La profesora nueva se enamora del director

Amaia

Me hallo sentada en el asiento del medio de los tres que hay al lado del despacho cerrado donde me han citado. 

Al lado mío está un chico sentado con pinta de chulito malote. 

Parpadeo atónita todavía por lo que estoy viviendo. 

En mi trayectoria como alumna de colegio, digo orgullosa que jamás me habían citado al despacho del director ya que siempre fui bastante tímida y nunca me metía en líos. 

Sin embargo, con 35 años aquí estoy. 

Y sinceramente, no sé qué siento. 

Miro al chico de al lado, él me mira a mí y sonríe. 

- ¿es tu primera vez? 

Genial, oficialmente soy una malota. 

Pero la pregunta es... ¿qué he hecho?

Tras unos minutos replanteándome la vida, la puerta se abrió y salió un chico con peor pinta que el que tengo al lado. 

Se chocan la mano y ríen. 

Suspiro, he tocado fondo. 

Entonces, Agatha, la secretaria del colegio me sonríe. 

- ya puedes pasar Amaia y perdona las formas... no solemos ser así... - dice con mala cara mirando al despacho. 

Aprieto los labios, me levanto y me dirijo al despacho. 

- tranquila, gracias - digo escueta muerta de nervios por la jodida directora que no ha tenido mejor idea que hacerme pasar la peor vergüenza en mi primer día. 

Sin embargo, ladeo la cabeza y pongo mi mejor sonrisa esperando no empezar mal con la jefa. 

Entro en el despacho lenta, pero me detengo en seco.

Abro los ojos y la boca alucinada al ver al jodido adonis gruñón sentado en la mesa mirando unos papeles como si nada. 

¿cómo? 

Entonces miro y veo una placa que dice: Director Rafael Ortega

Se me cae el mundo. 

Él alza la cabeza y me mira con su gesto serio. 

- ¿te vas a quedar ahí parada? 

Despierto. 

Parpadeo. 

- ¿qué? oh, - paso dentro. 

- cierra la puerta por favor

- que cierre la puerta... - repito despacio alucinando por cómo me está tratando. 

Pero obedezco y entro del todo cerrando la puerta. 

Me quedo parada mirándole incrédula. 

Él alza las cejas. 

- ¿piensas sentarte? 

No aguanto más. 

- ¿tú eres director? 

- ¿perdón? - frunce el ceño. 

- qu-que si tú eres el director... o sea, ¿y Ana?

- ¿Ana? 

- tenía entendido que la directora de este colegio era Ana 

Él suspira lentamente. 

- Ana se jubiló el año pasado