Amaia

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- pues vaya completo gilipollas 

- esa boca - le digo a Diego, mi nuevo amigo malote de doce años a quien he conocido en las sillas de espera para el despacho del director.

Sí, aquí estoy otra vez. 

Y sí, el adonis guapo bombero/director que ya no es bombero y tiene un perro gracioso y me cocinó una cena y me invita a su comida, ha vuelto a ser un completo gilipollas. 

Después del comentario que me soltó en la barbacoa no volví a hablar con él. 

Es más, me excusé y me fui antes que los demás prometiendo que les volvería a ver para la próxima, já, si mi relación con ellos dependiera de Rafael, podría considerarlos por muertos ya mismo. 

No sé qué bicho le picó para soltarme esa grosería de un momento al otro. 

Solo dije que era guapísimos, porque lo son. 

Pues toma, me echa en cara que están casados y con hijos haciéndome ver la más asquerosa de las asquerosas. 

¿Pero quién se cree? 

Menudo imbécil.

- ¿sabes qué? tienes razón Diego, es un completo gilipuertas - yo no digo palabrotas delante de los niños. 

Diego ríe. 

Suspiro amargada porque estoy sentada como una alumna castigada cuando soy una profesora contándole mis problemas a Diego, el malote-guay de sexto B como si de mi psicóloga se tratara. 

Sale Marcos del despacho del director, sí, me sé ya casi todos los nombres. 

- ¿otra vez aquí, profe? - me saluda sonriente con un puño. Se lo choco. 

Genial, soy parte de los malotes. 

- está de bastante mal humor el dire - me advierte.

Resoplo y me pongo de pie. 

- ánimo profe - me dice Diego. 

Finjo una sonrisa y entro decidida. 

¿Mal humor? ahora verá. 

Cierro la puerta y me siento en la silla delante del imbécil de mi jefe. 

- ¿se puede saber por qué me has interrumpido en mitad de clase? - suelto enfadada.

- da lo mismo, ya que tú has decidido pasar de mí y venir cuando te ha dado la gana 

- tenía una clase que dar 

Nos fulminamos con la mirada. 

Silencio. 

Él suspira molesto. 

- tenemos que hablar 

- sobre qué 

- sobre lo que pasó el Domingo y por qué no me hablas 

- uno, eso no es motivo para que vayas cortando mis clases, ¿estás loco? 

Sus orificios nasales se expandes, está molesto. 

Já. 

Pues que le arda. 

Me pasa un par de papeles. 

- firma 

- qué esto 

- más burocracia que firmar por tu parte 

- ¿y no puede pedírmelo Agatha? 

- no 

Le clavo mi mirada. 

La profesora nueva se enamora del directorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora