Libro de One Shots con los personajes del manga y anime Haikyuu.
En su mayoría los os se posicionan después del timeskip, lo que quiere decir que la mayoría de os contienen spoilers del manga.
Sin nada más qué decir... Espero que disfruten de su lec...
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Kimi supo que algo andaba raro en ella cuando se levantó y lo primero que quiso fue arrancarle la ropa a su novio.
—Esto es muy raro —murmuró para sí misma mientras dejaba la cuchara dentro del bowl—. ¿Estoy ovulando?
Estaba tratando de darle un seguimiento mental a su período, cuando Shoyo entró en su campo de visión vistiendo ropa playera, listo para un partido de voleibol.
Sí, definitivamente quiere arrancarle la ropa.
—¿Vendrás a verme? —él se acerca y la hace girar sobre su asiento para poder tenerla de frente.
Kimi se estremece cuando su novio le sostiene los muslos con sus manos.
—Sí, termino aquí e iré a verte —ella sonríe mientras pasa una mano por el cabello del chico.
—Tengo que ir más temprano hoy —él mira en su reloj—. Te estaré esperando, ve con cuidado, ¿sí?
—Bien, bien.
La chica observa cómo se va y no puede evitar tragar saliva cuando su visión se concentra en los músculos de su espalda tan bien construida por el deporte.
Deja lavados los trastes, se da una ducha y va directo a la playa. El partido ya había comenzado y las personas estaban en sus asientos para verlo.
—Sólo mira su jodida espalda —una chica al lado de Kimi suspira.
—¿Qué se sentirá tocar esos músculos?
Oh, créanme, se siente de maravilla.
No había que ser un genio para saber que hablaban de su novio. Shoyo siempre robaba suspiros, ya sea por sus rasgos diferentes, por su físico de deportista, o por sus increíbles habilidades en el voleibol. Podría ser todo junto, pero hoy mismo, Kimi no estaba soportando todo lo que Shoyo acarreaba con él.
Se sentía acalorada.
Estaba a punto de revisar su calendario menstrual en el celular cuando la gente a su alrededor grita porque su novio anotó un punto.
—Que hombre —escucha ella a alguien.
Kimi baja la mirada y se concentra en la aplicación del celular. Probablemente sólo quiere arrancarle la ropa a su novio y rogarle que se queden enredados todo el día en las sábanas porque sus días de ovulación estaban cerca.
Pero se le cortó la respiración cuando se dió cuenta de que no podía ovular porque ni siquiera había menstruado.
—Ay Jesús —levantó la mirada sólo para ver cómo su novio anotaba otro punto.
Se movió de la multitud para dirigirse a la farmacia más cercana y comprar una prueba de embarazo. Caminó con las piernas temblorosas de vuelta al departamento que compartían y se encerró en el baño para hacerse la prueba.
