Veintiuno

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Un niñero nuevo
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Los dias pasaron, uno tras otro, y también las niñeras de Minho. Ninguna duraba más de tres días, el círculos vicioso volvió a funcionar.

Dongmin hiba a cuidarlo de vez en cuando, pero la realidad era que se encontraba tan ocupado como Moonbin. La universidad, y el proyecto de la empresa en el que se había incluído lo consumía.

Ni hablar de Moonbin, como todo está llendo muy bien, tenía que trabajar más, por lo tanto ya no tenía tiempo ni para ver a su hijo, podían pasar los días y no hablaba con Honnie.

Trabajaba horas extras y llegaba a media noche a casa, cuando su hijo ya dormía, y salía muy temprano por la mañana, cuando Honnie aún no despertaba.

Incluso, había ocasiones en las que no llegaba a casa, sino que se quedaba en la oficina a trabajar, así que sí, apenas y cruzaba palabras con su hijo.

Su trabajo era todo un éxito; ¿Pero a qué costo?

MyungJun... Kim MyungJun era el nombre del omega que le había devuelto la tranquilidad. MyungJun era un chico alegre, carismático y muy amable, y Honnie parecía hacerle caso, aunque prefería mil veces a Dongmin, ya que el había creado un lindo lazo con su hijo, MyungJun ya había durado una semana completa con su hijo, suponía que todo hiba bien.

Ese día en particular, ocurrió algo que dejó a Dongmin pensando.

Era sábado por la mañana, y Dongmin tenía asuntos pendientes cerca de donde Moon vivía.

Tal vez más tarde podría pasar por allí.

Estaba en una cafetería, y al salir, se topo a un omega bajito, tenía su ceño fruncido, mientras regañaba fuertemente a un pequeño.

Hiba a pasar de largo, pero una conocida voz lo detuvo.

-¿Mami? -Esa voz. Observó bien, y se sorprendió, era su Minhonnie.

-¿Honnie? ¿Mi vida? -el pequeño estuvo a punto de correr hacia sus brazos, pero un llamado a su nombre lo detuvo.

-Minho, ven aquí -regaño el bajito.

-Si junnie -de inmediato, el niño bajo su cabeza y tomo la mano del omega mayor.

-Amm, disculpa -hablo Dongmin- soy Dongmin, antiguo niñero de Honnie -extendio su mano, pero no fue correspondido.

-Comprendo -sonrio el Omega- aún así, no puedo dejar que hables con él, si me disculpas, vamos tarde a la escuela -el omega prácticamente arrastro al niño, mientras que Honnie meneaba su manita, con carita triste, en son de despedirse.

Tanto él, como su omega sintieron impotencia y ganas de llorar, pero le tranquilizó la idea de que muy probablemente, aquel lindo y bajito omega, era muy cuidadoso y sobreprotector con Honnie, por eso actuó así.

Además el chico estaba regañando a Minho, seguramente por alguna de sus travesuras que quizás hizo antes de salir de casa.

Sonrío nostálgico al recordar sus primeros días con Honnie, como cuando lo ensució de lodo, o cuando no quería desayunar, o cuando escondió su ropita para no ir a la escuela, o la vez que el niño lloró porque creyó que él -Dongmin- lo dejaría.

Adónde Vamos // Binwoo [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora