―¿Qué? ¿Compatiremos la posada con el clan Lan?
Jiang Fengmian asintió sonriente, dejando a todos los discípulos con la boca abierta. Notando la incredulidad en el rostro de su propio hijo y reparando poco después en el constante parpadeo de Wei Wuxian, explicó:
―Tengo que discutir un asunto importante con Lan Qiren, y en esta situación...
Con esta situación se refería al hecho de que Wen Ruohan no disfrutaba de la compañía cercana con otras sectas.
Todas habían construido un edificio en sus propias residencias para garantizar la comodidad de sus invitados, mas la secta Qishan Wen era la única excepción en el mundo de la cultivación. Por lo tanto, incluso tratándose de las Cuatro Grandes Sectas, estas estaban obligadas a buscar posadas en la ciudad como si fuesen cualquier otro visitante.
Jin Guangshan, líder de la secta Lanling Jin, era conocido por ser un hombre de vida lujosa, un simple mujeriego movido por los intereses. A pesar de su reputación no muy favorable, él aún era capaz de mantener la cabeza en alto mientras movía su abanico dorado. Y con ese mismo gesto altivo se había ido a rentar una posada entera para él, sus siete discípulos, cinco sirvientes y su fila de ocho escoltas.
Por otro lado, Nie Mingjue, siendo el líder del clan Nie de Qinghe y una víctima más de la crueldad de Qishan Wen en el pasado, había desaparecido junto a sus discípulos y guardias tras la clausura del evento. Lan Qiren lo había visto alejándose de la Ciudad sin Noche, tal vez decidido a no pasar ni siquiera las siete noches tan cerca de los Wen.
Wei Wuxian inspeccionó la entrada de la posada bajo su peculiar mirada pícara. El posadero los esperaba con una sonrisa y preparado para llevarlos a sus correspondientes habitaciones.
―Entonces Lan Zhan estará aquí, hehe.
Con la misma, el horror se instaló en el rostro de Jiang Wanyin.
―Oh, no... Padre, esto no será una buena idea.
―¿Por qué no lo sería? ―preguntó Jiang Fengmian, confundido e intrigado.
―El Maestro Lan Qiren, Lan Wangji y Wei Wuxian en la misma posada... No sé quién va a morir por una desviación de qi...
―Aiya, Jiang Cheng, ¿desde cuándo te has vuelto tan aburrido? ¿Acaso eres Lan Zhan disfrazado? ―mientras no hacía más que soltar tonterías, le dio un codazo e hizo un puchero. Aunque, si lo pensaba detenidamente, ¿no había sido siempre así? Jiang Wanyin era el primero en detenerlo de cometer alguna estupidez. Sin embargo, sus correctos propósitos quedaban en un mísero intento y al final acababa formando parte de la travesura. ¡Siempre sucumbía ante el lado oscuro!
Jiang Wanyin rodó los ojos.
―¿Oh? No hay día en el que no nombres a Lan Wangji, ¡pues claro que estoy aburrido!
―Jiang Cheng, eres mi mejor amigo, mi querido hermano, ¿así que por qué de todas formas te pones celoso de Lan Zhan?... HAHAHA. Pareces una doncella anhelando mi atención.
Como si hubiese anticipado la reacción del joven, Wei Wuxian anunció la retirada y huyó hacia el interior de la posada. Los discípulos se rieron y el posadero quedó inmóvil en el sitio cuando vio al joven alzar la espada y escupir amenazas.
―¡Tú! ¡Ven aquí! ¡Detente, cobarde!
―No quiero, no quiero.
―¡Wei Wuxian!
Así de bondadosa era la vida que ambos jóvenes se encontraron con Lan Qiren en uno de los pasillos del segundo piso, pero Jiang Wanyin estaba tan concentrado en golpear a Wei Wuxian que ni siquiera se fijó en el rostro colérico del señor cuando cruzaron a su lado.
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「Cuarzo cristalino」| WangXian | Mo Dao Zu Shi
ФанфикDonde el revoltoso Wei Wuxian vive por el dibujo, pintando paisajes de una manera que sólo él es capaz de hacer y retratando la belleza y firmeza de las mujeres en el papel. Sin embargo, un viaje a Yun Shen, la residencia de la secta Gusu Lan, y un...