Es tan fácil romper un corazón; como dejar caer un vaso al suelo, y que todos los pedazos queden esparcidos. Aunque se unan, nunca será igual. Lleva las cicatrices; marcas que le recuerdan el dolor. Queda vacío, sin vida, con miedo. Los recuerdos sabotean al olvido, y las sonrisas se convierten en muecas ilegibles. El amor se oculta tras el rencor y te marchitas con una lentitud agónica.
Después de esa noche las cosas no volvieron a ser igual. Jennie estaba distante conmigo, sus ojos estaban vacíos, no podía encontrar el sentimiento que días antes juraba tenerme; sus labios apenas rozaban los míos. Me sentí sola, teniéndola a mi lado, era frustrante.
—¿Quieres pasar?— le dije un día que ella fue a dejarme a mi casa.
—No, tengo que ir con mi mamá. Será en otra ocasión.
Últimamente obtenía la misma respuesta. Me acerqué a ella para despedirme; me besó la mejilla y se volteó. Era obvio que no quería besarme en los labios.
—¿Estas bien?—
—Sí claro, nos vemos mañana.
—De acuerdo, adiós.
—Adiós.
Y esa escena se repitió una y otra vez. Dos semanas antes de la graduación Troye me acompañó a buscar un departamento. Había convencido a papá de comprarlo, habíamos llegado al acuerdo de que yo se lo pagaría poco a poco y así no tendría que vender la casa de la abuela, podría independizarme al entrar a la universidad y tendría algo que ofrecerle a Jennie.
—Este me gusta— le dije con una sonrisa en mis labios.
Después de muchas citas con el agente de ventas por fin lo encontraba. Un lugar con la magia y el calor de un hogar. Podía imaginar a Jennie recostada en el sofá abrazada a mi cintura, mientras veíamos televisión.
—Sí, este es.— aseguré.
El lugar era amplio, con una gran vista y muy iluminado.
—Me gusta— aseguro mi amigo. –Y a Jennie le encantará.
—Aún no le digo— dije acercándome a la ventana.
—Tu siempre esperando el momento indicado— me dijo Troye entornando los ojos.
—Lo sé, pero es algo importante. Quizá en la graduación lo haga.
—Sería lindo—
—Va a ser lindo.
—¿Crees que acepte?—
—No lo sé, pero espero que sí. ¿Qué te parece si pongo un diván de este lado, bajo la ventana?— dije señalando con mis manos el lugar donde lo visualizaba.
—Bien, me gusta tu estilo.
—Ok, quiero este— le dije al agente quien nos esperaba en la entrada.
El resto de la semana estuve buscando muebles para mi nuevo hogar; así que casi no tuve tiempo para Jennie. Pero ella parecía no notarlo.
Hubo una fiesta en casa de Jimin para celebrar que estábamos a punto de graduarnos. Toda nuestra generación estaba ahí.
—Jim, ¿has visto a Jenn?— pregunté mientras con la vista buscaba a la pelirroja en la cocina.
—Si, esta en la sala— respondió para después regresar su atención a la chica con la que estaba.
La música estaba a todo volumen, todos bailando y bebiendo hasta reventar. Entré a la sala buscando a Jennie para aclarar lo que estaba pasando. No entendía; ¿había hecho algo mal? ¿Estaba molesta conmigo? La había extrañado y quería compartir con ella lo que estaba haciendo.
Jennie estaba sentada en un banco con una chica parada frente a ella. A simple vista no la reconocí, pero cuando me acerque vi que se trataba de Kendall.
—¿Y entonces que estas haciendo?— alcancé a escuchar que le preguntó.
—No lo entiendes, no es tan fácil Kendall. No tengo el valor de hacerlo, ella no se lo merece.
—No, pero puedes evitar todo esto, no lo hagas
—No hay vuelta atrás yo... ¡Lisa!— grito cuando me vio.
—Hola— le dije con una sonrisa.
—Pensamos que nunca ibas a llegar— me dijo Kendall.
—Pues aquí estoy— dije con indiferencia.
Ahora estaba mas confundida que antes, ¿qué hacía Kendall con Jennie?. Jennie me tomó del brazo y me acercó a ella. Me abrazó, de la forma en la que me hacía estremecer. El aroma a alcohol de su aliento lleno mi nariz. Y ahí estaba de nuevo, esa sensación del imán entre nosotras. Éramos dos, se sentía.
—¿Me quieres?— me preguntó arrastrando las palabras.
—Sí— respondí.
Me giré para verla a los ojos. Soltó dos lagrimas rebeldes que no pudo contener.
—¿Qué pasa?— pregunté realmente preocupada.
—Nada, sólo quiero que me beses.
Le tomé el rostro entre mis manos y la miré fijamente.
—Te quiero— dije para después acariciar sus labios con los míos.
Su boca sabía a licor. Su respiración mas agitada de lo normal chocaba contra mi mejilla y sus manos tomaron su lugar en mi cintura.
—Te amo Lili.
—lo se, yo...
—¡Qué cursis son!— interrumpió Kendall
—Y eso a ti que...
—Tranquila nena, ya estamos en paz— dijo Jennie
—Sí, espero que sepas valorar a mi amiga y no la dejes ir— me dijo. –Nos vemos por aquí chicas.
—Adiós— dijimos ambas esperando que se marchara.
Nos quedamos solas, viéndonos; sin decir nada.
—¿Vamos a bailar?— le pedí después de unos momentos.
—No, mejor quédate así conmigo. No quiero dejarte ir, no quiero separarme de ti.
—No me voy a ir nena, aquí estoy—
Nos abrazamos y nos quedamos ahí, juntas, en nuestro mundo.
—Así que ¿ya hiciste las paces con Kendall?—
—Sí, por fin entendió lo que hay entre nosotras.
—Bien—
—Vámonos de aquí— me dijo— no me siento bien.
—De acuerdo, ¿quieres comer algo?
—No, tengo el estomago revuelto.— dijo poniendo una mano en su abdomen.
Cuando se levantó la sujete para que mantuviera el equilibrio.
—¿Jennie? ¿Cuánto tomaste?
—No me acuerdo.
No estaba molesta con ella, pero si preocupada. La conocía, ella nunca bebí con la intención de embriagarse. Le ayudé a subir al auto y luego nos fuimos rumbo a mi casa.
—Jennie quiero decirte algo ¿Jennie?
Ella ya estaba dormida. Se veía tan tranquila, sus ojos cerrados, sus labios entreabiertos. Sentí unas ganas inmensas de besarla, pero me contuve.
Bajarla del auto fue toda una faena. Prácticamente tuve que arrastrarla hasta mi habitación.
—Jennie despierta. No puedo levantarte— le dije llegando a la entrada de mi casa.
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La apuesta
Fanfiction⚠️⚠️⚠️ Adaptación Jenlisa⚠️⚠️⚠️ Está historia es original por @BaN_RoCkLust Descarto el dominio total de la trama y los personajes. -Ya sabes que por ahí se dice que del odio al amor sólo hay un paso. ¡POR FAVOR NO LO DES! - El amor es una apuesta e...