Capítulo 14: Complicaciones

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—¿Me quieres explicar que significa eso de dejarlo al azar?— le dije a Jennie mientras nos recostábamos en mi cama.

—Lili, ¿tenemos que hablar de eso en este momento?

—Quiero saber qué pasa Jennie.

Algo me decía que las cosas no estaban bien, su miedo a decirme lo que pasaba, su mirada, su expresión, todo me tenía desconcertada.

—Mi papá quiere que me vaya a estudiar a Oxford.

—¡OXFORD!, PERO SI ESO ESTA EN INGLATERRA— grité.

—Inglaterra— repitió ella con toda calma.

¿Y cuándo pensabas decirme Jennie?

—Aún no es definitivo, además, yo no quiero ir, yo me quiero quedar aquí contigo.

Me abrazó fuerte y me dijo al oído las palabras que no me cansaba de escuchar.

—Te amo.

Sentí que mi corazón se hacía pequeño, tan sólo la idea de que se fuera lejos de mí me dolió hasta lo más profundo.

—No te vayas— le pedí.

—No lo haré, no te preocupes ya pensaremos en algo— me dijo dejando sus labios plasmados en la piel de mi frente.

Era increíble la facilidad con la que Jennie me calmaba.

El día de mi cumpleaños llegué a la escuela con el animo renovado, lo que más me emocionaba era ver a mi Jennie.

Extrañaba despertar entre sus brazos, ó con su cuerpo dormido encima de mí. Ese día se me ocurrió que entrando a la universidad lo primero que haría sería comprar un departamento y proponerle irse a vivir conmigo.

Tenía la casa de la abuela y algo de dinero, quizá podría venderla y poner algún negocio; aunque de inmediato deseché la idea de venderla, era su casa, lo que ella me había dejado, tenía que convencer a papá de ayudarme con eso. Pero teniendo un departamento podríamos trabajar, salir adelante, y así ella podría quedarse conmigo.

No sabía si lo nuestro duraría, pero estaba segura de amarla, de que todas mis heridas sanaban rápidamente estando a su lado. Entré al salón y no la encontré por ningún lado. El que me pidiera que no pasara por ella en la mañana no me había agradado, menos la idea de pasar el día entero sin ella.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!— Gritaron todos mis amigos cuando me vieron. Rosé traía un pastel en las manos y Jisoo dos regalos. Se veían muy graciosos con gorritos de fiesta en la cabeza.

Me hicieron sonreír, un año antes las cosas eran muy diferentes, nadie sabía que era mi cumpleaños a excepción de Jennie quien de regalo me había dado una humillación mas tirándome sopa en el cabello.

—Gracias— les dije desde el fondo de mi corazón. –¿Alguien ha visto a Jennie?

—No, no la hemos visto— me dijo Jimin quien me regalo un oso de peluche.

Todos me abrazaron e hicieron un escándalo al cantar las mañanitas mientras yo apagaba las velitas del pastel. No paraba de sonreír, estaba agradecida por tenerlos como amigos, cada uno es muy diferente y único en mi vida.

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