(Nueve) Simon

13 1 1
                                    

Entramos a la habitación, conmigo al último para cerrar la puerta y echarle llave.-- Wow, me recuerda a cuando yo era el apresado aquí. --Dijo Shepard, y por un momento una ligera sonrisa se apareció en mis labios. Sólo que fue un momento muy corto, porque Lamb salió del baño secándose las manos en los pantalones.-- Nunca te sentiste realmente apresado, incluso nosotros fuimos los que te abandonamos. --Contestó Penny con una risa. ¿Cómo podían estar tan contentos al tener un maldito vampiro de mierda entre nosotros? Hablo de Lamb, obviamente. Baz no es eso. Él es un vampiro hermoso... Y gay.

Lo llamo y él viene obedientemente. Luce... perfecto. Jodidamente atractivo, con esa camisa azul marino con los primeros dos botones abiertos que logra que la piel de su cuello (tiene marcas, puse mis dientes ahí) brille como una perla. Sus ojos grises se fijan en los míos, tan dulces, tan tranquilos; lo beso.-- Asegúrate de echarle algún hechizo porque si uno solo de sus cabellos toca tu piel lo destripo.

Baz ríe, pero asiente. Su sonrisa ladina y socarrona se mantiene en sus labios en lo que nuestros ojos siguen unidos. Una lucha entre celeste y gris, yendo y viniendo.-- Te extrañaré esta noche, Snow. --Se burla, y se da cuenta que me enojé por mi ceño fruncido; él sólo vuelve a reír, un poco más fuerte.

Hechiza para mí una manta, aunque incluso el ¡Amortigua el golpe! se siente duro e incómodo. Tal vez sólo sea porque realmente me molesta que Lamb vaya a dormir con Baz. Pero no voy a proponer otra salida, quiero decir. Shepard es Normal y ya no tiene una maldición que lo proteja de la mordida de vampiro. Penny es mi mejor amiga, y no tiene nada que la proteja de la mordida de un vampiro. En cambio, Baz es un vampiro. Aunque si Lamb quisiese morderlos lo haría, sólo que yo lo vería levantarse. Cosa que no vería suceder si Lamb duerme con un Normal o con una maga.

Me quito la playera de Queen para dejar mis alas abiertas y abro la lata de Monster que Shepard había comprado (la había comprado para quien se quedara haciendo vigilia; yo me quedo despierto, yo la tomo). Suspiro, metiendo un chicle de mentol en mi boca viendo a todos acostarse y taparse. No bostezo porque no tengo sueño, pero en cuanto la luz se apaga me siento tan aburrido que me puse a hacer listas en mi cabeza. Aunque no terminé ninguna, porque me quedaba sin ganas de seguir pensando al segundo ítem. Así que simplemente traté de llamar a mi magia, esa que dice Margaret que tengo.

En la habitación hace frío, y se siente húmedo. Veo a todos arroparse más; yo no tengo manta así que me trago la sensación helada. Pero nada baja hacia mi mano, no pica, no arde. No hace nada como antes. Me rindo antes de siquiera pensar en un hechizo.

Mi cabeza se apoya silenciosamente en la puerta, contando las líneas del techo, y las del suelo, y las de la pared. Y luego fijo mi vista en Baz, que parecía removerse. Tenía una pesadilla.

Estaba a punto de pararme a consolarlo cuando la mano de Lamb aparece en la cabeza de Baz, haciéndole caricias hasta que se calmó.-- Hijo de puta. -- ¿Qué dijiste? --Dijo Lamb sentándose.

-- Dije que eres un hijo de puta.

-- Mh, tal vez... ¿Y qué piensas hacer al respecto? --Su mano seguía acariciando los cabellos negros de mi novio, y él se removió incómodo; siempre después de calmarse de una pesadilla si le seguía haciendo piojito se despertaba y me miraba enojado.

