Libro de One Shots con los personajes del manga y anime Haikyuu.
En su mayoría los os se posicionan después del timeskip, lo que quiere decir que la mayoría de os contienen spoilers del manga.
Sin nada más qué decir... Espero que disfruten de su lec...
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Mei mordía sus uñas mientras esperaba a que Kei contestara la llamada. Desde el fondo de su corazón, esperaba no estar interrumpiendo alguna reunión importante o el trabajo de su amigo.
—¿Hola?
—Hola, Kei —Mei habla de forma en que sus palabras se aplastan unas contra otras, queriendo sacar la espina que lleva dentro—. ¿Qué tal estás? ¿Bien? Eso espero. Verás, creo que Tobio me está engañando.
Lo saca tan rápido de su ser que Kei está al otro lado de la línea con cara de confusión.
—¿Qué? —murmura su amigo.
—Sí, eso —ella suelta una risa nerviosa, tratando de retener el ardor que provocan las lágrimas retenidas en sus ojos—. Creo que me está engañando con alguien más.
—¿Hay una razón por la cuál creas eso?
—Él ha estado sonriendo hacia su celular y lo bloquea al instante en que entro en su radio —Mei empieza a morder sus uñas otra vez—. En sus días libres, él sólo se va, y si pregunto a dónde fue, sólo dice que a “ningún lado”. ¿Cómo mierda es que está en “ningún lado”? Y él es tan malo mintiendo, Kei. Trae algo entre manos, y creo que es un amorío.
Mei esperó pacientemente por la respuesta de su amigo, pero en lugar de eso sólo escuchó una risa.
—Escucha, el rey podría ser cualquier cosa, pero no creo que sea un infiel.
—¿Por qué?
—Porque tú lo hiciste todo, Mei. Tú fuiste la que se declaró, tú lo invitaste al baile ridículo de graduación, todo tú. Y aunque Kageyama quisiera invitarte, simplemente era más probable que se hiciera en los pantalones por los nervios.
—¿Y el punto es...? —susurra Mei.
—El punto es que, no hay forma en este planeta que Kageyama Tobio te engañe con otra mujer cuando ni siquiera podía hablarte a ti, que eres el gran amor de su existencia.
Mei asiente, tratando de calmar su corazón, aunque Kei no la pueda ver.
—Bien —es todo lo que ella dice.
—Bien —repite el rubio—. Ahora si me disculpa, Su Majestad, debo ir a atender a los nuevos visitantes en el museo.
—Sí, claro. Lo siento.
—No hay nada qué lamentar. Después de todo, es un honor tener una llamada de la reina —eso hace reír un poco a Mei—. Si te sientes insegura, háblalo con él, Mei. Son pareja y las parejas hablan.
Después de dos minutos, la llamada se termina y Mei se siente sola en casa otra vez. Trata de distraer su mente mientras prepara la mezcla para el brownie que se le antojó hace dos días atrás.
