Colín Zabel +18

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Luces, cámara, acción

Un bostezo se me escapó mirando el reloj, mí tutor llevaba veinte minutos de retraso y ya comenzaba a caer la noche, ni siquiera quedaba la bibliotecaria.

- Lo siento por la tardanza, mí auto no estaba cooperando. - sonrió sentándose en frente a mí, extendió su mano - Colín Zabel.

- Tn Ta, un gusto. - sonreí y luego me estiré un poco - Se me ha hecho difícil conseguir un tutor de matemáticas.

- Sobre todo por tu tipo de carrera, ¿No es así? - sonrió leyendo el nombre de los libros en mí mesa

- Si, mí padre debió hacerme un lavado de cerebro desde pequeña. - reí

- ¿Quien es él? - preguntó tomando alguno de mis apuntes

- Bruce Ta. - dije encogiendome de hombros

- Oh, el detective Ta, por supuesto que lo conozco. - me contó algunas breves historias

Había pasado alrededor de una hora y media, me dirigí por dos cafés de la máquina cercana, mañana tenía un importante exámen y aún quedaba una parte por ser estudiada.

- Aquí tiene. - le ofrecí el vaso descartable

- Gracias, puedes decirme Colín. - se encogió de hombros dándome una ligera sonrisa

Mentiría si dijera que no me había quedado embelesada ante aquella mirada, a lo cual sonreí coqueta, pero luego noté el anillo en su mano izquierda, una alianza.

- ¿Cuántos años tienes, Colín?. - pregunté curiosa

- 37, ¿Tú? - devolvió la pregunta sin mucha importancia

- 20, acabo de cumplirlos. - murmuré acomodandome en mí silla la cual rechino llamando su atención

- Luces más joven. - halago con una ligera sonrisa

- Al igual que tú. - le sonreí de lado

Me observo por unos segundos en los que aproveche a lucir indiferente y coqueta al mismo tiempo, luego aclaro su garganta y giro su vista.

Me estaba explicando el último montón de ecuaciones, cuando me dirigí a su lado para poder entender el ejemplo que daba.
Estaba cerca mío, podía sentir un rastro de perfume varonil, mis piernas se apretaban cada que terminaba una frase con un suspiro.

Lo mire a los ojos y él a mí, trago con fuerza y al mover su brazo derramó café sobre mí haciendome exaltar.

- Rayos, lo siento. - protestó buscando unos pañuelos descartables en su bolso

Me pasó alguno de ellos para limpiar mí vestido, gran día para usar un color claro.

- No te preocupes, fue accidental. - me encogi de hombros

- Tengo una sudadera que puedo prestarte. - dijo extendiendola

- Oh muchas gracias. - le sonreí

Sonrió ligeramente y me observó cuando me quite el vestido sin pudor alguno y sin sostén. Su rostro estaba sorprendido y sus cejas alzadas, giró su mirada en lo que terminaba de colocarme la prenda seca.

- ¿Me queda bien? - pregunté descaradamente

- Excelente. - Dijo y luego frunció el ceño retractandose - Creo que es todo por hoy.

- Me parece que necesito saber algo más, Colín. - dije tomando su brazo

- Dime. - dijo esquivando mí mirada

- ¿Que tan poco coopera tu auto?

...

Sus manos apretaron mis caderas y emitió un sonido desde su garganta, el cual me hizo temblar.
Me moví encima de su cuerpo buscando más contacto a lo cual levanto sus caderas sediendomelo.

- ¿Te comportas así siempre? - murmuró agitado, dio una nalgada en mí piel desnuda

- Contigo cuando quieras, Colín. - susurré volviendo a sus labios

Me giró sentándome sobre él de espaldas y bajo sus pantalones. Su miembro hizo contacto con mí zona a la cual había explorado con anterioridad, ahora dirigió la punta a mí entrada.

- Tapate la boca. - susurró tirando de mí cabello

- ¿Y eso porq... - fui interrumpida por un gran gemido que se escapó de mis labios

Me había llenado completa y bruscamente, no me había dado tiempo a acostumbrarme a su tamaño cuando comenzó a moverse debajo de mí.

Alcé mis caderas y bajé con ayuda de sus manos, en un ritmo brusco.

- ¿Más duro? - pregunto agitado. ¿Aún más?

Asentí y me tumbó sobre el asiento aún dándole la espalda, mí rostro quedó pegado al cuero de los asientos traseros mientras se movía con vehemencia en mí interior. Sus manos azotaban la piel de mis glúteos y mis uñas se clavaban en sus muslos.

El ruido era ensordecedor, gemidos sin pudor y el choque de ambos cuerpos, las ventanas estaban empañadas y agradecía que a estas horas de la noche no hubiese nadie en el estacionamiento.

- Carajo, tan apretada. - balbuceó rasguñando mí espalda

Me arquee sintiendo su toque y el calambre en mí vientre bajo formarse, aceleró sus movimientos sintiendo las contracciones de mis paredes y cubrió mí boca con su mano al momento en que me corrí.
Salió de mí interior y pude sentir el líquido cayendo en mí espalda, seguido de un suspiro de su parte.

Evan Peters One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora