𝟷𝟺 ➻ 𝙲𝚞𝚖𝚙𝚕𝚎 𝚝𝚞 𝚙𝚛𝚘𝚖𝚎𝚜𝚊

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El sábado continúo con tranquilidad, con ambas sentadas en la cama todo el día, hablando para conocerse mejor

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El sábado continúo con tranquilidad, con ambas sentadas en la cama todo el día, hablando para conocerse mejor.

Samantha se sentía mucho más confiada y abierta hacia Abril, la omega ya había escuchado su mayor secreto, no había nada que fuera peor, así que no se contuvo en contarle otras cosas.

Abril, por su parte, tampoco se había quedado atrás con sus anécdotas más personales.

Le había contado a Samantha que, para el resto de la familia Garza, Abril era una decepción, casi un error.

Haber nacido y haberse presentado como omega era su gran error.

Su familia no la aceptaba, no la trataban mal, pero si de forma distante, y no la consentían tanto como a sus hermanas, quienes tampoco eran malas con ella, sino era más bien su madrastra (también alfa), quién presumía todos sus logros por ellas, y nunca se ahorraba la frase de "por ser una alfa exitosa".

Y ella sólo era una omega.

Por eso pasaba todo el tiempo con su abuelita, madre de su madre biológica, quién tenía su casa en el mismo terreno que su familia, aunque bastante alejado de aquella mansión por el amplio patio trasero, en una parte con más árboles, plantas y pasto descuidado.

Su abuelita era la persona más dulce del mundo, y Samantha pensó que debía ser de ella de dónde Abril había heredado toda esa misma dulzura.

Ella le había enseñado un montón de cosas de la naturaleza, además de cosas de cocina y como tejer, bordar o coser, alegando que eran cosas que "todo buen omega debía saber".

Abril no había ido a la escuela, siempre fue aducada en casa por una chica beta, quién amaba tanto a su abuelita como ella, ya que siempre estudiaban en la casa de la mujer mayor.

— Mi abuelita es la única persona que extraño, y me preocupa que esté mal por mí —dijo la omega—, aunque ella sabía que iba tras mi alfa, así que debe saber que estoy bien —sonrió de lado mirando a Samantha.

La rubia no supo bien qué decir ante eso, asi que sólo se quedó callada.

— Ella me enseñó el secreto de ser cambiaformas —añadió, bajando la cabeza hacia sus manos.

Samantha la miró con curiosidad y atención.

— No es genético, como dicen mis padres o las otras personas...

>> Cambiar a tu forma animal implica una conexión con tu lobo interior tan fuerte que son uno mismo, ambos funcionan al mismo tiempo y al cambiar de forma sólo... Dejas salir la imagen de tu lobo al exterior.

>> Es algo que se fue perdiendo de a poco, cada vez las personas son más humanos e ignoran sus instintos, dejan de lado a su lobo porque se considera primitivo.

>> Además, la falta de contacto con la naturaleza, el ser tan dependientes de la tecnología hace que nos apartemos de nuestra parte animal.

Samantha estaba un poco sorprendida.

𝗗𝗲𝗹𝘁𝗮 ☕︎︎ 𝚁𝚒𝚟𝚊𝚛𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora