𝗞𝗶𝘁𝗮 𝗦𝗵𝗶𝗻𝘀𝘂𝗸𝗲

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Kita ShinsukeInarizaki

Él sabía que las chicas le miraban en los pasillos del instituto, pero asumió que se debía simplemente a que era el capitán del equipo de volleyball, él no se consideraba del tipo popular, así que pensó que se debía a que tenía contacto directo co...

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Él sabía que las chicas le miraban en los pasillos del instituto, pero asumió que se debía simplemente a que era el capitán del equipo de volleyball, él no se consideraba del tipo popular, así que pensó que se debía a que tenía contacto directo con los gemelos Miya. Quería decirles que si están enamoradas de Atsumu, no se estaban perdiendo de mucho pero que si tanto lo querían, se los podía regalar. Miya Atsumu sabía cómo acabar con su paciencia pero nunca lo demostraba, su expresión era siempre serena. Nada lo perturbaba, nada le sorprende.

O eso creía.

Boo era nueva en el vecindario, vivía en la casa de enfrente. Y como buena costumbre, lo primero que hicieron fue tocar la puerta de su abuela para brindarle una canasta con panecillos. Su abuela estaba encantada con la nueva chica del vecindario, porque ella se creía cupido o algo así.

—Shinsuke, es hora de casarse.

Fingió no haberse casi ahogado con el agua del vaso de cristal que sostenía.

—Abuela, aún no me gradúo —le respondió sereno. Su abuela rió un poco.

—Como deseo verte enamorado.

El amor no era una prioridad para Kita. Él era disciplinado, organizado y sereno. El amor era todo lo contrario a eso.

Boo terminó acudiendo a Inarizaki en su segundo año, ese era el último año de Kita. Al inicio, caminaban en silencio, uno al otro extremo de la calle. Siendo honesto consigo mismo, a Kita le parecía linda.

Pero Boo definitivamente creía que él era guapo y educado, sereno como un río. En cambio ella era como un pequeño remolino, le encantaba escuchar música y cantar a todo pulmón en donde le agarre la inspiración y amaba bailar aunque lo hacía bastante mal. Aún así, Kita no pudo ser el primero en dirigirle la palabra.

A cambio de eso, le brindó una risa.

Una tarde caminaban de regreso a casa, Boo cargaba sus auriculares mientras escuchaba algún opening que le gustaba, así que sin dudar empezó a brincar y bailar en medio de la desierta calle. Las casas a su alrededor eran cuidadas por pequeño árboles y el sol estaba entre la tonalidad naranja y amarillo.

Y escuchó la risa de Kita.

Le había estado mirando mientras bailaba y le había parecido algo lindo y gracioso.

—Así que sabes reírte —ella le sonrió.

Él sólo cerró los labios, para luego de unos segundos extenderlos en una sonrisa ladina y bonita. A Boo casi se le sale el corazón.

Establecieron una rutina, caminar juntos todos los días era parte de ella. Pero ahora, caminaban ambos en un solo lado de la calle. Pero era raro que se saludaran en los pasillos de instituto.

𝗛𝗔𝗜𝗞𝗬𝗨𝗨 ϟ Oɴᴇ SʜᴏᴛsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora