CAPÍTULO 20: EL ÚLTIMO HORCRUX

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"Apenas dispongo las cajas de píldoras que apuraran mi fin, apenas termino de escribir mi testamento, la angustia desaparece, porque sé que al menos hay una solución. Mientras que antes de esta puesta en escena, me parecía que mi ansiosa tortura iba a ser infinita".

- LA MARAVILLA DEL DOLOR- Boris Cyrulnik

Nymphadora Tonks vio a su marido interponerse entre ella y el haz de verde luz que emanaba de la varita del enmascarado. Vio cómo sus ojo negros, aún abiertos, perdían aquel brillo vital que habita en la mirada de los vivos. Y notó también como aquellos labios amados exhalaban un último suspiro.

No le importó quedar a merced de otros hechizos. No le importó que la varita de McGonagal acabara con el mortífago que había dado muerte a su esposo. No le importó nada más que la expresión vacía que había en el rostro de Remus Lupin, y el recuerdo de una promesa.

"Prométeme que si muero, regresarás a Grimmauld Place al instante y entregarás a Harry esta caja".

Ella había intentado bromear entonces, diciendo que nada de eso iba a ocurrir, pero la expresión de Remus se había endurecido al instante.

"Prométeme que lo harás, Dora." y ella asintió.

"Si estuviera en mis manos, evitaría que Harry debiera enfrentar la verdad encerrada ahí, pero si el momento llega, puede que esa verdad determine el resultado final de esta guerra... ¿Entiendes lo importante que es el que regreses? Prométeme que lo harás." Y ella lo prometió, con lo que consiguió suavizar la expresión de su marido.

"Te amo, Nymphadora". Y por mucho que ella había odiado ese nombre, su nombre, en aquel momento no pudo menos que pensar que en los labios de Lupin, y dicho del modo en que él lo decía, ya no sonaba tan horrible.

Y ahora Lupin estaba muerto. Recordaba haber perdido tiempo aferrándose a su cuerpo, cerrando sus ojos, llorando de rabia y hasta gritando su nombre. Pero había una promesa que debía cumplir. Un último hechizo alcanzó a impactar en ella, provocando las heridas que ahora la tenían medio muerta, justo antes de que lograra tomar la valentía necesaria para regresar.

Sólo cuando terminó de explicar a Harry la última voluntad de Remus Lupin, Nymphadora dejó que la tristeza y el dolor hicieran presa de ella, hasta llevarla a la inconsciencia.

-HP-

De algún modo que no lograba explicar, Harry presentía que debía estar solo al abrir la caja, y no se equivocó. Alejado ya de los demás, y encerrado en la habitación de Remus Lupin, quitó la tapa para ver su contenido con la ceremonia de quien descubre un misterio. En su interior había un pequeño frasco plateado, la varita de Sauco que Lupin había jurado esconder del mundo la noche que Harry la entregó a él, la snitch dorada que aún no había logrado abrir, y una nota:

"Harry,

Si estás leyendo esto es porque se acerca el momento que hemos temido durante tanto tiempo. Sé que tendrás muchas preguntas y créeme que haré lo posible por responder aquellas para las que tengo respuesta cuando todo esto acabe. Hay otras que simplemente seguirán siendo un misterio.

Para emplear el frasco que tienes frente a ti, te será de utilidad el pensadero. Confío en que, pese a la verdad que te será revelada en esos recuerdos, sabrás como salir victorioso de esta batalla, o esa fue al menos la esperanza de quien por tanto tiempo custodió esa verdad.

Hay mucho más que quisiera decirte, Harry, pero todo lo que debes saber es que, sin importar lo difícil que parezca este momento, yo sé que puedes lograrlo... Siempre lo he sabido."

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