Lamentis- 1

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-Puedo ordenar un té de Jazmín, o tal vez un camellia sinensis -dijo la chica mientras esperaba junto con su amigo, sentados en una tienda de té.

-O tomar té, en un buen lugar -declaro el chico de forma sarcastica.

-¿Por qué odias tanto venir? -pregunta la chica con los labios curbados por la opinion de su amigo.

-No, no es odio. Es qué la casa de té de la familia Pao solo sirven jugo de hojas con mal sabor -respondio el joven con algo de disgusto en sus labios.

-Eso era antes de qué ellos llegaran -la chica señala, mientras el joven ve donde esta apuntando, en el mostrador de madera miro a un anciano gordinflon y a un joven con una cicatriz de quemadura en el lado izquierda de su rostro -. El señor Mushi y su sobrino Lee revivieron el lugar por completo, qué me encanta venir todos los dias a tomar té.

-Solo por el té o no se, un chico muy apuesto a pesar de la cicatriz -dijo el chico con una sonrisa picara mientras la chica se le sonrojo un poco la cara.

-Se nota mucho, ¿verdad? - pregunto la chica con algo de timides.

De pronto Lee se acerca con una bandeja con dos vasos de té caliente recien hechos, mientras los pone en la mesa a la pareja, mientras la chica se pone muy nerviosa al estar cerca de el.

-Disfrutenlo -dijo Lee haciendo una reverencia, mientras se retiraba.

-Gracias Lee -dijo la chica ya recuperada de los nervios.

-Gracias, Zuzu -susurro el chico mientras miraba a su compañia con la respuesta- Es más claro qué el Lago Laogai.

La chica con la cara en rojo, decide tomar el primer sorbo, al probarlo noto qué el té sabia muy diferente a los qué antes tomaba.

-Sabe diferente y tiene algo muy especial en su sabor qué me hace pensar en muchas cosas - critica la chica mientras  baja su tasa.

-Estuve aqui esta mañana y le pedi al señor Mushi qué nos preparara un té muy especial. Un té qué nos ayuda a calentar la sinapsis en el cerebro y literalmente hace qué tus recuerdos puedan fluir libremente -explico el chico con detalle mientras su amiga lo mira de forma incredula.

-Obviamente no es cierto -dice la chica con risa, sin creerle en absoluto.

-Solo inténtalo. Lo que estés pensando, va a fluir en tu mente. Voy a preguntarte algo y no vas a poder responder hasta que tus sinapsis baje de temperatura -dijo chico retando a su acompañante, mirandolo de forma divertida y audas.

-Reto aceptado -acepta la chica mientras levanta su tasa de te y toma un gran sorbo aun caliente.

-Deacuerdo, preguntame lo qué quieras -dijo la chica mientras intenta bajar un poco la temperatura de su lengua quemada.

-¿Dime cuántos protegen a los Guardianes del Tiempo -pregunta el chico con el tono un poco serio.

-Perdón, ¿qué? -pregunto la chica con pura confucion.

Mientras habia silencio, en un segundo el ambiente cambio de dia a noche, las linternas estaban encendidas y se veia afuera qué ya oscurecio de repente.

-Ey, ¿cuántos años hemos sido amigos? -pregunto el chico mientras sostenia la mano de la chica.

-Demasiado -respondio la chica, mostrando una sonrisa.

-Ya, en serio, sabes qué puedes contarme todo, ¿verdad? - dijo el joven con tranquilidad mientras la chica solo asistia con la cabeza-. Entonces dime cuántas personas protegen a los Guardianes del Tiempo.

-Ah, son... -la chica hace pausa de inmediato mientras empieza a ver de nuevo todo el establecimiento y a la gente, todo era muy familiar y real-. Este lugar... lo recuerdo, conozco esta tienda de té.

AZULADonde viven las historias. Descúbrelo ahora