-- Cortarte el cuello con la lata de energizante. O tal vez romper la pata de la cama y desaparecerte de una vez por todas. Aléjate de él. --Sería capaz de hacerlo. Quiero decir, era un buen arma. Al menos como lo había plegado. La enroscas hasta que el aluminio se corta, y luego lo apretas, quedando dos o tres puntas que puedes acomodar entre tus dedos, haciendo pequeños picos filosos. Un sólo puñetazo y nunca se te va a volver a acercar esa persona (no si se trata de Lamb, ese malnacido no se da por vencido en joderme) (parece que si convierto a mi némesis vampiro en mi novio tiene que llegar otro vampiro a ocupar su lugar de enemigo en mi historia).

-- ¿Qué te hace pensar que ahora podrás matarme si en la montaña no pudiste? -- Pues, que en la montaña todo estaba a tu favor, la niebla, el momento, todo. Ahora no. Ahora los dos vemos bien. Ahora estás rodeado por mi novio, mi mejor amiga y un Normal jodidamente estúpido como para proponer ser carne de cañón así te empalo con un árbol.

Suspiró, recostándose con los brazos cruzados sobre su pecho. Como Drácula cuando se mete en su ataúd. Qué dramático.

-- Tienes un punto. Me dormiré, tranquilo.

-- Una cosa más, Lamb. No toques a mi hombre.

Lo dije y no acotó más nada, como si finalmente se hubiera dormido. Pude sentir mi aliento saliendo tan frío que hasta vi el humo ese que siempre está cuando hablas en invierno.

Y pasó la noche, viendo que no se movió más. Apenas vi los primeros rayos de sol abrí la puerta y salí, no aguantaba un segundo más oyendo la respiración de ese malnacido al lado de la de mi Baz.

Me senté en los escalones de la puerta, suspirando profundamente mientras pasaba mis manos por mi rostro, bajo los rayos del amanecer, casi tan oscuro como la noche (es verdad eso de que el amanecer es el momento más oscuro del día).-- Buenos días, amor.

Baz salió, pasando una de sus piernas largas por sobre mi ala antes de pasar la otra. No se había peinado, así que aún había rastro de las caricias de Lamb. Se sentó a mi lado y casi de inmediato me subí sobre él, peinándolo con mis dedos; él sólo reía. Su aliento mañanero chocó contra mi rostro, así que lo besé.-- Ahora sí son buenos días. Buenos días, bebé.

Me senté de nuevo a su lado, dejando que apoye su cabeza en mi hombro. Y los dos lo vimos.

Un mensaje, en el aire, con fuego.-- De Margaret. --Digo.-- Así me llamó aquí en primer lugar.

"Vuelve a Londres. Hay más peligro que aquí. Deja de perder tiempo con ese vampiro malo, en Londres necesitan tu ayuda. No puedo enviarte más mensajes, Simon. Vuelve a Londres antes del mediodía, hay problemas en casa. Los habrá. Adiós, gatito."

-- ¿Con "vampiro malo" se refiere a mí? -- No Baz, ese es Lamb. Tenemos que irnos.

No sabía que problemas podría haber, pero parecía urgente. Muy. Y era antes del mediodía. Entré a pasos acelerados y desperté a Penny y a Shepard.-- Baz y yo nos tenemos que ir. Hay problemas en Londres. ¿Creen que pueden llevar a esta basura al Katherine? Llevaré a Baz volando a casa, no hay tiempo para un avión.

Shepard estaba somnoliento pero Penny asintió, mirando a Lamb en posición de Drácula.-- Qué dramático. -- Lo sé, eso es lo que pensé. -- Vayan. Nos encargamos de entregar este paquete.

Para sacarme un enojo de encima le lancé un ¡Levántate! con tanta ira que creo que lo desperté y hasta se mareó.-- Vayan ahora. --Dijo Shepard. Asentí. Y Baz entró a despedirse rápido.

Lo abracé por la espalda al estar de nuevo fuera y mi cola se enredó en su cintura. Fuertemente. Levantamos vuelo, y pronto ya estábamos cruzando el cielo de los Estados Unidos de América, rumbo a casa.-- Llegaremos a destino aproximadamente a las doce treinta. --Anuncié con voz de locutor, o de piloto de avión.

Ojos de cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora