꧁ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 7 ꧂

565 44 21
                                    

La ansiedad era un padecimiento que en el mundo mágico no era tomado en cuenta en la salud de los magos y brujas, no se prestaba demasiada atención al area de salud mental  causada por estrés y de no ser por que Hermione vivió gran parte de su vida en el mundo muggle no tendría idea de que tenía ataques de ansiedad con más frecuencia de lo que le gustaba admitir.

Se presentaba de diferentes formas, en diferentes medidas y por periodos cada vez mas largos. Se dijo cada día que despertaba que esa opresión en su pecho al ir al trabajo todos los días era normal, seguro era por que sabía que habían muchas cosas que hacer. Los llantos que la levantaban en la madrugada cuando estaba sola eran normal, seguro muchas personas pasaban por lo mismo, no era para tanto. El vomito y la constante preocupación de lo que venía después de cada acción eran normales.

Se lo dijo tantas veces que se lo creyó y aprendió a vivir con ello sin decirle a nadie.

El día después de haber besado a Malfoy en el cuerpo de Pansy Parkinson había sentido una revolución en su estómago, pero no se parecía a el dolor que le daba cuando se ponía nerviosa por algo, era algo más sutil, como un cosquilleo. Y eso la hizo entrar en pánico.

Sabía que no se podía permitir ese tipo de sensaciones para si misma, era incorrecto por donde lo viera.

Lloró toda la noche de solo pensar en como se sentiría Ron una vez que supiera, el Ron con el que iba a casarse.

Esa noche buscó cómo loca cualquier tipo de información sobre cualquier objeto para viajar en el tiempo que pudiera existir, estaba desesperada por volver a casa de cualquier forma. Pero todos los objetos oscuros de ese tipo estaban perdidos, confiscados o eran un simple mito, el anillo de Malfoy era algo que ella sabía que era real y que funcionaba al menos lo suficiente como para traerla de regreso a 1996.
En su tercer año en Hogwarts había usado aquel gira tiempos que le había dado McGonagall, pero no servía para viajes de tal magnitud.

Gritó en su almohada por desesperación y lloró abrazando sus rodillas por horas.

•••

Se quedó en su dormitorio para evitar a Malfoy durante dos días, dos días en los cuales de dedicó a hacer una investigación profunda sobre el funcionamiento de los viajes en el tiempo, no encontró mucho en realidad, nada que fuese a ayudarle.

No olvidó revisar el mapa por las noches para observar a Malfoy, no dejó su habitación y tampoco asistió a las clases, probablemente empezaba a sentirse mal nuevamente.

Le tomó un poco más de tiempo poner sus pensamientos en orden y tomar una pizca de su valor interior para regresar y retomar la búsqueda con Malfoy. Podía simplemente volver a su habitación y tratar de conseguir más información fingiendo ser otra persona pero no se sentía cómoda con lo que pudiera pasar, como la última vez.

Malfoy no asistió a la clase de pociones y tampoco se presentó en el comedor, lo que empezaba a desesperar a Hermione.

Como una persona inteligente, con el tiempo aprendió a ser paciente con el universo y darle tiempo a las cosas, porque al final de día todo lo que buscas llegará a ti, tarde o temprano.

Y ella esperaba que Malfoy cediera más tarde que temprano, sin embargo el rubio estaba al final del solitario pasillo cerca de la sala de menesteres, su espalda descansando en un mural, hoodie negro y pantalones negros, su rostro demasiado pálido, podía observar desde lejos las ojeras debajo de sus ojos irritados. En cuanto la vio se alejó de la pared y esperó por ella al final del pasillo.

Hermione miró a sus espaldas solo para comprobar que estaba sola y Malfoy no estaba esperando a nadie más. Cuando llegó a él decidió pasar de largo e ignóralo, pudo verlo de reojo rodar los ojos y alcanzarla del brazo para tirar de ella lejos del pasillo donde alguien pudiera verlos.

Someone you loved  •DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora