꧁ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 1 ꧂

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La primera vez que Hermione había oído sobre un artefacto de viaje en el tiempo había sido durante su tercer año en Hogwarts. Un objetivo que le había permitido retroceder algunas cuantas horas para ir de clase en clase y salvar una o dos vidas, pero el artefacto que tenía frente a ella poseía una energía mucho más poderosa y antigua, podía casi escuchar la magia emanando del anillo de diamantes que estaba sobre la mesa.

El pequeño objeto había sido confiscado de Draco Malfoy, quien ahora trabajaba en el ministerio al igual que Hermione. Estaba estrictamente prohibido poseer cualquier artefacto que viajara en el tiempo y Malfoy había sido descubierto usando uno como simple joyería. Él había argumentado que había sido un viejo regalo de su madre el cual había olvidado tener hasta ahora, pero aún así debía ser confiscado e investigado.

El departamento de Hermione se encargaba de ese tipo de tareas y ese objeto en particular había sido asignado a ella. Debía asegurarse que el anillo no se había usado jamás para viajar en el tiempo, porque de ser así Draco Malfoy iría a juicio por ello. Sin embargo la investigación parecía absurdamente tediosa, el anillo se rehusaba a responder ante cualquier hechizo de cuestionamiento, parecía que la magia no podía tocarlo o destruirlo.

Era una bruja bastante dedicada a su trabajo y en todo como siempre lo había sido, su puesto había sido ganado por excelencia y compromiso y estaba orgullosa de sí misma, por lo tanto cada tarea asignada se convertía en su día, tarde y noche.

Pasó al menos una semana buscando la forma de obtener el diagnostico de uso, su desesperación era tan grande que incluso consideró ir a interrogar a Malfoy ella misma para averiguar si el anillo se había usado. Pero era una idea estúpida, Malfoy podía negarlo fácilmente y la única forma de sacarle la verdad era con Varita Serum o tortura y desafortunadamente no tenía autorizado usar ninguno de esos dos métodos aún. Y solo preguntar sería absurdo, ella y Malfoy no se habían dirigido la palabra nunca después de Hogwarts, no habían cruzado palabras más allá de insultos por parte de él y ella respondiendolos.

Incluso cuando trabajaban en el mismo lugar no se habían encontrado tan a menudo en los pasillos, ella no sabía siquiera cual era el trabajo de Malfoy en el Ministerio. No sabía absolutamente nada de él y no había pensado en el nombre Draco Malfoy hasta el día que su investigación por la posesión del anillo comenzó.

Decidió tomarse un descanso el viernes por la noche, salió a beber unos tragos después del trabajo con Harry, Ginny y Luna, tal parecía Ron estaba ocupado esa noche y tendría que ausentarse. La vida después de que Harry venciera a Voldemort en la batalla de Hogwarts había resurgido hermosamente y todos eran felices. El mundo mágico se había restaurado y todo estaba bien.

Aquella noche salió de su pequeño apartamento lista para una noche libre de estrés del trabajo. Solo sus amigos y ella.

Resultó ser todo un plan sorpresa, a media noche Ron apareció en el lugar, subió al escenario, cantó una canción con una voz para nada afinada que hizo reír a uno que otro y al final del último verso se puso de rodillas y le pidió matrimonio desde el escenario.

Hermione se sentía fuera de lugar, como si los seis tragos de alcohol se había tomado hubiesen desaparecido de su sistema. Había estado saliendo con Ron desde Hogwarts, y aunque lo amaba y tenían una relación hermosa no pudo evitar sorprenderse. Había dado por sentado que su relación se había estancado ahí desde años y no había siquiera fantaseado con la idea de casarse pronto.

Su corazón latía muy fuerte y pudo sentir la comisura de sus labios tirando hacia arriba en una enorme sonrisa involuntaria. De no ser por todas las personas al rededor habría llorado, aún así corrió hacia Ron y le dijo que si. Colocó en su dedo un delicado anillo con una hermosa piedra —Era de mi madre— fue lo único que dijo Ron antes de besarla.

Someone you loved  •DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora