice profundamente provocandole gemidos que no había escuchado antes, balbuceaba insultos y palabras sucias.

- Me vengo. - susurró tratando de apartarme pero seguí - Voy a acabar en tu boca si no te alejas.

Así lo hizo, y luego de alejarme lo tragué, mostrándole mí lengua sin restos de su semen.

- Carajo. - murmuró viéndome desde arriba

Tiro de mí besándome, me subió sobre la mesa tirando la comida que se encontraba allí, no llevaba ropa interior por lo que pude sentir su pene rozando mí vagina en la cercanía, lo cual me hizo mojarme aún más.

Extrañamente Kai me ponía muchísimo.

Me sorprendió cuando se deshizo de las cadenas en mís muñecas, sin cortar el beso acaricié su cabello juntandolo más hacia mí.

Se hundió lentamente en mí interior y apoyé mí espalda sobre la fría mesa, levantando mí vestido para que tenga una vista completa de mí cuerpo desnudo, se quitó su playera mostrando su marcado abdomen pálido, un tatuaje con mis ojos adornaba su estómago.
Cerré mis ojos arqueando mí espalda entre gemidos, el acariciaba mí clítoris mientras yo apretujaba mis pechos.

- Más duro Kai. - gemí entre insultos

Me tomó levantandome entre sus brazos y pegó su pecho al mío follandome, una mano me sostenía por la espalda y otra se encontraba en mí pierna. Mis brazos rodearon sus hombros y lo besé con desesperación, comenzaba a sentir un nudo seguido de mis paredes dar espasmos alrededor de su pene. Me susurró un sinfín de groserías sobre lo duro que le gustaba follarme, lo caliente que se sentía mí vagina y grité su nombre en orgasmo.

- Oh por dios Kai. - lloriqueé en sus labios suaves mientras me derramaba sobre él

- Así es nena, haz acabar a papi. - murmuró agitado

Dió las últimas ruidosas embestidas mientras se venía dentro de mí, en ese momento mire hacia su cuello y soltó mis piernas bajandome suavemente, hice puntillas y lo mordí con violencia saboreando el metal en mí boca y corrí lo más rápido que pude.

Sabía que mientras el estaba conmigo las puertas no estaban cerradas, así que huí al exterior, la nieve casi no dejaba ver y congelaba mí cuerpo cubierto solo por el fino vestido lila. Me adentré en el bosque tratando de desaparecer antes de que me viera, no sabía dónde estaba pero lejos de él me bastaba.

Corrí hasta que mis pulmones suplicaron aire, me detuve detrás de un árbol tratando de recuperar el aliento, no oía nada y eso me aliviaba, la sangre chorreaba de mis labios y manchaba la blanca nieve, me gire viendo hacía atrás pero no vi rastros del chico de cabello azul, suspiré.

- Detrás de ti, pequeña. - susurró en mí oído haciéndome gritar

Cuando giré sentí un golpe y un crujido en mí cabeza, pronto el frío me consumió y todo se volvió negro.



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Es parte de una nueva novela que estoy comenzando a escribir, la portada es la de multimedia.

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Evan Peters One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora