Introducción.

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Los años pasan volando cuando eres un completo inútil fracasado que no ha hecho más que depender de su familia durante toda su vida.

Dando un resumen de la vida de nuestro protagonista, nos montamos a cuando Chuuya Nakahara había terminado su colegio, sin haberse aprendido una mierda. No era el más inteligente del salón y tampoco el que más asistía a clases. No tuvo fiesta de graduación, porque simplemente sus compañeros le caían mal.

La señora Nakahara ya estaba harta de ver a Chuuya rondando por los pasillos de su casa, así que lo obligó a conseguir trabajo de medio tiempo e intentar ingresar a una universidad. Eligió la facultad de veterinaria, pero la  carrera le fue tan pesada que abandonó en el primer semestre. Eso sí, había hecho buenos amigos en ese corto tiempo, y uno de ellos era Akutagawa Ryunosuke.

El de pelos azabaches, era un fan de los fanfics, historietas, mangas y animes, cosa que no tenía nada de malo. Lo sorprendente aquí es que no eran cualquier tipo de fanfics, historietas, mangas y animes; sino prácticamente sexo gay narrado y/o dibujado en cada capítulo. Chuuya a pesar de eso, aceptaba a su amigo.

Un día, mientras terminaba su horario laboral de medio tiempo en la heladería donde lo habían contratado hace ya más de dos meses, recibió un mensaje de Akutagawa pidiéndole que lo acompañara a una feria de arte porque estaba aburrido.

En el lugar, había cuadros, dibujos en cuadernos, pulseras hechas a mano, ropa de diseñadores nuevos, bailarines, cantantes, un montón de libros del estilo que le gustaba leer a Ryunosuke y, en el centro, un escenario vacío que llamó la atención de Chuuya.

Unos segundos después, las luces del lugar se apagaron y el escenario brilló, haciendo salir a escena a un hermoso hombre alto que protagonizaba, por lo que se podía apreciar, a quién sería Romeo. Desde ese momento, los ojos de Nakahara ya no se apartaron del escenario, hasta el final de la obra, donde aplaudió como nunca antes había hecho en su vida.

Por primera vez sentía algo como eso, era una emoción diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado en su patética vida ordinaria.

Esa noche, al llegar a su casa, lo primero que le dijo a su mamá fue "Quiero ser actor".

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