Al día siguiente, por casualidades de la vida, ocurrió lo mismo.
Esta vez Lan Wangji había ido a visitarlo más temprano con un cuenco y un poco de medicina. Al alzar la cabeza, vio a Wei Wuxian parado en el extremo del puente que conducía a la residencia de los invitados. Sus miradas pronto se encontraron, quedándose quietos por un instante en el que pudieron analizar la situación. Había una sonrisa incómoda en los labios del discípulo travieso y un entrecejo levemente arrugado en el rostro del joven Lan.
Como si deseara huir montaña arriba, Wei Wuxian se encogió de hombros con cada paso que dio Lan Wangji. Sin embargo, no tenía energía para salir corriendo y perderse por ahí, por lo que fue arrastrado de nuevo a la habitación y obligado a estar quieto y callado mientras comía.
Hizo un mohín.
―Lan Zhan, te gusta mucho vigilarme, ¿verdad? Yo sólo quiero dar una vuelta, caminar un poco... Creen que me voy a morir de fiebre, ¡pero a este paso será de aburrimiento! Eh, Lan Zhan, aún no me creo que no haya faisanes aquí. ¡Ja!, debe ser un mentira de Nie Huaisang. ¿Vamos a cazar alguno?
Lan Wangji recogió el cuenco ya limpio y lo dejó en una mesita cerca del diván. Contempló de reojo la otra cama que había al lado, e inconscientemente se preguntó si Wei Wuxian se había pasado toda la noche hablándole a Jiang Wanyin ya que, por pertenecer a la misma secta, debían dormir en el mismo dormitorio. Luego observó al muchacho, quien seguía esperando alguna respuesta suya.
Ciertamente lucía más estable que el día anterior, pero todavía sudaba y su temperatura corporal seguía un tanto elevada. Tenía unas ojeras marcadas y ojos cansados, posiblemente de no poder dormir durante la noche. Mientras examinaba aquel rostro, paró en el desastre que se había hecho en el cabello otra vez. Una tela roja atrapaba a duras penas la melena.
Suspiró.
―Cazar está prohibido en Yun Shen.
Wei Wuxian se quejó.
―Has tardado tanto en responder para decirme eso... ¡Devuélveme mi valioso tiempo!
Antes de poder añadir alguna que otra queja más sobre lo poco comunicativo que era el Segundo Jade de Lan, notó dos manos cercanas que desataron la coleta y se apropiaron de la cinta, quedando esta atrapada entre tres albos y delicados dedos. La mata de pelo quedó finalmente libre, con sus mechones largos y salvajes cayendo como un río.
El corazón brincó en su pecho. Una sonrisa ladeada se asomó en sus labios al recordar que durante su infancia en Yunmeng fue Jiang Yanli quien se encargó especialmente de acicalarlo y hacerle diferentes peinados cuando su melena comenzó a hacerse más larga y voluminosa. Resultó ser que la coleta alta era fácil de hacer y encajaba con su apariencia, así que a partir de ese momento se convirtió en un hábito para él recogerse el pelo de tal manera. Estuviese sano o sin fuerzas, él siempre lo haría.
Un par de pensamientos confusos alborotaron la mente de Wei Wuxian, aunque enseguida los desechó al recordar que Lan Wangji le había dicho días antes que el contacto físico lo molestaba. Ahora que lo pienso, ¿no está esta secta obsesionada con tener buen aspecto? Seguramente Lan Zhan estaba molesto con el desastre que hice en mi cabeza, hahaha.
Viendo que Lan Wangji sólo se dedicaba a mirarlo en silencio, Wei Wuxian habló con su tono burlón habitual.
―¿Lan Zhan? Ah, qué hiciste. Me costó mucho recogerme el pelo hoy, ¿sabes?
―Hm.
Pero su cinta roja nunca fue regresada; en cambio, terminó perfectamente enrollada a un lado de la almohada. Wei Wuxian la miró por un segundo. ¡Estaba tan bien colocada y envuelta que no era capaz de tocarla siquiera!
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「Cuarzo cristalino」| WangXian | Mo Dao Zu Shi
FanficDonde el revoltoso Wei Wuxian vive por el dibujo, pintando paisajes de una manera que sólo él es capaz de hacer y retratando la belleza y firmeza de las mujeres en el papel. Sin embargo, un viaje a Yun Shen, la residencia de la secta Gusu Lan, y un...