「Cuarzo cristalino」| WangXian | Mo Dao Zu Shi

Pieza musical divina

A pesar de que el golpe resonó fuertemente en todo el edificio, nadie se levantó ni subió las escaleras para investigar su origen. En cambio, los huéspedes comenzaron a murmurar unos con otros como si de antemano se hubieran hecho con el chisme.

Lan Xichen, que estaba a punto de salir de la posada, parpadeó y miró hacia arriba. Según su tío, los miembros de la secta Gusu Lan se encontraban fuera a excepción de dos de los cinco discípulos que participarían en la siguiente competencia. Esos fueron Lan Wangji y otro joven de apellido Su, quienes habían traído consigo sus preciados instrumentos para esta gran ocasión. Por supuesto que el mismo Lan Xichen era también uno de los participantes, pero vio innecesario practicar una melodía que ya conocía a la perfección. Tampoco le importaba ganar el primer puesto, pues sólo buscaba honrar a su secta y colocarla entre las cuatro mejores. Asimismo, esperó que su hermano menor lo acompañara en su paseo por una ciudad que nunca habían explorado... Al final, fue rechazado por él.

Evocando la ubicación de Lan Wangji en el segundo piso, dedujo la posible procedencia del impacto y comenzó a atar los hilos sueltos. Entonces rápidamente se dirigió hacia el preocupado posadero que no sabía qué hacer o a dónde ir, esbozó una sonrisa amable y le dijo mientras hacía una leve reverencia:

―Me disculpo por el pequeño escándalo. Ese debió ser mi hermano menor. A veces... se emociona un poco cuando practica con su guqin.

―Esto... ―el señor se frotó los dedos luciendo todavía bastante inquieto―. ¿Cree que haya roto algo? ¿Una ventana, un mueble, o una puerta acaso?

―Puedo asegurarle que está todo en orden ―Lan Xichen le afirmó como si hubiera estado allí arriba presente en cuerpo y alma.

―Oh, oh...

―En caso de que esto lo siga preocupando, más tarde le podrá echar un vistazo al dormitorio. De todas maneras, si ocurre cualquier problema entre los nuestros, la secta Gusu Lan se hará cargo de resolverlo y pagar por posibles daños a la propiedad.

―Bien, bien.

La preocupación del posadero se esfumó inmediatamente. Lan Xichen, por otro lado, se despidió y reanudó su caminar hasta llegar a la entrada. Se giró y alzó la mirada hacia el techo por última vez, casi dejando escapar un suspiro.

Los músicos cultivadores del clan Lan desarrollaban un buen oído durante su infancia, resultado de un riguroso entrenamiento. Familiarizados con el sonido de sus instrumentos, la naturaleza y la voz humana, eran incluso capaces de escuchar los murmullos a una distancia considerable, por lo tanto, percibir los gruñidos o la respiración alterada de una persona fue fácil para alguien como él.

Además, nada podría engañar a un hermano mayor.

Antes de tocar la puerta, la voz baja de Wei Wuxian ya se había hecho presente en sus tímpanos. Lan Xichen estaba seguro de que provenía del interior de la habitación. Y aunque Lan Wangji de alguna forma hizo desaparecer la existencia de otra persona, su rostro avergonzado hablaba por sí solo.

«Hermano, creo que he hecho algo malo», así expresó su culpabilidad en silencio, sus ojos claros e inocentes cayendo tímidos hacia abajo y clavándose en el instrumento de cuerda.

Ver así a su hermano menor fue una primera vez para Lan Xichen, así que decidió hacer la vista gorda por ahora y marcharse antes de que el arrepentimiento se alzase sobre sus hombros.

֍

Lan Wangji reveló una expresión atónita al mismo tiempo que contemplaba al ruidoso muchacho tirado en el suelo. Recordando el motivo de su propia reacción, su entrecejo se frunció y las manos se cerraron en puños. Su cara parecía una piedra de jade quebrada, añicos cayendo como copos de nieve esparciéndose sobre la madera. Respiró profundamente y en silencio regresó a la estera de bambú. Incluso huyendo de esta manera, la vergüenza que llenó su corazón no disminuyó en absoluto.