Capítulo 15: ¡Oh, Oh!

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—¡Lisa, mi amor! – dijo la chica rubia al lanzarse a mis brazos.

“Oh, oh” pensé en ese momento. Lucía exactamente igual a la ultima vez que la vi. Su cabello rubio, sus ojos verdes, sus labios gruesos. Se aferró a mi cuerpo como si de un salvavidas se tratara.

—Hola— me dijo separándose de ese abrazo que entonces yo apenas comenzaba a corresponder.

—Hola— le respondí aún impactada de verla frente a mí.

¡JENNIE!

Recordé que mi novia estaba a mi lado esperando en silencio.

—Sana… ¿qué… qué haces aquí?— preguntó con la misma cara de terror que puso al escuchar su voz.

—Parece como si no te alegraras de verme.

—No, no, no, claro que sí me alegra, es sólo que me sorprende mucho verte aquí— intentaba disimular su angustia con una sonrisa fingida y un abrazo. Me miró fijamente como esperando encontrar alguna respuesta en mi cara. Yo seguía en estado de shock sin articular palabra alguna.

—Bueno, hoy es el cumpleaños de mi novia y me escapé para verla— respondió Sana sonriendo. “¿Mi novia?”—Me da mucho gusto ver que todavía son amigas, no sé porque creí que se habían alejado, esa impresión me dio cuando nos encontramos; pero es bueno verlas juntas, no saben como las extrañé, más a Lis obviamente.

—Obviamente— repitió Jennie. –Creo que tienen muchas cosas que hablar, las dejo solas— sus ojos seguían sobre mí.

—Jennie— la llamé sin pensar, aunque después pensé que sonó como una disculpa.

—No te preocupes Lili, voy con los demás. Nos vemos luego; supongo que vienes con nosotros a celebrar el cumple de Lisa— le dijo a Sana y se fue.

—¿Jennie esta molesta?— me preguntó mientras veíamos a mi chica alejarse.


—No, sólo esta tan sorprendida como yo.

—Bueno, quería sorprenderte y lo logré.

—Así es.

Me abrazó y me miró con ese gesto que había extrañado tanto tiempo, y ahora simplemente me parecía común. No sabía como comenzar a hablar, no sabía que decir y ella lo notó.

—Ahora todo estará bien. Ya estoy contigo.

Hundió su nariz en el espacio entre mi clavícula y mi hombro. No sabía que hacer.

¿Salir corriendo?, ¿Decirle que estaba enamorada de Jennie y que ya habíamos comenzado una relación? ¿Qué durante dos años la estuve esperando? ¿Reclamarle el haber desaparecido así de mi vida?.

—Te extrañé mucho— dijo separándose de mi.

—Y yo a ti.

Nos sentamos en una banca y ella comenzó a hablar.

—Todos los días pensé en ti, en este momento. Te extrañaba y sólo pensaba en qué sería lo que estabas haciendo. No sabes lo que sufrí al pensar que alguien pudiera acercarse a ti y conquistar tu corazón; esa idea me atormentaba.

—¿Por qué no me llamaste?, ¿Por qué nunca me escribiste un mail? ¿Una carta? ¿Un mensaje? Lo que sea.

—No te imaginas como se pusieron mis padres. No me dejaban ni un momento sola, inclusive me hicieron tomar clases dentro de casa. ¡Fue horrible! Pero ya estoy aquí.

—¿Y cómo te escapaste?

—Pues mi madre me ayudó, dijimos que iba a casa de los abuelos mientras mis padres salían de viaje y aquí estoy. Tuve que pedir aventón en la carretera, no sabes que experiencia fue eso.

—¡Estas loca!. ¡Eso es peligroso Sana!. ¡Pudo haberte pasado algo!

—Lo sé, pero no paso nada, llegué a tu lado. Después de tanto esperar me hubiera venido caminando de ser necesario.

A cada palabra complicaba más la situación. Durante dos años había anhelado tanto este momento y después estaba intentando escapar de él.

—Pasó mucho tiempo.

—Sí, ya sé, Jennie me dijo que estabas bien, pero nunca mencionó que te cambiaste el look tan drásticamente.

—No tiene mucho— dije intentando ocultar mi mirada de ella.

—Te ves mucho más bonita, ese estilo de mala te queda muy bien.

—Gracias.

—Espero que no te enojaras con JenJen por no decirte donde estaba, pero si me buscabas las cosas se hubieran puesto feas.

—Me imagino.

—Lis, creí que te habías ido con Jennie— dijo Troye acercándose a nosotras.

—No, Troye, te presento a Sana.

—Hola— le dijo ella sonriendo.

Troye también puso cara de sorpresa, aceptó el saludo de Sana y después se creó un silencio incomodo entre nosotros.

