Adónde Vamos // Binwoo [Omegaverse]

Dos

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   Día 1 con Minho
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—Minho, por favor... ¡Come! Se nos hará tarde para llegar a la escuela.

El pequeño niño ni sé inmutó, él siguió jugando con su peluche de tiburón sentado en el sofá.

El Omega bufo y miro su reloj

«Dios son las 8:05 y como máximo tengo que salir de aquí a las 8:35 para que Minho llegue temprano»

—Honnie, come por favor ¿Quieres? —dijo acercando bocado a la boca del pequeño.

—¡No quiero! —Grito aventando la cuchara al otro lado.

Dongmin suspiro frustrado.

—¿Pero porque no Honnie? —Pregunto con voz dulce— Tienes que comer antes de ir a la escuela.

—No me gusta.

—¿Ya lo probaste?

—No —Dijo jugando con sus manitas.

—Entonces prueb...

—¡Que no quiero! ¡Entiende Lee Dongmin! —Volvió a gritar, dándole la espalda al contrario.

—Es omelette Minho... Tiene jamón, queso y más queso, está muy rico ¡pruébalo!

—¡Ya te dije que no quiero! —dijo gritando y tirando el plato de un manotazo.

—Okey, no comas... Mejor ve a ponerte los zapatos ¿Okey? —suspiro conteniendo su enojo.

—Okey

En lo que Dongmin empacaba el lonch de Minho, el pequeño Alfa subió a su habitación.

El Omega no le daría el gusto al pequeño. Tenía que probar su delicioso omelette. Por suerte había preparado dos, así que eso era lo que llevaría a la escuela.

Guardó un poco de capsu en un recipiente pequeño, pico un poco de fruta, lo guardo en un otro topper pequeño. Y todo eso lo guardo en la lonchera junto con una lechita de Nesquid que se encontró en la nevera.

Saco una manzana y una lechita de banana y la puso el la Isla. Eso era lo que comería Minho. Pues no podía ir con el estómago vacío.

Termino de acomodar y Minho no bajaba.

«Que raro»

Un par de segundos más bastaron para que Lee Dongmin entendieran ese silencio y tardanza de Minho.

El silencio en un niño significa solo una cosa “PELIGRO”.

El Omega subió rápido, pero sigilosamente.

Abrió la puerta que tenía un Baby Shart pegado y unos cuantos dibujos más, pues supuso que por obviedad era la de Minho.

Entro... Y justo como lo pensó, era el cuarto del pequeño Honnie.

No había nadie y sus zapatos estaban a lado de la cama.
Al no ver a Minho por ningún lado de la habitación, Dongmin se alarmó.

—¡¡Minho!! ¡¿Minho, dónde estás?!

Bajo lo más rápido que pudo las escaleras. Busco por la cocina, sala, baño... Y en ningún lugar se encontraba Minho.

«Dios. Esto no me puede estar pasando»

—¡¡Minho!! ¡¡Moon Minho, no es gracioso!! ¡¡Porfavor dime dónde estás!! —Gritaba por toda la casa al borde de las lágrimas— ¡Minho!

—Tranquilo Dongmin... Debe estar por aquí ¿Okey? —Decía para tranquilizarse así mismo— Ya buscáste aquí abajo, y no está... Entonces debe estar arriba.