Capítulo 26 - Bad, bad girl (Parte 2)

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(Parte 2 del capítulo 26)

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(Parte 2 del capítulo 26)

Para cuando regresamos a la casa ya eran las dos de la mañana y, al parecer, todo seguía tan desierto como cuando nos habíamos ido.

—No puedo creer que tus tíos y tu mamá aún no hayan regresado —dije mientras caminábamos hacia el pie de las escaleras.

—Me alegra y a la vez me preocupa —replicó Carter, y estuvo a punto de decir algo más cuando yo lo detuve alzando el dedo índice y aguzando el oído, ya casi en el final de las escaleras.

—¿Oyes eso? —le pregunté en un susurro.

Carter esbozó una mueca de concentración y al instante su semblante se tiñó de asombro al caer en la cuenta de que los dos estábamos oyendo lo mismo.

«No puede ser. ¡Dios, no!»

—¿Gemidos?

Hice una mueca de asco y comencé a sacudir las manos.

—¡No puedo irme a dormir con el sonido de los gemidos de Willa dentro mi cabeza! —lloriqueé—. ¡No puedo! ¡Haz algo!

—¿Qué quieres que haga? No podemos interrumpirlos. Por lo que veo, tenemos dos opciones: tratar de ignorarlos (lo cual será difícil), o demostrarles que nosotros lo hacemos mejor que ellos.

—Buen intento —me mofé a medida que avanzábamos a través del pasillo, manteniendo la mayor distancia posible de la puerta de la habitación de Eli—, pero tendrás que esperar hasta mañana. Por mucho que quiera complacerte, mi amor, lo cierto es que no puedo. Ni siquiera sé cómo me mantengo en pie todavía.

Carter bufó entrando a nuestro dormitorio detrás de mí.

—Está bien —dijo, echándose en la cama y tomado el control remoto—. Solo espero que no te arrepientas más tarde.

Sabía que lo más probable era que sí lo hiciera, pero por el momento solo podía pensar en la larga y caliente ducha que iba a tomar.

Saqué el neceser con mis cremas y demás chucherías de la valija pequeña y lo llevé al baño. Me perdí observando la enorme bañera y tuve que resistirme a la tentación de tomar un baño en lugar de una ducha. Si me metía en la bañera, lo más probable era que me durmiera y pasara toda la noche allí.

Después de ducharme, me desenredé el cabello y salí del baño envuelta en una toalla, dispuesta a ponerme el pijama, zambullirme entre las sábanas y recibir mis hermosas ocho horas de sueño.

Carter yacía boca arriba en la cama, con una mano sobre el estómago y la otra sosteniendo el control remoto por sobre su cabeza, mientras dormía profundamente con la luz del velador encendida y el televisor sintonizado en un canal donde estaban pasando una película de Tom Hanks.

Procurando no despertarlo, me acerqué sigilosamente a buscar mi pijama (el cual descansaba de mi lado de la cama), pero cuando me di vuelta dispuesta a regresar al baño para dejar la toalla mojada y cambiarme, algo me jaló con fuerza del brazo y me arrojó sobre la cama. Solté un grito y me eché a reír como loca cuando Carter giró sobre mí y se metió entre mis piernas.

Sin Sin Sin© /// COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora