Libro de One Shots con los personajes del manga y anime Haikyuu.
En su mayoría los os se posicionan después del timeskip, lo que quiere decir que la mayoría de os contienen spoilers del manga.
Sin nada más qué decir... Espero que disfruten de su lec...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mayu estaba acostumbrada a todo lo que tenía que ver con Miya Osamu. Desde que estaban en la escuela, hasta que estaban en la preparatoria, simplemente siempre habían estado allí, en la vida del otro.
Mayu fue la primera en saber que Osamu no quería dedicarse profesionalmente al voleibol. Sí, le gustaba, era bueno en ello y no había cómo negarlo, pero algo dentro de él no brillaba de esa forma.
—Ya sabes, cuando seas un jugador muy famoso ni siquiera te acordarás de mí, Samu. Serás una estrella —Mayu sonríe mientras mira las estrellas en el cielo.
Estaban acostados en la azotea de la casa de la familia de la chica, mirando hacia el cielo. Osamu deja escapar un suspiro.
—¿Mayu? —le llama.
—¿Sí?
—No quiero seguir en el voleibol después de la secundaria —admite, manteniendo la tranquilidad que lo caracterizaba.
Mayu levanta la mitad de su cuerpo para mirarlo fijamente, dos segundos después se echa a sus brazos y él la recibe con simpleza, completamente acostumbrado.
—Está bien si es lo que quieres, Samu.
—Gracias.
—No hay nada que agradecer —Mayu se separa y lo mira fijamente—. ¿Tsumu lo sabe?
—No, eres la primera.
—Él... creo que deberías decírselo muy despacio, cuando creas que sea apropiado. Ya sabes, Atsumu podría enloquecer un poco.
Osamu sólo asiente la cabeza, porque era cierto. Atsumu siempre hablaba sobre el futuro, él se veía involucrado en el deporte hasta que sus huesitos no le den más y tenga que retirarse, pero Osamu no lo veía de esa forma.
Mayu siempre estaba presente en las decisiones que Osamu tomaba, y ambos estaban bien con eso. Aparte de su madre, Mayu era la mujer más importante en la vida de Osamu.
Era normal verlos siendo cariñosos. De repente, Osamu la abrazaba y le acariciaba la cadera, o le daba de comer en la boca cuando pensaba que nadie le miraba. Pero eran sólo mejores amigos, simplemente eran así.
Osamu y Mayu pensaron que sería así para siempre, en ese vaivén entre abrazos melosos, besos en la mejilla y en la frente, y bentos llenos de comida deliciosa preparada por Osamu.
Mayu fue a la universidad y el negocio de Osamu estaba cerca, de hecho, era bastante popular entre los universitarios porque eran onigiris de calidad y no eran tan caros, justo para los bolsillos de los estudiantes.
—¡Mayu! —Rina le habla justo al salir de clases—. Hola, ¿tienes un minuto?
Mayu le sonríe y asiente con la cabeza, pensando sobre qué querría hablar con ella. Rina y Mayu eran sólo compañeras de clases.