—¿Y Jennie? ¿No estaba contigo?

—No, no entró. Creí que estaba contigo— me respondió Troye sin dejar de mirar a Sana.

—Se fue hace rato, dijo que iba a buscarte— le dijo ella.

—Entonces tal vez esté buscándome. ¿Sigue en pie el plan?— me preguntó.

—Claro. Hay que celebrar… Supongo.

—Entonces voy a buscar a Jennie, un gusto conocerte, nos vemos.

Sana me tomó de las manos y sonrió.

“Perdóname” pensé en cuanto vi su rostro. Me sentía mal, mi estomago se encogía al sentir su mirada. Si yo la hubiera buscado, y la hubiera encontrado con otra, simplemente me hubiera roto el corazón. Tenía que ser sincera con ella, pero no encontraba las palabras para decírselo.

—¿Qué pasa Lis? Estas muy seria.

—Perdón, pero aún no puedo creer que estés aquí.

—No te preocupes mi amor, no me volveré a ir así, nena. No voy a dejar que nos vuelvan a separar.

Mientras ella me contaba lo que había sucedido en esos años yo no dejaba de pensar en Jennie, sólo esperaba que estuviera bien, y que estuviera segura de lo que había entre nosotras.

Más tarde nos fuimos con los chicos al bar. En el auto nadie decía nada, todos sentimos la tensión que generaba la presencia de Sana.

—¿Alguien sabe donde esta Jennie?— pregunté con la esperanza de que alguien tuviera la respuesta. Los miré por el retrovisor, y todos voltearon a verme.

—En su casa— respondió Jisoo –dijo que tenía que recoger algunas cosas; nos alcanza en un rato.

—Gracias— ¡Demonios!, nuestra cena. ¡Hay nini! ¿Ahora qué vamos a hacer?

Sana estaba sentada junto a mí, en el lugar de mi novia sin quitarme la mirada de encima. Sonreí más por obligación que por ganas de hacerlo.

—No te preocupes, Jennie no se perdería tu cumpleaños por nada del mundo— me dijo.

Pude ver la cara de interrogación que todos tenían.

—Por supuesto que no— dijo Jisoo.

Troye le dio un codazo para callarla y Rosé casi lo mata con la mirada.

—Claro es nuestra mejor amiga, sería una traición que no estuviera presente.

“¿Traición?”, traición era lo que le estábamos haciendo a Sana. Se me hizo un nudo en la garganta e intenté calmar mis nervios aferrándome al volante. ¿Cuándo habían cambiado tanto?. Hubiera dado mi vida por ella, nunca le hubiera hecho daño, sin embargo mis pensamientos y mi corazón eran solo de Kim Jennie.

Sana me tomo de la mano al entrar al bar, habían un par de mesas libres y nos sentamos ahí.

—¿Te das cuenta de que nunca fuimos juntas a un bar?

—Lo sé— respondí por inercia.

—La única vez que nos embriagamos fue ese día en mi casa cuando nos besamos por primera vez.

—Lo recuerdo— dije comenzando a irritarme.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS LISA!— gritaron mis amigos levantando su primera cerveza. Yo me tomé una tan rápido como esa vez en que mi compañía era una coreana enojada y que me odiaba; luego otra y otra hasta que comenzaba a marearme. Sana me jalaba del brazo insistente para que fuéramos a bailar.

Lo bueno de la música era que evitaba que escuchara su voz que me llenaba de culpa. Ya cansada y un tanto fastidiada me levanté y fuimos hasta la tarima. Sana bailaba muy bien, se movía provocadoramente hacia mí y yo cada vez retrocedía para evitar el contacto de su cuerpo con el mío. Sentí, por mas extraño que parezca, como si le estuviera siendo infiel a Jennie sólo por estar bailando con Sana.

Fijé mi mirada en nuestra mesa y vi que Jennie estaba llegando y poniendo su bolso en mi silla. Se veía hermosa y con un semblante de seguridad y decisión, dispuesta a poner las cosas en claro con Sana. Tan sólo de verla una ola de tranquilidad me envolvió. Sonreí en cuanto su mirada se topo con la mía; su rostro era serio, era obvio que no le causaba gracia verme bailar con Sana.

—Mi amor— me llamo Sana.

—Sana yo…

—Shh… —dijo poniendo un dedo sobre mis labios. –Feliz cumpleaños.

Ni siquiera vi como se acercaba a mi, sentí sus labios sobre los míos en un roce suave y sus manos en mi nuca presionándome hacia ella. La tomé de los hombros e intenté alejar, pero no me lo permitía. No correspondí el beso y sentí su lengua intentando separar mis labios que cada vez estaban mas presionados. Sin lastimarla emplee más fuerza y la separé por fin.

—¿Qué pasa Lisa?

Rápidamente me giré buscando a Jennie, tenía los puños apretados llena de cólera.

—¿No me digas que te da pena que nos vean besándonos amor?. Estamos en un bar gay, no hay problema.— dijo intentando acercarse de nuevo.

Yo me hice hacia atrás y casi me caigo de la tarima. En un movimiento por mantener el equilibrio el primer botón de mi blusa se desabrocho dejando al descubierto el dije que Jennie me acababa de regalar. Sana me tomo de la mano y me jaló hacía ella evitando que me cayera.

—Mejor vamos a sentarnos, parece que ya estas algo ebria— me dijo aún sonriendo— ¿y eso?— dijo tomando mi placa entre sus dedos.

Su sonrisa se puso de cabeza y sus ojos se abrieron al leer lo que decía. “Oh, oh” .

—¿Por eso estas actuando tan extraño? ¿Tienes algo que ver con Jennie?

—Sana, yo no se como decirlo— comencé a decirle, pero ella no me dejó terminar.

—No te preocupes nena— me asombré por esa reacción tan tranquila y por un instante sonreí; quizá las cosas serían mas fáciles de lo que esperaba. –Jennie entenderá que ya estoy de regreso y que lo que había entre ustedes ya no puede seguir— quizá no.

—Sana, no lo entiendes, déjame explicarte.

—Claro que lo entiendo, tú estabas muy triste y como Jennie es tu amiga te ayudó. No te culpo de tener algo con ella, es muy bonita. Pero ya estoy aquí y no te voy a dejar ir así de fácil.

Antes de poder responderle la tenía de nuevo colgada del cuello presionando mis labios con los suyos.

—¡DEJALA!— gritó Jennie quitándomela de encima –¡NO LA VUELVAS A TOCAR!— su rostro estaba rojo de coraje, tensaba su mandíbula intentando controlarse. Con una mano aprisionaba la muñeca de Sana y con la otra me jaló atrás de ella.


—Jennie, Jennie, Jennie, no puedo creer lo buena amiga que eres.—Dijo zafándose de su mano con ironía— Te pedí que cuidaras a mi Lisa, ¡PERO NUNCA QUE TE HICIERAS SU NOVIA! – dijo acercándosele y escupiéndole a la cara las ultimas palabras.

Jennie apretó la mano que sujetaba mi brazo. La gente hizo un espacio a nuestro alrededor; todos nos observaban. Troye se acercó con los demás detrás de él suponiendo que las cosas se pondrían peor. No sabía que hacer, ni que decir.

—SI HABLAMOS DE BUENAS AMIGAS TÚ ME GANAS ¡SABIAS QUE YO ESTABA ENAMORADA DE ELLA Y NO TE IMPORTÓ! ¡LA ENAMORASTE SABIENDO QUE MI CORAZÓN SE HARÍA PEDAZOS!

—¡ELLA ME ESCIGIÓ A MI! ESTAMOS JUNTAS Y ESO NO LO VAS A CAMBIAR KIM.

—TE EQUIVOCAS, ¡TÚ TE FUISTE Y LA DEJASTE! ¡AHORA TE AGUANTAS PORQUE ELLA ESTA CONMIGO!

Sana estaba igual de enojada que Jennie y sin pensarlo dos veces la abofeteó con toda su fuerza. El que Sana supiera que Jennie estaba enamorada de mí era algo nuevo en nuestra historia, me llené de coraje al ver la mejilla enrojecida de mi novia. Jennie le regresó el golpe, pero con el puño cerrado. Entre gritos y burlas la coreana tenía en el suelo a Sana, dejando que su coraje fuera a parar al rostro de su “amiga”.

Cuando finalmente pude reaccionar tomé a Jennie de los hombros y la jalé hacia mí.

—Tranquila— le dije al oído abrazándola por la espalda.

Sana se puso de pié y se acercó amenazante a nosotras.

—¡ALEJATE DE ELLA!— le dijo.

—NO; ESTA VEZ NO VA A SER TAN FÁCIL. NO VOY A DEJAR QUE ME LA VUELVAS A QUITAR.

—¡PUES VETE ACOSTRUMBRANDO A LA IDEA, PORQUE LISA ES MÍA!

—NO AMIGA, LAS COSAS AHORA SON DIFERENTES. ¡LISA Y YO ESTAMOS JUNTAS, NOS AMAMOS Y ESO NO LO VAS A ROMPER! NO TE VOY A DEJAR EL CAMINO LIBRE.

Sana tenía la intención de volver a golpear a mi novia, pero Rosé corrió a sujetarla y a cambio recibió un golpe por parte de ella. Jisoo se enojó y se fue contra Sana y así comenzó una batalla campal en el bar donde celebrábamos mi cumpleaños. “Oh, oh”.



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