Adónde Vamos // Binwoo [Omegaverse]

Ocho

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¿Mami?
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Minho se sentó de repente en el sofá, aún con sus ojitos cerrados, olisqueo un poco el ambiente.

—Mmm galletas.

Se bajó rápidamente del sofá, y fue corriendo hacia la cocina.

—Domiiiiin ¿Qué haces? —pregunta alegremente mientras saltaba en el mismo lugar.

—Galletas de jengibre —Contesto sonriente.

—Mmm. —observo con cierto brillo a Dongmin.

—¿Te gustan las galletas Honnie?

—Chi —canturreo alegremente— ¿Te ayudo a hacer galletas?

—Acabo de terminar Honnie. Las que hice están en el horno. —Al escuchar aquello, el niño hizo un puchero— ¿Quieres preparar galletas?  —Minho asintió frenéticamente— ¡Muy bien! ¡Vamos a preparar más!

—¡Siiii!

Dongmin puso en la mesa lo que necesitaba para la preparación de las galletas. Pero faltaba harina y azúcar moreno, esencial para las galletas.

Buscó y rebuscó, pero no había rastros de los ingredientes.

—Cielo, creo que iremos al minisúper por harina y azúcar... ¿Quieres ir?

—Está bien ¡Vamos!

—Pero vamos a ponerte un suéter, porque hay frío.

—Okey.

Dongmin ayudó a Minho a abrigarse bien, y salieron del apartamento del señor Moon.

—Dejó de llover ¿Quieres ir caminando? —Propuso Dongmin.

—Está bien.

Realmente el Omega se impresionaba, pues Minho podía ser tan enojón y berrinchudo pero luego ser tan dulce y tierno. Toda una dualidad increíble.

En fin, no lo molestaba que fuera tan alegre. De hecho le encantaba que Minho fuera simplemente él.

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Dongmin hacia una fila para pagar las compras, mientras sonreía satisfecho al recordar las increíbles ofertas que aprovechó.

Por dios no lo culpen, quien no se pondría feliz al saber que por la compra de un paquete de papel de baño te regalarían un shampoo para bebe.

Una compra completamente interesaría, pero bueno, déjenlo ser feliz.

Al poco rato sintió un pequeño jalón en su camiseta, era Minho.

—¿Qué pasó Honnie? —acaricio su carita.

—Estoy muy aburrido —bufo— ¿Puedo salir afuera?

—No, espera un poco.

—¡Porfis! —dijo asiendo un puchero— En lo que pasa la fila Minnie. —Dongmin suspiro.

—Está bien, solo faltan dos personas.

—¡Okey! Gracias Minnie.

—Pero no te alejes ¿Entendido?

—¡Sí Minnie!

El cachorro salió del establecimiento muy alegre, busco algo que le llamara la tensión.