10. Los primeros entrenamientos

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La tierra húmeda se metió en sus patas cuando golpearon contra el suelo antes de que se estrellara contra un enorme y frondoso árbol que amortiguo un poco su caída, sacudió la cabeza intentando concentrarse de nuevo justo cuando llegaba la risotada de Jared y Paul, ambos estaban fuera de fase con dos rebanadas de pizza cada uno, Sam y él por su parte estaban en fase porque el alfa se empeñaba en que debía aprender a luchar.

Arthur ya había perdido la cuenta de cuantas veces fue arrojado contra los árboles o se tropezó con sus propias patas intentando alcanzar a Sam.

—Duraste más —le animo Paul, aunque seguía riéndose —, tardo más en derribarte.

Arthur bufó en respuesta poniéndose de pie una vez más.

Llevaba casi una semana durmiendo en casa de Sam desde lo ocurrido, su padre había ido a visitarlo, pero el alfa no le permitió verlo por miedo a que perdiera el control por la emoción que podía ocasionarle. Arthur en verdad se estaba esforzando para volver a casa, quería ver a su abuela y a su hermana, también a Toni, incluso necesitaba encerrarse en su habitación por horas para escribir o pretender que lo hacía.

«Te desconcentraste y por eso dejaste tu costado descubierto» la voz de Sam no parecía molesta, en realidad sonaba comprensivo. Arthur había estado pensando en Alexis y la carta que envió con su abuelo cuando este fue de visita.

«Lo lamento, y solo quiero volver a casa». se había acostumbrado a la telepatía, aunque todavía resultaba incomodo que sus ahora hermanos supieran todos sus secretos, incluso aquellos que más mantenía bien ocultos de todos, como aquella vez que fue a una fiesta con Toni y ambos probaron el LSD en una pequeña porción de un cuadrito colorido.

Sam soltó un suspiro para después salir de fase y aceptar los shorts de mezclilla que le arrojo Jared, Arthur tuvo que concentrarse en su respiración hasta que logró calmarse y su cuerpo cambio a su forma humana de nuevo, Paul le arrojo su ropa.

-¿No pudiste traerme ropa interior? -pregunto con una mueca metiéndose en la prenda.

Paul rodó los ojos, ahora los cuatro se dirigieron a la pequeña y acogedora casa de Sam, tenía lo necesario para vivir, aunque quedaba muy pequeña para cuatro enormes cuerpos que intentaban pasar el rato después de entrenar.

-Si en este fin de semana logras entrar y salir de fase en el mismo tiempo que nosotros, te dejaré volver a tu casa -dijo el más grande de todos girándose hacia la estufa para prenderla, Arthur se emocionó y sus otros dos hermanos igual ya que le dieron sonrisas felices -. ¿Estás de acuerdo?

-Sí -su voz resonó por el lugar debido a lo fuerte que lo dijo, soltó una risa entre dientes y se dispuso a ayudar a Sam a preparar el almuerzo, huevos a la mexicana con jalapeños extra -, ¿lo dices en serio?

-Sí, Arthur, lo digo muy en serio.

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𝐄𝐑𝐎𝐒 ❝Bᴇʟʟᴀ Sᴡᴀɴ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora