Capítulo 12: Te quiero

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—Ahora sí, cuéntamelo todo— dijo Troye tirándose boca abajo en la cama y viéndome atentamente mientras yo fumaba un cigarrillo en la ventana.

—¿Qué quieres que te cuente?

—Hay Lisa, sólo hay que verle el cuello a Jennie para saber que algo sucedió entre ustedes. Y ayer estaba súper cariñosa contigo, así que no finjas y suéltalo ya.

—De acuerdo.

—¿Y bien?

—Casi lo hacemos.

—¡No! ¿De verdad?

—Sí, dijo que era de mí de quien estaba enamorada, y es la primera vez que siento algo así Troye, no sé, como si el no tenerla me doliera.

—Estás grave.

—Pero es que sus besos, Tro, te llevan al cielo. La necesito, necesito sus brazos y que me diga que todo va a estar bien. Necesito sus ojos y su sonrisa.

—¿Y entonces qué estas esperando?

—Troye, ¡estamos hablando de Kim Jennie! No sé que tan cierto es lo que dice, aparte se te olvida que todo esto se trata de lastimar a la otra. ¿Y si todo lo esta haciendo para que crea en ella y luego me lastima?

—Pues eso sí, pero quizá la persona de quien hablaba en el baño, en la cena con mis papás, eras tú. Tal vez sea cierto.

—Si lo sé— dije apagando mi cigarrillo.—No creas que no lo he pensado.

—¿Entonces?— me hizo un espacio para recostarme junto a él.

—Entonces, no sé que siento. Aparte se te olvida que ya se donde está Sana, ¿y si ella esta esperándome? ¿Qué le voy a decir? Lo siento Sana, pero hum… ¿Recuerdas a Jennie?— dije con sarcasmo, tumbándome igual que Troye.

—Pues no amiga, pero en el corazón no se manda y ella tiene que entender que se fue, y Jennie esta aquí. Aparte no sé, se le nota que te quiere, te ve como si quisiera grabarse cada detalle de ti.

—¿De verdad?

—Sí, y tu también. Ayer que les tome la foto se veían muy lindas juntas. Ella como si quisiera cuidarte hasta del aire y tu dejándote querer. Hacen una bonita pareja, y se quieren, no sé que más tiene que preocuparte.

—Pues no me consta que me quiere.

—¿Tu qué piensas?

—Que no… sí, pero no importa, no debo enamorarme de ella.

—Claro que sí importa. Y lamento decirte esto amiga, pero ya estas más que enamorada de ella. Si la quieres no dejes que lo demás afecte. Sólo cuentan ustedes dos.

—¿Y tú?, no me has dicho como te va en tus vacaciones.

—Pues, Jacob y yo ya terminamos, así que termine jugando cartas con Jimin.

—¿Y eso?

—Su hermano nos encontró en una situación algo comprometedora.

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