Austin Sommers +18

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Dulce sangre

Al llegar a casa traté de hacer el menor ruido posible, mis padres dormían y temía que la que me escuchará fuese mí hermana, ella no iba a pensarlo si tenía que delatarme.
Cerré la puerta de mí habitación con cuidado, y me deshice de algunas prendas, el ruido de la ventana llamó mí atención.

- ¿Llegué tarde para el show? - dijo Austin jugando con mí blusa entre sus dedos

- ¿Que haces aquí? Nos van a oír y te mataré. - susurré molesta mientras terminaba de cambiarme

- Se te olvida que ya estoy muerto, cariño. - rodó sus ojos acostándose en mí cama - Vine a qué me des una pequeña dosis.

- Dijiste que sería menos frecuente.

- Eso trato, cielo. - se excusó - Pero tú sangre es dulce, apetitosa.

- Me vas a dejar seca en algún momento, Austin. - dije extendiendo mí brazo hacia él

- Más bien húmeda, muñeca. - dijo negando mientras rechazaba mí brazo

En un ágil y rápido movimiento me tiró sobre la cama con su cuerpo sobre el mío e inhaló profundamente sobre mí cuello, el cual luego lamió.

- Te devolveré el favor. - susurró en mí oído

Arrancó el pijama que me cubría y beso mis labios con desesperación y destreza, de la misma manera se deshizo de mí ropa interior dejándome al desnudo debajo de él.

- ¿Que vas a hacer? - pregunté sintiendo sus besos bajar por mí pecho

- Me gustaría hacerte gritar, pero creo que hoy voy a tener que cubrir tu boca. - susurró para luego guiñar un ojo

Lamió, chupo y mordió la piel de mí abdomen dejando pequeñas marcas en él, me sorprendía el autocontrol que llevaba para no clavar sus dientes en mí en ese instante.
Al llegar a mí zona íntima, su vista conectó con la mía dándome una perversa sonrisa mientras pasaba su lengua por mis pliegues.

Suspiré tirando mí cabeza hacia atrás disfrutando del vaivén de sus labios sobre los míos, era tan bueno en esto.

Colocó una mano sobre mí pecho y con la otra se ayudó a subir mis piernas a sus hombros, abrió su boca tomando todo mí coño con ella, succionó mí punto más débil varias veces antes de penetrarme con su lengua.
Los gemidos se escapaban de mis labios por mucho que intentará controlarlos, hacía círculos en mí sensible clítoris provocando que mis espalda se arquee ante el tacto tan invasivo.

- Tú sangre no es lo único dulce, cariño. - murmuró saboreando ruidosamente mis jugos - Te comería todos los putos días.

- Austin. - gemí comenzando a temblar

Subió y con una mano acarició mí intimidad mientras con la otra se deshacía de su camisa y desprendía su pantalón, a una velocidad increíble.

Nuevamente se posicionó sobre mí y hundió su miembro en mí interior, un gemido se escapó de mí boca la cual rápidamente tapó con su mano.

- No tan alto cielo, papi nos va a oír. - susurró en mí oído

Me embistió fuerte, podía sentir como mí vista se volvía borrosa y mis paredes se ceñian a él. Mí espalda se arqueo una vez más y el enterró su rostro en mí cuello, mordiendolo.
Mis gemidos de placer y dolor fueron callados por su mano mientras mí orgasmo ocurría a la vez que el tomaba de mí sangre.
Enterré mis uñas en sus brazos y con mis piernas en su cintura lo acerque más hacia mí, provocando que el que gima fuese él.

Lamió una última vez mí cuello y se separó de mí mostrando sus labios rojos de sangre. Se movió en mí interior buscando su orgasmo, sin dejar de mirarme a los ojos.
Me besó dándome de probar mí propia sangre, mordí su labio inferior y con movimientos bruscos y gemidos me dio a entender que estaba por acabar, lo hizo mientras atrajo un segundo clímax de mí parte.

Al terminar se recostó sobre mí pecho escuchando los latidos de mí corazón y acariciando mí abdomen.

- Ya muerete cielo, quiero que estemos toda la eternidad juntos. - dijo haciéndome reír

Evan Peters One Shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora