Kit Walker +18 pt. 2

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Roomie

La humedad y calidez de su boca me tenía delirando, no podía ocultar los sonidos que de mí garganta escapaban al sentir mí miembro tocar el fondo de la suya.
A pesar de moverse rápido sus dientes ni siquiera rozaron mí piel, lo estaba haciendo tan bien que temia correrme en su boca.

- Montame. - murmuré sobre el sonido de su saliva escurriendome

- Se que puedes pedirlo mejor que eso. - sonrió con diversión

- Follame por favor. - mí cara adquirió un tonto rojizo al sentirme idiota pidiendole aquello

Pero no podría aguantarlo más, quería sentirla por dentro, quería escucharla gemir mí nombre mientras saltaba encima de mí.

- Como desees Kit. - susurró guiñando nuevamente su ojo hacia mí

La vi quitarse sus bragas de encaje rojo y por tercera vez se sentó sobre mí erección la cual se hizo paso entre sus pliegues húmedos y ella comenzó a moverse creando fricción.

Lo tomó y lo guió a su interior, deslizándose lentamente sobre él.
Mordió su labio inferior para cuando me tuvo completamente dentro y sus manos se apoyaron en mí pecho el cual contenía un poco de sangre de mí brazo.

- ¿Cómo te gusta Kit? - preguntó de manera inocente mientras se movía lentamente

- Quiero oírte gritar. - contesté sin rodeos - Que te vengas cuántas veces puedas y me pidas por más.

- Eres un pervertido. - río lamiendo mis labios - Eso me encanta.

Sus movimientos se aceleraron mientras mis músculos se tensaron debajo de ella, sabía que de esta forma me sentiría aún más así que levanté un poco mis caderas.
Me besó de forma desesperada, sus pechos rebotaron con cada senton, el sonido de sus gemidos desgastando mí nombre y sus fluidos mezclándose con los míos crearon eco en la pequeña habitación.

Me preguntaba si alguien podría oirnos, estábamos siendo bastante ruidosos y me permití decirle algunas groserías.

Llegué al orgasmo luego de ella, descanso un momento encima de mí antes de levantar su mirada y acercarse a mis labios.

- No quiero herirte Kit, no me puedo controlar. - se sinceró

- Tranquila. - susurré - No tiene por qué ser así, desatame.

- ¿Cómo sé que no trataras de huir? - preguntó, su semblante cambió pero no reflejo algún sentimiento

- Solo confía en mí. - le di una pequeña sonrisa

- Está bien. - susurró

Me liberó y curó mis heridas, nos quedamos acostados en la pequeña cama, hablamos más de lo que en todos estos meses de conocernos y luego se durmió, por lo qué por alguna razón me permitió descansar a mí también.

Al despertarme me alejé suavemente y tome el pantalón de mí pijama, fui al baño e hice una taza de café.
Cuando me giré la vi parada en la entrada de la cocina, lucía sorprendida y la sábana la rodeaba cubriendo su desnudez.

- ¿Quieres un poco? - le ofrecí pero negó con la cabeza

Dejé la taza sobre el mesón y me acerqué despacio, acomodé un mechón de su cabello detrás de su oreja y me dió un atisbo de sonrisa, la rodeé tomando uno de sus brazos comenzando a caminar a la habitación.

- Supongo que después tendremos tiempo de desayunar. - dije al cerrar la puerta

La apoye contra ella y la besé sorprendiendola, mordí su labio inferior mientras me deshacía de las sábanas para tomarla entre mis brazos pegando su pecho desnudo al mío.

- Ahora me toca a mí. - susurré en sus labios

El sonido de un click se escuchó por la habitación, una de sus muñecas había sido rodeada por unas esposas, aproveché el momento de confusión que tuvo para tirarla a la cama y sujetar su otro brazo con el metal que faltaba.

- ¿De dónde..?

- Digamos que en tú habitación se pueden encontrar muchas cosas divertidas. - sonreí - Así que es mí turno de jugar.

Evan Peters One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora