꧁ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 22 ꧂

569 46 2
                                    

Draco

Sus labios eran tan suaves que era casi imposible poder soltarla. Una maldita semana sin verla había sido suficiente tortura y solo deseaba tenerla entre sus brazos.

Se sentía furioso de pensar que ella no le había dicho que había vuelto a la escuela, verla con Weasley empeoró su enojo, pero ella se veían tan hermosa que simplemente no podía enojarse. Sabía que tenía sus razones para buscar respuestas en su soledad. Él también temía lo que sentía por ella.

Retrocedió un poco para verla de pies a cabeza y asegurarse que estuviese completamente bien. Mierda se veía hermosa con su suéter enorme y la pequeña falda que dejaba sus piernas a su merced —Te vez jodidamente hermosa— Ella sonrió tiernamente y le dió un pequeño beso.

Le encantaba lo tierna que era, la forma tan linda en la que sonreía cuando le hacía un cumplido, sentía una felicidad inexplicable cuando estaba con ella.

La observó de nuevo y de nuevo, era doloroso dejar de ver aquellas piernas, solo deseaba tenerlas a cada lado de sus hombros mientras la tenía desnuda sobre la mesa.

La besó de nuevo atrayendo su pequeño cuerpo hacia él, no fue discreto con las manos y las llevó debajo de su falda para ahuecar sus glúteos mientras la besaba, ella dio un pequeño brinco cuando azotó suavemente con una mano pero no dejó de besarlo.

Jamás se cansaría de ella de ninguna manera, la forma en la que su cuerpo se amoldaba al de él con tanta facilidad era alucinante.

—Draco— La escuchó gemir cuando metió sus manos debajo de la ropa interior para tocarla mejor. Eso solo lo puso duro como una roca entre los pantalones. La había extrañado toda la semana y no había planeado tener sexo con ella en cuanto regresara pero ella se había aparecido con esa falda ¿Cómo se atrevía a usar esa falda? Se veía demasiado sexy, incluso cuando era obvio que no había sido su intención en lo absoluto —Alguien puede entrar Draco, estamos en la biblioteca— dijo con una pequeña risita cuando él bajó sus bragas y las dejó caer al suelo.

Hizo un movimiento con la mano y se escuchó el chick del seguro de la puerta.

—Problema solucionado— Dijo y se puso de pie completamente para darle la vuelta y subirla sobre la mesa. Ella gritó bajito por lo rápido que la movió. Su diminuta ropa interior estaba en el suelo y el sintió su erección punzando muy fuerte. Se colocó entre sus piernas haciendo que la falda se subiera hasta su cadera y la dejara más expuesta a él.

—Draco pueden descubrirnos— Él tomó su rostro entre sus manos y la miró directo a los ojos. Ella lo miraba con un brillo hermoso en su iris, su mirada se veía hermosa cuando estaba sonrojada.

—Tú mejor que nadie sabes que nadie viene aquí hoy a esta hora. Así que deja de replicar y baja el maldito cierre de tu suéter para mi, Hermione— Ella abrió la boca un poco y soltó aire. Se tomó su tiempo, sus manos dudaron en alcanzar el cierre al frente de su pecho pero finalmente lo hizo.

A Draco le dolía la entrepierna de solo verla bajar aquel cierre tan despacio, sus mejillas estaban rojas y su mirada se negaba a encontrarse con la suya, pero cuando dejó su torso libre del suéter y descubrió que no llevaba nada debajo más que un sostén negro él se perdió por completo.

—Mierda— susurró. No esperaba eso —Abre las piernas para mí, amor.

Hermione lo miró inmediatamente, sabía que todo era nuevo para ella pero no haría nada que ella no disfrutaría. Era momento de intentar cosas nuevas, hacerlo en posiciones diferentes ahora que ella ya no sentía nada de dolor.

Ella abrió las piernas lentamente, sus ojos en los de él todo el tiempo. Lo siguió hasta que se arrodilló frente a ella y se colocó frente a su expuesta entrada. Ella estaba sin aliento viendo aquella escena.

Someone you loved  •DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora